TRASLADANDO PASTO EN MORALES.
ATRAVESANDO EL RÍO CLARILLO.
HACIENDO UN ARO HACIA EL CLARILLO.
EN EL REFUGIO PREPARANDO CAMA BAJO LAS ESTRELLAS.
RUCO DE MORALES.
El verso fluye como un aguacero,
para despedir al amigo arriero.
El relato, entre agosto y mayo,
entre dos mil doce y trece el año.
Dónde está el arriero,
en San José, preparando los aperos,
en San José, esperando los deshielos.
Pasan las fiestas, emprende la partida,
son once las horas con sus animales,
en cabestro los lleva hacia Morales.
Dónde está el arriero,
en la cordillera haciendo sendero,
con mulas y yeguas moviendo aperos,
hacia el glaciar para el extranjero.
Dónde está el arriero,
en el ruco que brota de la gran roca,
en el ruco ya atizando el leño,
café negro, pan y vino en la mesa,
presto a compartir con el forastero.
Dónde está el arriero,
bajo las estrellas entre las monturas,
en la fogata relatando recuerdos,
con la guitarra cantando a sus sueños.
Dónde va el arriero,
seis cabalgaduras y mula cargada,
cruzan valles, ríos y grandes quebradas,
enfilando por piedras y ventisqueros,
glaciar el Morado se divisa lejos,
lejos ya se divisa el Marmolejo
en cabalgata nos lleva al Clarillo,
en cabalgata al Refugio de Piedra.
Dónde va el arriero,
cabalgando entre cerros sin fronteras,
hacia el este de la gran cordillera,
gauchos cuyanos están a la espera.
Dónde está el arriero,
preparando la bajada en Morales,
baja en cabestro a sus animales,
en el valle, ruco y galpón esperan,
pasto y techo para los temporales.
Dónde está el arriero,
nadie lo sabe, solo la cordillera.
Ya no cabalga entre cerros y valles,
cabalga libre, sin tiempo, sin apegos,
cabalga hacia Dios en los altos cielos.
Gracias, Jaime Núñez, Amigo Arriero.
Siempre te recordaremos.