Versión electrónica de la Revista Dedal de Oro. Nº 57 - Año IX, Invierno 2011
DEDALITOS DE ORO Y SIEMPREVIVAS
Nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar...
HA LLEGADO CARTA:

31 de mayo de 2011.

Estimado Juan Pablo:

Con profundo dolor y una inmensa pena te comunico que mi muy querido hermano Sergio tuvo el jueves pasado en Puerto Montt un terrible accidente carretero, falleciendo en el choque. Un camión lo embistió al doblar en U lanzándolo fuera de la vía y volcándose varias veces. Todo esto ocurrió en la carretera Puerto Montt- Pargua. Recién ayer, en Osorno, cumpliendo su deseo, fue cremado su cuerpo. Sus cenizas, en principio una parte, serán depositadas en su querida Isla Mechuque (Chiloé), y la otra en su siempre recordado y, por qué no decirlo, tan querido pueblo de San José de Maipo (Río Maipo-Puente del Toyo). Prometo avisarte la fecha de esta romería.

Quiero recordar en este momento a Jorge Manrique (1440-1479), dos estrofas que escribió a la muerte de su padre y que podría usar ahora a la muerte de mi hermano Sergio:

RECUERDE EL ALMA DORMIDA,
AVIVE EL SESO Y DESPIERTE
CONTEMPLANDO
CÓMO SE PASA LA VIDA,
CÓMO SE VIENE LA MUERTE
TAN CALLANDO;
CUÁN PRESTO SE VA EL PLACER,
CÓMO, DESPUÉS DE ACORDADO,
DA DOLOR;
CÓMO, A NUESTRO PARECER,
CUALQUIER TIEMPO PASADO
FUE MEJOR.
NUESTRAS VIDAS SON LOS RÍOS
QUE VAN A DAR A LA MAR,
QUE ES EL MORIR;
ALLÍ VAN LOS SEÑORÍOS
DERECHOS A SE ACABAR
Y CONSUMIR;
ALLÍ LOS RÍOS CAUDALES,
ALLÍ LOS OTROS MEDIANOS
Y MÁS CHICOS;
Y, LLEGADOS, SON IGUALES
LOS QUE VIVEN POR SUS MANOS
Y LOS RICOS.
(…)
Poesía estudiada en la juventud y muchas veces repetida por nosotros y por muchos más en estas mismas circunstancias. Payito, un gran abrazo, y ahora con mucha pena y llanto.

Mario.

SERGIO, RETRATO EN OBRA EN CHILOÉ.
EN LAGUNILLAS CON UN AMIGO Y
HERMANO MARIO, TRATANDO DE ESQUIAR.
SERGIO CON SUS HIJOS: SERGIO, JORGE
ARTURO, VIOLETA Y ANA MARÍA.

Bueno, Mario, quizás es bueno que te confiese que cada vez que recibo una noticia como esta, la impresión que siento tiene mucho de una emoción muy alejada de lo adverso, una emoción que tiene algo de bonito y que no puedo explicar. Para mí no es posible mirar la muerte como algo negativo. No me cabe duda de que el que se va está muy bien, y son los que se quedan los que tienen que saber soportar esa ausencia momentánea (todo lo cual te lo digo muy alejado de la religión, ya que yo no soy religioso). Llegar a aceptar la ausencia de seres queridos es darse cuenta de muchas cosas que hacen crecer, entre ellas, que la persona que se fue sigue entre nosotros, no sólo en el recuerdo, sino en la vida cotidiana misma. Todo se da en un proceso muy personal.

Sergio fue un gran lector de esta revista, un gran colaborador. Seguramente, su conciencia está siguiendo todas estas acciones nuestras, los que estamos «vivos». Yo quedé muy unido a él, en el pensamiento, desde que nos vino a ver, hace como tres o cuatro años, con su señora. Ese día salí de casa, iba a pie rumbo al pueblo y una pareja me para y me pregunta por la casa de Eduardo Barrios. Me pareció cara conocida. Era Sergio, a quien no veía desde que yo era niño y él adolescente. Indudablemente, él era una persona que irradiaba algo especial.

Un fuerte abrazo y mis sentidos saludos a toda la familia, sobre todo a la esposa e hijos de Sergio,

Payo (jpyb).

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