Revista Dedal de Oro N° 70
Versión electrónica de la Revista Dedal de Oro. Nº 70 - Año XIII, Primavera 2014

ESPIRITUALIDAD

COMIENZA EL VIAJE
Cajón del Maipo. Foto J.P.Y.B.
CAJÓN DEL MAIPO. FOTO J.P.Y.B.

En la actualidad, muy pocas personas podrían decir que la vida es sencilla o fácil de llevar, ya que sumado a la exigencia del mundo económico, laboral y material, nos encontramos de manera cotidiana con un sinfín de sorpresas que muchas veces conducen nuestras energías internas a la angustia, ansiedad e incertidumbre, entre muchas otras cosas. Queda poco tiempo para el descanso, la familia, el deporte, la extensión cultural y menos aún para conocer lo que ocurre dentro de nuestro propio ser interior. Y, paradójicamente, la gran mayoría de la humanidad se da cuenta, a veces muy tarde, de que había algo más que hacer que competir, compararse, exigirse más allá de capacidades intelectuales o físicas y apreciar el propio desarrollo de nuestras acciones y pensamientos.

Todo ello repercute en que nuestra mente y ser espiritual estén totalmente concentrados en acciones del pasado, intentando arreglar o perdonar algo o desplazados día a día en algún evento futuro de dudosa validez, que hace olvidar por completo lo que estás viviendo en este momento. Cuando caminas, cuando manejas, cuando respiras, puedes darte cuenta sin mayor esfuerzo de que existe una cierta bilocación de tu energía. Pareciera ser que hay dos "yo", uno que realiza acciones mecánicas y otro que piensa a diestra y siniestra sin mayor orden lógico y que está encargado de complicarte la vida, engañarte, focalizarte en la crítica y el juicio a otros seres humanos, crear distintos escenarios ante una misma situación y principalmente restar merecimiento a tu propio desarrollo sicológico creativo.

Si lo analizas con calma, podrías pasar meses, años, quizás vidas (si crees en la reencarnación) tratando de comprender, entender lo que pasa dentro de ti, y seguramente podrías deducir rápidamente que se trata de un laberinto multidimensional, cuya solución es indeterminada, tirando la toalla y entregándote sencillamente a lo que la vida te entregue, sin ejercicio de tu propio albedrío. Nos tocó deducir esto a muy temprana edad, a eso de los 26 años, y concluir que ante el escenario que vivíamos, el vehículo físico pronto iba a colapsar.

Sumado a lo expuesto, la mente estaba descentrada de su eje con total notoriedad; enfermedades psiquiátricas, problemas nerviosos, dificultades con el entorno, etc., convergían hacia nosotros, y para llevar un día normal solo la medicación te permitía lograrlo con bastante esfuerzo. ¡Eso no era vida!

Ambos trabajábamos en el sector bancario con relativo éxito, no obstante, cerca de los 30 años, la vida colapsaba a pasos agigantados. Si bien podías observar tus cartas de presentación sociales, como títulos o postgrados, realmente eso no resolvía nada. Nuestras propias vidas estaban vacías, y así también la relación de pareja.

Llegó un momento clave; mi señora debía ser internada en una clínica por un cuadro depresivo mayor, con recomendación de jubilación, debido a 14 años seguidos con similares sintomatologías de todo orden. Por mi parte, la crisis de pánico se había extendido a agorafobia y alucinaciones visuales esporádicas. Fue un momento de esos que no se lo regalas a nadie, ni al peor de tus enemigos, ya que por primera vez experimentas lo que es "estar en el hoyo", o en términos transpersonales, en "la noche oscura del alma" y, peor aún, con la posibilidad latente de muerte de un ser amado. Obviamente, nuestra mente celebra estos colapsos del destino preguntándose y cuestionándose todo. ¿Qué va a ser de nosotros? ¿Qué va a ser de los niños? ¿Nuestro futuro profesional? ¿Nuestra vida material y expectativas?

