Revista Dedal de Oro N° 68
Versión electrónica de la Revista Dedal de Oro. Nº 68 - Año XII, Otoño 2014

CRÓNICAS DEL CAJÓN DEL MAIPO

LAGUNILLAS Y SUS RASTROS DEL PASADO : PARTE 2
CÉSAR BAEZA FERNÁNDEZ, Profesor de Estado, Ex-Voluntario Cuerpo de Socorro Andino de Chile.
LA PRIMERA PARTE DE ESTE TESTIMONIO APARECIÓ EN LA REVISTA ANTERIOR (N° 67) (Ver Parte 1), Y RELATA EL DESCUBRIMIENTO DE RESTOS HUMANOS EN UN SECTOR DE LAGUNILLAS.
Estudio en terreno.
ESTUDIO EN TERRENO



Elementos líticos y osamentas encontrados en el lugar.
ELEMENTOS LÍTICOS Y OSAMENTAS ENCONTRADOS EN EL LUGAR



Algunos integrantes de la expedición.
ALGUNOS INTEGRANTES DE LA EXPEDICIÓN

En posteriores incursiones al lugar de Lagunillas descrito en al edición anterior, nos relacionamos con algunos lugareños y, después de ganarnos su confianza, nos confidenciaron y precisaron que efectivamente al realizar labores de acondicionamiento con el fin de ganar espacio bajo la caverna en cuestión, que servía de albergue y corral de una majada de cabras y su pastor, al remover un arriero de apellido Ortega todo el material de piedras y tierra, se sorprendió al encontrar "tres cráneos intactos de origen humano", con una conformación ósea bastante particular y diferente a los cráneos tradicionales de la actual raza humana.

Posteriormente, estos cráneos desenterrados en este cementerio fueron enviados al Departamento de Arqueología y Antropología de la Universidad de Chile. Esta arriesgada y temeraria acción fue realizada por este equipo de montañistas. Ahora se pensará, ¿por qué arriesgados? La respuesta es simple: las autoridades de gobierno de la época estaban bastante cuestionadas y podían relacionar el hallazgo con restos óseos de supuestos detenidos desaparecidos o dirigentes políticos de izquierda. Cabe destacar que este procedimiento de traslado de los cráneos humanos no fue informado a la institución de carabineros, en la comisaría de San José de Maipo, por las razones descritas anteriormente. Esta decisión se tomó después de reflexionar que el hallazgo no podía quedar en el anonimato. De hecho, nuestra filosofía de investigadores en el tema arqueológico nos impulsó a entregar el material óseo, y también lítico, a los científicos e historiadores de la época como un gran aporte a la cultura actual.

Para esta investigación se nombró una comisión con el fin de concurrir al lugar del hallazgo, integrada por Rubén Stehberg, Director del Museo de Historia Natural Universidad de Chile; Carlos Maturana y Eugenio Aránguiz, arqueólogos de la Universidad de Chile; Pedro Pérez Reveco, Unidad de Mantenimiento LAN, montañista; Alfredo Pérez Reveco, sociólogo, montañista e investigador; René Valencia, ingeniero electrónico e investigador; Hernán Silva, empresario del transporte, montañista e investigador; Nelson Vidal Pérez, Magister en Historia e investigador; y el que suscribe. Este equipo de ocho entusiastas profesionales en diferentes áreas parte desde San José de Maipo a lomo de mula (facilitadas por el arriero Mario Molina) al lugar señalado en la anterior edición. En las primeras etapas del recorrido, nos encontramos con terrenos y angostas huellas accidentadas y peligrosas. Arribamos al lugar del hallazgo después de aproximadamente cuatro horas de cabalgata.

Luego de un periodo de investigación y estudio del lugar, se logró establecer que nos se trataba de restos óseos recientes, sino de evidencias antiquísimas de asentamientos indígenas en toda esta zona en torno a los Tres Esteros y su gran señal, representada por el círculo de piedras. Con respecto a los cráneos encontrados en la caverna, osamentas humanas y restos de proyectiles y material lítico, estos fueron periciados utilizando el método de "carbono 14", entre otros, evidenciando una data aproximada de 900 años, es decir, prehispánica. Podemos agregar que la misteriosa forma en que se encontró este cementerio indígena, con miles de osamentas trituradas, dejó como evidencia que una gran masa rocosa cayó sobre estos indígenas, que se protegían de la rigurosidad del tiempo debido al invierno, con mucha nieve y temperaturas muy bajas, quedando sepultados en el lugar hasta el día de hoy. Tradicionalmente, en hallazgos de cementerios tipo indígenas, las tumbas se encuentran separadas unas de otras, y por ende sus esqueletos están intactos.

Lo más relevante de la investigación de este equipo de científicos es que el descubrimiento logra dilucidar el eslabón perdido entre la cultura Diaguita, que llega hasta Farellones, y la cultura Pehuenche, que comienza al sur del río Maule, VII región. Respecto a la Zona Central, frente a Santiago, y la frontera argentina, no se tenía información con respecto a las culturas existentes, por lo que este hallazgo concluyó, después de largos estudios e investigaciones arqueológicas y antropológicas, que se trataba fehacientemente de la cultura Chiquillán, descubierta en principio por este privilegiado y selecto grupo de montañistas clásicos e investigadores. Este estudio fue realizado en septiembre de 1980.

Aprovecho estas líneas para motivar a las actuales generaciones de jóvenes que escalan y recorren nuestras montañas para que respeten la naturaleza y, en especial, estos asentamientos arqueológicos, que se encuentran como verdaderos museos al aire libre en diferentes lugares de nuestro país.

Bibliografía: Diario Las Últimas Noticias, 1 de septiembre 1980,
y diario comunal El Pudahuelino, 22 de septiembre 1980.

 
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