LA ANCIANA
Un carabinero hace señas a una viejita que manejaba a exceso de velocidad. Ella para y le dice al policía:
-¿Algún problema, oficial? -Señora, usted iba a exceso de velocidad. ¿Puede, por favor, mostrarme su licencia de conducir?
-Se la mostraría, pero no tengo. Me la quitaron hace cuatro años por ir manejando borracha.
-Ahá. ¿Puede mostrarme los documentos del auto?
-Desgraciadamente, oficial, tampoco puedo. Es que robé este auto.
-¿Qué ha dicho usted?
-Que robé este auto, y confieso que maté y descuarticé a su dueño. Los pedazos del cuerpo están en la maletera, por si se interesa en verlos.
El policía enciende su radio y pide refuerzos. En un minuto llegan cuatro patrulleros y rodean el auto. El Capitán se acerca a la viejita con la mano lista para desenfundar su pistola en cualquier momento. Le dice a la vieja:
-Señora, ¿puede salir del auto, por favor?
La mujer, muy tranquila y serena, se baja.
-¿Hay algún problema, Capitán?
-Uno de mis oficiales ha dicho que usted ha robado este auto y asesinado a su dueño.
-¿Cómo, asesinado al dueño?
-¿Puede abrir la maletera? La viejita la abre. Está vacía.
-¿Es éste su auto? -pregunta el Capitán.
-Sí, aquí están los documentos -afirma ella, pasándoselos.
-El oficial me ha dicho que usted no tiene carnet de manejar.
La mujer saca la licencia de su bolso y se la entrega. El Capitán la examina con detenimiento, ve que está en regla y, confundido, dice:
-¡Gracias, señora! Lo que pasa es que el oficial me ha dicho que usted no tenía documentos, que robó este auto y que asesinó y mutiló a su dueño.
Muy molesta, dice la viejita:
-¡Por dios, Capitán, apuesto a que ese mentiroso le dijo también que iba a exceso de velocidad!