A esa altura la propia vida personal ya no existía. Cuando la medicina alópata, que es nuestra base como practicantes del método científico, no da más esperanzas, siempre hay que tocar más puertas, ¡¡¡siempre!!! Es una pequeña muestra para probar nuestra autovaloración e interés por nosotros mismos.

Si bien en la mayoría de los casos hay un tremendo esfuerzo económico detrás, siempre se puede ir más allá. Y obviamente, no cabe duda de que las primeras experiencias van a ser decepcionantes o confusas y sin mayores resultados ante nuestro creciente nerviosismo. Pero si tienes un momento de calma para contemplar el escenario, te das cuenta de que, si permites un poquito de paciencia e intuición a los momentos que vives, la rueda de la fortuna comienza a girar a tu favor.

Nos acercamos con mucha confianza a la medicina alternativa, y los primeros frutos fueron mentiras y engaños, sencillamente porque no supimos buscar. Fue con la mente, con la exigencia, buscando resultados "aquí y ahora", independiente de lo económico. Pero podríamos decirles que eso de que tanto va el cántaro al agua que al final se rompe, es efectivo.

Si logras un momento de silencio interior, paz, devoción y reverencia, todas las etiquetas exteriores que van desde síndromes de nombres extraños hasta sucesos paranormales o influencias externas, se disipan en tu propia presencia interna.

Ese momento de silencio fue la clave para salir de ese caos, permitirte no solo ser un experimentador de la vida, sino también testigo de ella. Observar tu inquietud mental, tus anhelos y deseos infundados, ánimo por enriquecimiento innecesario o simplemente ser más que el de al lado. Desde ese momento, empezaron a aparecer "sincronicidades" que solo la experiencia personal podría describirlas, sueños que más bien parecían orientaciones trascendentales de un mundo místico y "voces" que ya no eran tus demonios y fantasmas interiores, sino claridad, luz y visión. ¿Qué ocurrió?

Creemos que cuando pujas por una ideal de vida que abarca la colectividad en vez de la individualidad, tus propias intenciones, voluntades e inspiraciones se alinean con el cosmos. Creemos que esa es la principal explicación que podríamos dar a un fenómeno de recuperación interior y exterior.

Tomó tres años, en que las pruebas con hipnosis clásica, la meditación, la contemplación de los hermosos parajes del Cajón del Maipo -lugar al que decidimos trasladarnos en todo este proceso- y la conexión con la naturaleza fueron claves.

La recuperación mental, emocional y fisiológica comenzó a aparecer a pasos motivantes. Claro, también sumamos a lo anterior otros factores, como rutina diaria de ejercicio físico de distinta índole, evaluación de nuestra creencia en Dios (quizás no en un paradigma o dogma religioso, sino en cualquier expresión o creencia superior de la historia de la humanidad o simplemente en la Pachamama, con todas sus bondades y virtudes), y renuncia a nuestros acomodados trabajos, cambiando literalmente nuestras vidas, concentrados en la recuperación. No faltó el amigo, o derechamente el mecenas, que siempre tendió la mano en los momentos económicos más complejos, porque, en definitiva, nuestras familias difícilmente van a creer en algo que está fuera de toda tradición de pensamiento.

En aquella época, sin mayor entrenamiento o cursos de sanación espiritual, nos prometimos a nosotros mismos, "si nos recuperamos a un nivel de vivir con relativa calma, dedicaremos nuestras vidas a ayudar y orientar". No confiando en algún don especial, sino como principal sensibilidad "lo que teníamos para compartir y dar a otros seres humanos". Rápidamente, pudimos descubrir cierta habilidad intuitiva psíquica que nos proyectaba a conectar con otros planos de consciencia o realidad, ver distintas problemáticas y enfermedades de las personas desde un punto de vista más trascendental, recogiendo mensajes, orientaciones, curaciones o vínculos desde vidas anteriores. Lo que antes era denominado como "locura" por la mente, había dado a luz a una expresión de orientación y sanación. Cuando invocas tu intención, el universo se afina casi mágicamente, y comienzan a aparecer oportunidades de distinta índole para compartir tu habilidad y experiencia.

