Versión electrónica de la Revista Dedal de Oro. Nº 56 - Año IX, Otoño 2011
PSIQUIATRÍA
LA BILÓGICA
de IGNACIO MATTE BLANCO
UN MODELO PARA COMPRENDERSE MEJOR A SÍ MISMO Y AL MUNDO
JOSÉ LUIS VILLALBA P.
MIEMBRO DEL INTERNATIONAL BI-LOGIC GROUP.

EL MÉDICO PSICOANALISTA CHILENO IGNACIO MATTE BLANCO (1908-2004), SALVO EN LOS ÁMBITOS ESPECIALIZADOS, ES MUY POCO CONOCIDO EN NUESTRO PAÍS. ESTO SE DEBE A QUE LA MAYOR PARTE DE SU VIDA PROFESIONAL LA DESARROLLÓ FUERA DE CHILE Y SUS PRINCIPALES PUBLICACIONES AÚN NO HAN SIDO TRADUCIDAS AL ESPAÑOL. HAY QUE RECONOCER, SIN EMBARGO, QUE EL PERÍODO EN QUE EJERCIÓ LA PSIQUIATRÍA Y LA DOCENCIA EN CHILE -UN POCO MÁS DE VEINTE AÑOS- FUE UN TIEMPO FRUCTÍFERO: JUNTO CON FORMAR UN IMPORTANTE NÚMERO DE DISCÍPULOS, CREÓ LA ASOCIACIÓN PSICOANALÍTICA CHILENA, RECONOCIDA INTERNACIONALMENTE. POR OTRO LADO, LA CLÍNICA PSIQUIÁTRICA, DEPENDIENTE DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE, RECIBIÓ DE SU PARTE UN FUERTE IMPULSO Y RENOVACIÓN. TAMBIÉN EN ESTE TIEMPO PUBLICÓ DOS OBRAS EN CASTELLANO: «LO PSÍQUICO Y LA NATURALEZA HUMANA» (1954) Y «ESTUDIOS DE PSICOLOGÍA DINÁMICA» (1955), DONDE YA SE ADVIERTEN LO AVANZADO DE SUS IDEAS Y EL RIGOR DE SU MÉTODO PERO AÚN NO MUESTRAN SUS PLANTEAMIENTOS MÁS INNOVADORES.

EN 1966 SE TRASLADÓ A VIVIR A ROMA, CIUDAD DONDE PERMANECIÓ HASTA SU MUERTE. ALLÍ EJERCIÓ LA ATENCIÓN MÉDICA Y LA DOCENCIA. EN ESE MEDIO, QUE LE PERMITÍA ESTAR EN UN CONTACTO MÁS ESTRECHO CON LA INTELECTUALIDAD EUROPEA, ESCRIBIÓ SUS PRINCIPALES OBRAS: «THE UNCONSCIOUS AS INFINITE SETS. AN ESSAY IN BI-LOGIC» (1975) («EL INCONSCIENTE COMO CONJUNTOS INFINITOS. UN ENSAYO SOBRE BILÓGICA») Y «THINKING, FEELING AND BEING» (1998) («PENSAR, SENTIR, SER»). MATTE BLANCO DESARROLLÓ SUS IDEAS A PARTIR DE SUS PROFUNDOS CONOCIMIENTOS DEL PSICOANÁLISIS, DISCIPLINA QUE PRACTICÓ TEMPRANAMENTE EN CHILE Y EN LA QUE AHONDÓ APROVECHANDO SU LARGA ESTADÍA EN LONDRES, CIUDAD A LA QUE SE DIRIGIÓ EN 1934 PARA ESPECIALIZARSE EN EL ÁREA DE LA FISIOLOGÍA. ALLÍ, AL POCO ESTAR, SE VINCULÓ ESTRECHAMENTE CON DISCÍPULOS MUY LIGADOS A SIGMUND FREUD, QUIEN EN 1938 OPTÓ POR EMIGRAR, YA MUY ENFERMO, A INGLATERRA TRAS LA LLEGADA DE HITLER AL PODER EN ALEMANIA. MATTE BLANCO TERMINÓ ALLÍ SU FORMACIÓN DE PSICOANALISTA Y FUE ACEPTADO COMO MIEMBRO DE LA SOCIEDAD PSICOANALÍTICA BRITÁNICA.

HABIENDO ESTALLADO LA 2ª GUERRA MUNDIAL, MATTE BLANCO SE TRASLADÓ EN 1940 AL ESTE DE ESTADOS UNIDOS, DONDE TRABAJÓ EN CONNOTADOS CENTROS PSIQUIÁTRICOS. A LA PAR, PROFUNDIZÓ EN SUS CONOCIMIENTOS DE MATEMÁTICAS EN EL PRESTIGIADO CURSO DE A. COURANT, AVANZANDO TAMBIÉN EN EL TERRITORIO DE LA LÓGICA FORMAL Y LA TEORÍA DE CONJUNTOS. EN 1944 REGRESÓ A CHILE, DONDE RESIDIÓ HASTA 1966.

