Aburrida y sin mucho que hacer al final de mis vacaciones no tuve más alternativa que ocupar mi tiempo en mirar la televisión. En realidad no fue tan malo; encontré un par de canales cuyos programas me resultaron bastante instructivos.
Me hallaba yo haciendo zapping y, de entrada, la curiosidad morbosa me detuvo en NatGeo: en la pantalla una mujer semisentada en la taza del baño orinaba dentro de un frasco y, luego de haber vaciado su vejiga, procedía a beberse hasta el último sorbo de su "pipí", como si se tratara de una refrescante agua mineral. ¡Guácala! –pensé pero seguí mirando, con los ojos a medio cerrar. Eso no había sido nada.
Seguí dándole al control remoto y en un canal de películas clásicas, el TCM, pasaban el notable film italiano Saló o los 120 días de Sodoma, mostrando fuertes escenas de coprofagia, utilizada como método de tortura. Coprofagia, sí, ingestión de excrementos. ¿Asqueroso, no? Pero existe. Obviamente mi permanencia en este canal duró lo que tardó mi dedo en apretar el botón hacia la estación siguiente. Así llegué al Discovery Health, donde un médico hablaba acerca de la "rhinotillexomania" (compulsión de hurgarse la nariz con el dedo), apoyándose en imágenes de niños concentrados en aquel acto e incluso comiéndose los mocos, cosa que, según él, "reforzaba el sistema inmunológico de manera natural y gratuita".
A esas alturas la parrilla programática privada estaba a punto de hacerme vomitar. Pero como soy una persona positiva, inmediatamente le vi el lado bueno al asunto y se me ocurrió aprovechar aquella experiencia televisiva. Apagué por fin la "caja maldita" y me puse a investigar sobre tres palabras que me quedaron dando vueltas. Palabras que tienen en común, primero, el ser secretadas por distintos orificios del cuerpo y, en segundo lugar, provocar desagrado, incomodidad o incluso repugnancia a quienes las leen.
Aparte de referirme a la procedencia de la orina, de la caca y del moco (lingüísticamente hablando –la otra ya la sabemos-) comentaré sobre algunos dichos populares y frases asociadas a cada una de ellas.
La Orina
La orina, por lo común, es un fluido de color amarillo constituido en un noventa y cinco por ciento de agua, en la que se disuelve el ácido úrico, sales minerales, toxinas, otras sustancias y amoníaco. Coloquialmente a este líquido suele llamársele "pichí" o simplemente "meados". Existen varios dichos populares relacionados con la orina:
"Sin decir agua va". Se dice cuando se ejecuta alguna acción sin previo aviso, que permita eludir sus consecuencias a quienes pudieran verse afectados por dicha acción. Ej.: ¡Y sin decir agua va, llegó y le plantó un tremendo beso en la boca! Esta locución alude a la costumbre antigua de vaciar bacines y orinales por balcones y ventanas en una época en que no existía el retrete ni el agua corriente en las casas y las poblaciones no contaban con sistema de alcantarillado. Por las mañanas, las amas de casa recogían los recipientes de su vivienda y vaciaban su líquido contenido a la calle, tras el grito de aviso de: ¡Agua va…! Con ello se ponía sobreaviso a los posibles transeúntes del peligro inminente de recibir una indeseada ducha. Cuando las instalaciones sanitarias mejoraron, la costumbre desapareció en buena lógica, pero la frase de ¡Agua va! permaneció en el lenguaje como sinónimo de advertencia.
Al decir que alguien está "meando fuera del tiesto" se alude al que se sale del tema de una conversación, dice algo inconveniente o que no viene al caso. Ej.: ¡Lucho, no va por ahí la cosa, estái meando fuera del tiesto!
Andar "mea'o de perro" es andar con mala suerte. Ej.: ¡Pff!! Este año me ha salido todo mal, ando mea'o de perro.
"¡Dale con que las gallinas mean!" Esta locución aparece cuando se está discutiendo con alguien porfiado, muy "llevado a sus ideas". Ej.: No po'h, José, dos más dos no son cinco… ¡y dale con que las gallinas mean!
La Caca
La caca es el excremento humano y también las deposiciones de los animales. Según Joan Corominas, en su Breve diccionario etimológico de la lengua castellana, caca "es una voz