Lo que más hemos aprendido es que tu propia vivencia como ser humano es demasiado importante. Todo lo que llamas dolor y sufrimiento es tu propia universidad y el cómo te manifiestas hacia ella, el principal motor de cambio; gratitud o desprecio, es tu elección.

La capacidad para anotar día a día tu estado emocional, tus sueños, tus relaciones interpersonales, comenzar a permitirte ciertos momentos para ti, para cerrar los ojos y sentir tu respiración o el aire pasar por tu rostro, tener tiempo para tu familia con total enfoque, disfrutar de tus mascotas, de tus plantas o árboles, es la vida misma, la esencia, el tao que todos buscan.

Es un anhelo que sientan que su vida es universal, que es un camino de dualidad donde puedes elegir entre la infelicidad y la dicha. La energía es la misma siempre, pero las creencias y paradigmas muchas veces impuestos te llevan a seleccionar algo que realmente nunca quisiste. Que la mayoría de nuestros problemas, surgen "por querer lo que no tenemos y no querer lo que tenemos", lo que desenfoca nuestros importantes esfuerzos diarios y restan gratitud y generosidad a tu vida personal.

Nuestra cultura actual nos ha entrenado cultivando nuestro lado racional o interpretativo, no obstante, también es válido un tiempo para "compartir tu espíritu", "sentir tu espíritu" y "vivir tu espíritu"; la vida es mucho más sencilla.

La fuerte infiltración de racionalidad surgida miles de años atrás, mezcló paradigmas mentales con sensaciones del corazón, enredando gran parte de las antiguas enseñanzas. Creemos que una de nuestras pequeñas misiones, si es que realmente tenemos alguna, es la expansión del corazón, tener una perspectiva de la vida no solo mental sino también desde este músculo generador de impulsos electromagnéticos. La mente, por sí sola, no puede discernir entre lo que es verdad o mentira. Dar tiempo para observar los puntos de vistas que ya no son válidos dentro de tu vida y que son claramente insostenibles, y aprender a dejarlos ir; así también valores, creencias o hábitos que tú mismo no soportas.

Cuando observas el transcurrir de la vida, son tan lejanos la amabilidad, el cariño, el respeto por los animales y naturaleza, la pasión por la vida, el tesón por ir más allá del conocimiento que te permita abrirte a la sabiduría universal. En palabras es difícil expresarlo más profundamente. Atrévete a vivirlo con tu propia mirada, dejando los pensamientos pasar como nubes sobre un cerro inmóvil, y permite al corazón estar presente un segundo más cada día.

Cuando empiezas a mirar hacia el interior, lo intuitivo, lo psíquico, la visión de encarnaciones anteriores comienzan a aparecer a través de distintos canales perceptivos, pero mucho más importante que eso es, sin duda, cultivar eso que llaman amor, compasión y empatía. Si permites a estas tres energías universales entrar por tu canal, aparece la confianza, curación, expansión, trascendencia, seguridad, y el velo de la "ilusión" comienza paulatinamente a develarse.

Permítete investigar y avanzar día a día en tu integridad; indudablemente, es un gran objetivo.

Con afecto,

Pamela Albornoz y Cristián Sarmiento,
Canalizadores y Orientadores psíquicos.
Finalistas Psíquicos "Están entre nosotros".
www.terranaturalis.org
San José de Maipo, Santiago.

 
Volver al artículo anterior de Dedal De Oro Ver Artículo Siguiente
Volver al Índice de Dedal De Oro
Ponga su aviso aquí, será visto por más de 13.000 personas. Ponga su aviso aquí, será visto por más de 13.000 personas. Ponga su aviso aquí, será visto por más de 13.000 personas. Ponga su aviso aquí, será visto por más de 13.000 personas.