El doble rol del psicoanálisis.
Simetrías y asimetrías.

Matte Blanco conoció a fondo la obra y el quehacer de S. Freud. Para él estaba muy claro el doble rol del modelo freudiano: por una parte, este se puede asumir como una innovadora técnica psicoterapéutica para el tratamiento de los trastornos mentales, pero también el mismo psicoanálisis, entendido como el conjunto de todos los postulados de Freud, es un modo de explicar el fenómeno humano como una globalidad, tanto a nivel individual como parte de procesos más amplios, como los filogenéticos y los culturales.

Para Matte Blanco, lo más importante de Freud es su temprano descubrimiento del inconsciente. En esto radicaría su máxima genialidad. Freud puso al descubierto eso que él mismo llamaría «el reino de lo ilógico» y que no sería otra cosa que aquella parte de la psique humana, velada a la conciencia, y que cuenta con características específicas. Si bien Freud enfocó con el tiempo su descubrimiento de distintas maneras, para Matte Blanco lo esencial es que el inconsciente es un sistema, con su estructura específica y sus leyes.

A partir de esta premisa básica, Matte Blanco empieza a construir sus propios postulados, los que resumidos sucintamente se reducen a lo siguiente: en el ser humano existen dos modos de ser, dos maneras de percibir y de relacionarse con el mundo. Estos serían el modo consciente (o modo asimétrico) y el modo inconsciente (o modo simétrico). Ambos coexisten simultáneamente, sin mezclarse jamás entre sí, tal como ocurre con el oxígeno y el nitrógeno en el aire que respiramos. Esta coexistencia genera una antinomia permanente, una contradicción imposible de resolver. Ello se debe a que ambos modos o sistemas cuentan con sus estructuras y leyes propias. Inclusive, con lógicas propias distintas entre sí.

En este sentido, podemos decir que para el modo consciente lo que prima es la capacidad de crear distinciones y relaciones. Para ello se vale del lenguaje y de la lógica formal o lógica aristotélica, llamada así en honor a Aristóteles, quien fue el primero en señalar las claves para el correcto raciocinio. Apoyados en nuestro entendimiento, estructurado adecuadamente, podemos abordar el conocimiento sistemático del mundo. Este ha sido el camino de la filosofía y de la ciencia. En el diario vivir, el ser humano se vale de este modo para pensar, distinguir, escoger adecuadamente y movilizarse con la acción correcta. O al menos así se supone que lo haga. Porque no siempre actuamos a partir de lo razonable y de lo lógico. Más bien lo hacemos impulsivamente, de manera irreflexiva, dejando que sean las apetencias y las emociones las que gobiernen nuestros actos.

Aquí es donde ha entrado en juego el otro modo de ser, el inconsciente o simétrico. Pascal tiene un aforismo que ilustra claramente esto, y que Matte Blanco lo usa más de una vez en sus escritos: «El corazón tiene razones que la razón no comprende». Cuando usamos habitualmente el término «corazón» no nos referimos al órgano específico de nuestro cuerpo sino más bien al aspecto emocional asociado a nuestros sentimientos. Así, por ejemplo, podemos constatar, consternados, que el objeto de nuestro amor que en un momento nos colmaba y parecía no tener tacha, se ha convertido de pronto en algo que rechazamos, despreciamos o inclusive odiamos abiertamente. Lo mismo podemos verificar en el terreno de las discusiones. Ya sea en cualquiera de los grandes temas (política, religión, arte, ecología, deportes, etc.) como en muchas de las situaciones del diario vivir. Sentimos que la razón es insuficiente para sostener nuestros argumentos o impedir nuestros arrebatos. Si no logramos convencer a nuestro oponente solemos frustrarnos y terminamos por descalificarlo ¿Qué pasa en lo más profundo de nuestra psique, en ese territorio donde se forja el llamado modo inconsciente o simétrico?

Matte Blanco postula que en el inconsciente impera una lógica muy distinta a la lógica clásica o aristotélica. Esta lógica operaría, independiente de la razón y de la voluntad, a partir de dos principios: el principio de generalización y el principio de simetría.

