El viento pasa ruidoso y mueve las verdes hojas
cual pentagrama fogoso va camino hacia la costa.
El niño mira extrañado el sendero que ha cogido
el viento le guiña un ojo caminando a su destino.
Ya te quisiera coger entre mis pequeños dedos
pero tu marcha es fugaz y por eso yo no puedo.
El viento corre que corre
Mateo grita que grita
y con sus manos socorre
al viento que aún se agita.
Las ramas mueven las hojas al paso del torbellino
el niño no se acongoja pues sabe que él es su amigo.
Amigo viento, le dice, quisiera jugar contigo
montar sobre tus crestas y correr despavoridos
volaremos hacia las nubes, bajaremos en raudales,
formaremos remolinos al borde de los trigales.
Mateo grita que grita
quisiera seguir su marcha
buscando el agua bendita
convirtiéndola en escarcha.
Ambos corren por el campo, abrazados uno al otro
el niño con alegría y el viento con mucho arrojo.
Madre luna, padre sol, el viento limpia tus caras
las nubes sirven de espejos cuando clarea el alba.
Por la mañana y la tarde la lluvia se hace presente
el niño corre desnudo mojando entera su frente.
El viento silba que silba
Mateo corre que corre
dándose mil volteretas
en la punta de sus talones.
Por el prado van y vienen jugando a la escondida
en las sombras se detienen queriendo esconder su huida.
Viento amigo, ¡búscame!, grita el niño entusiasmado
corriendo de un lado a otro sobre el césped iluminado.
Sus cabellos acaricia el viento ligeramente
el niño con su sonrisa busca y busca hacia el oriente.
Mateo busca que busca
al viento que se ha escondido
este último le asusta
soplándole en el oído.
Quien busca siempre encuentra, le dice el viento a su amigo
hacia el oriente encontrarás el lugar de tu destino.
El niño escucha atento la brisa sobre el follaje
sus ojos miran contentos recorriendo el paisaje.
Tú no estarás nunca solo, susúrrale así la brisa
la vida es larga si quieres, no vayas nunca de prisa.
Mateo escucha atento
las palabras de su amigo
se aleja el viento silbando
en busca de otros caminos.
El pequeño y el viento corren en la misma dirección
Mateo con su sonrisa canta al aire una canción.
Un amigo he encontrado, piensa para sí la brisa
mirándole de reojo, tirándole la camisa.
El niño no se da cuenta de la felicidad del viento
por haber jugado juntos en todos estos momentos.
El viento corre que corre
Mateo lo ve alejarse
las hojas que han caído
ya no podrán sujetarse.
Mateo lo ve alejarse
con pena en el corazón
el viento corre que corre
buscando otra dirección.
Mateo ríe que ríe
la tarde que va cayendo
el viento corre que corre
en las nubes va durmiendo.