¿Qué se requiere para alcanzar cambios profundos? Dos elementos: tiempo y acción. El ser humano desarrolla sus ideas a través de los días, de los años... Esa dimensión llamada tiempo le permite actuar, materializar lo que primero sólo está en el ámbito de lo mental. En general, puede decirse que originalmente las cosas existen sólo en el campo de las ideas, y que de allí pasan al campo de las realizaciones concretas. El cambio profundo que ha experimentado la Estación El Melocotón se inscribe en esa forma de evolución, en esa dinámica que mueve las cosas desde la nada al todo y desde lo echado a perder a lo recuperado. Hay personas que han trabajado perseverantemente para lograr lo logrado. En la restauración de la Estación, gracias al aporte monetario de ciertas empresas y ciertas personas, se ha podido dar trabajo remunerado a muchos trabajadores que lo necesitan. Pero eso no basta.

No han faltado los que entregan una labor voluntaria que en lo personal significa restarle tiempo al trabajo y al descanso propios. Estas palabras son claras, en ellas no hay engaño, no hay demagogia, no hay adorno, no hay eufemismos... Las cosas tal cual son: los logros se alcanzan gracias a trabajo remunerado y gracias a trabajo voluntario. De esas dos acciones, de diferente signo y un solo fin, surge el progreso. Ojalá que en lugar de que solamente algunos entreguen su colaboración, con gran sacrificio personal, para una obra que favorece a una comunidad entera, sean muchos, sean todos, quienes entreguen su granito de arena para lograr los milagros. Mil granitos de arena son mucho más que el sacrificio personal de unos pocos, sacrificio que -por la lógica interna de toda acción sacrificada- no puede ser permanente ni tampoco duradero. Todo el mundo está invitado a colaborar con lo que se realiza en la Estación. Las puertas están abiertas, adelante, pase usted ahora, con responsabilidad.

(Fotos: nitram odallem zaíd.)