1) El principio de generalización consiste en que «el sistema inconsciente trata una cosa individual (persona, objeto, concepto) como si fuera un miembro o elemento de un conjunto o clase que contiene otros miembros; trata esta clase como sub-clase de una clase más general y esta clase más general como sub-clase o sub-conjunto de una clase aún más general y así sucesivamente» (Matte Blanco, 1975). Basta con que ciertas características o cualidades se «manifiesten» para que una cosa se agrupe con otras que comparten dicha característica formando un conjunto más amplio. Por ejemplo, distintos animales pueden formar el conjunto de los vertebrados. A su vez, este nuevo conjunto se agrupa con otros conjuntos formando la clase de los seres vivos, los que a su vez se pueden
 
IGNACIO MATTE BLANCO (1908-1995)
A COMIENZOS DE LOS ´90, EN ITALIA.
LAS ORIGINALES IDEAS DEL PSICOANALISTA CHILENO CONTINÚAN SIENDO ESTUDIADAS
EN DIVERSAS PARTES DEL MUNDO.
MUCHAS CONDUCTAS DEL SER HUMANO
SE ACLARAN CON ELLAS.


GRUPO DE PARTICIPANTES EN EL 7°
CONGRESO DEL GRUPO INTERNACIONAL
DE BILÓGICA, CELEBRADO EN AGOSTO DE 2010, EN LONDRES.
DE IZQUIERDA A DERECHA: ALEJANDRO Y PAULINA REYES, DE LONDRES; LAURIE RYAVEC, DE CALIFORNIA; ALESSANDRA GINZBURG, DE ROMA; JAIME COLOMA
Y ELEONORA CASAULA, DE SANTIAGO.
TODOS SON PSICOANALISTAS.


«EL ESPÍRITU DE LA GEOMETRÍA» (1937),
ÓLEO DE R. MAGRITTE. COLECCIÓN TATE
GALLERY, LONDRES.
MUCHOS ARTISTAS, INTUITIVAMENTE,
CAPTAN LAS PROFUNDIDADES Y PARADOJAS
DE LA PSIQUE HUMANA. DE ELLO NACEN OBRAS INSÓLITAS Y DE MÚLTIPLES
LECTURAS. EN ESTE CASO, MAGRITTE,
SIN CONOCER A MATTE BLANCO, ILUSTRÓ
CLARAMENTE EL LLAMADO
«PRINCIPIO DE SIMETRÍA».


EL PRINCIPIO DE GENERALIZACIÓN CONSISTE EN QUE “EL SISTEMA INCONSCIENTE TRATA UNA COSA INDIVIDUAL (PERSONA, OBJETO, CONCEPTO) COMO SI FUERA UN MIEMBRO O ELEMENTO DE UN CONJUNTO O CLASE QUE CONTIENE OTROS MIEMBROS; TRATA ESTA CLASE COMO SUB-CLASE DE UNA CLASE MÁS GENERAL Y ESTA CLASE MÁS GENERAL COMO SUB-CLASE O SUB-CONJUNTO DE UNA CLASE AÚN MÁS GENERAL Y ASÍ SUCESIVAMENTE”
(7 DE FEBRERO DE 2007, SPENCER TUNICK EN SANTIAGO DE CHILE).
agrupar en el conjunto de los seres que habitan la Tierra, etc. Esta capacidad de agrupar la tiene también nuestro sistema consciente, el que en virtud de su capacidad de abstracción puede elencar y jerarquizar. Pero en el inconsciente el principio opera de una manera más espontánea y compleja. De este modo, si percibo (conscientemente) los elementos que hay sobre mi escritorio, debo hacer un cierto esfuerzo para encontrar los elementos de la clase de las cosas blancas: las hojas de los libros, la tapa de un plumón, el mouse del computador, una caja de cartón, el cable eléctrico, etc. En mi inconsciente, es probable que la agrupación sea instantánea e incluya una serie de otros elementos que a primera vista no consideré. Los poetas suelen manejar espontáneamente estas propiedades cuando construyen sus metáforas. Por ejemplo, Neruda, en su «Oda a la cebolla» trata al vegetal, entre otras cosas, de «luminosa redoma, copa de platino, globo celeste, baile inmóvil de anémona nevada…» Para cada una de estas metáforas podemos buscar la clase o conjunto que comparte propiedades con la cebolla y así podemos entender mejor la emoción que nos despierta el poema.

2) El principio se simetría se refiere al hecho de que el sistema inconsciente trata al inverso de una relación como si fuera idéntico a la relación. En otras palabras, trata a las relaciones asimétricas como si fueran simétricas (Matte Blanco, 1975). Para entender mejor este postulado debemos volver a esa capacidad de nuestra conciencia que consiste en crear relaciones. Por ejemplo, digo que Juan es el padre de Pedro. Esta relación sería asimétrica, es decir implica desigualdad entre sus componentes, de modo que si invierto la relación afirmaría que Pedro es el hijo de Juan. También si afirmo que mi mano es parte de mi brazo estoy usando una relación asimétrica. En este caso, no hay un término lógico para invertir la relación. Sin embargo, en nuestro inconsciente da lo mismo que la mano sea parte del brazo o que el brazo sea parte de la mano. Lo mismo vale con la paternidad de Pedro: el hijo también puede ser el padre de su padre.

Por cierto, esto no es fácil de asimilar de buenas a primeras, pues tendemos espontáneamente a aplicar la lógica aristotélica. Pero el inconsciente, así como el corazón, tiene sus propias razones. Si las aceptamos, entonces podemos entender mejor otros fenómenos, como el de la ausencia del tiempo y del espacio que se da en el modo de ser inconsciente. Ya Freud se había percatado tempranamente de la atemporalidad que se manifiesta en los sueños. Pero Matte Blanco clarifica con más precisión este hecho al mostrar que, tanto el tiempo como el espacio, son fenómenos compuestos por relaciones y sucesiones y, por tanto, son propios del modo consciente. Pero en el modo inconsciente, al actuar el principio de simetría, mañana es lo mismo que ayer, antes es lo mismo que después, aquí es igual a allá. Llevando la situación al extremo, desaparecen completamente las categorías espacio-temporales dando paso a un aquí y ahora absoluto, inamovible, infinito. En el mundo del corazón, es decir, de la simetría, las emociones no tienen tiempo. Solo afloran desde una realidad que es puro presente. De ahí que nuestras sensaciones y sentimientos tempranos se mantengan prácticamente invariables a lo largo de nuestra vida.

Por otra parte, podemos también aceptar como consecuencia de este principio de simetría que todos los elementos que constituyen un conjunto o clase terminan siendo idénticos entre sí. Por ejemplo, si en nuestra experiencia vital hemos ido acumulando distintas situaciones de agresión (verbales, físicas, etc.) en nuestro inconsciente no existen agresores individuales. Solo está presente la clase de los agresores, por muy diferentes que ellos hayan sido en la realidad. De ahí se puede deducir que cuando sufrimos algún tipo de agresión reaccionemos de una manera desproporcionada a la causa. Es que la simetrización ha sido instantánea y la emoción se activa y se maximiza poniendo en el presente todas las experiencias pasadas, aunque muchas ya se hayan por completo olvidadas.

Matte Blanco llama a esta lógica que estructura el sistema inconsciente, lógica simétrica. Gracias a esto, él pudo adentrarse en las claves que estructuran el lenguaje de algunos enfermos mentales. En una ocasión, una antigua enferma de esquizofrenia le dijo que «el Dr. N. debía ser muy rico». Al ser requerida en qué basaba su afirmación, la enferma respondió: «Es que es muy alto». Aplicando los principios de generalización y de simetría se comprende lo dicho por la esquizofrénica. Tanto la altura física como la riqueza pertenecerían a la clase de «tener en abundancia». Por tanto, si se igualan o simetrizan los elementos del conjunto, es «lógico» que la altura sea sinónimo de riqueza.

En nuestra vida ordinaria con frecuencia se generan «simetrizaciones» en nuestro inconsciente. A veces eso incrementa nuestro gusto por vivir. ¿Quién no se ha sobrecogido ante la belleza de la naturaleza incontaminada o ante una obra de arte o ante un ser amado? Pero también hay ocasiones en que ocurre lo contrario. Desde quedarse atrapado en el resentimiento hasta suponerle a una persona en quien confiamos más atributos de los que realmente tiene. Y eso suele ser fuente de dolorosas decepciones.

Por tanto, en nuestro aparato psíquico están permanentemente en acción tres lógicas. Las dos primeras, la lógica clásica o aristotélica y la lógica simétrica, son las que hemos mostrado. Pero está la tercera, que es la mezcla de ambas, y ella sería la bi-lógica. Desde un punto de vista racional, podemos gobernar nuestros pensamientos. En otras palabras, tenemos poder sobre nuestro modo de ser consciente. Sin embargo, no tenemos ningún poder sobre nuestro otro modo de ser, el inconsciente. Este simplemente «aflora» en nuestro consciente. De ahí que la mezcla de las dos lógicas constituya esa antinomia irresoluta. Tras ello hay un auténtico conflicto de poderes. Por eso, nos es tan difícil dominar nuestras emociones: muchas veces nuestras decisiones, incluyendo las más trascendentales, obedecen a ellas más que a un proceso reflexivo y controlado.

La bi-lógica se presenta a través de múltiples maneras de estructurarse. Matte Blanco se refirió extensamente a ellas. Por razones de espacio no las mostraremos en esta ocasión. Solo podemos anticipar que gracias a la comprensión de estas estructuras bi-lógicas se aclaran muchos aspectos de las psicopatologías, como también conductas de la vida diaria: los fenómenos afectivos, las experiencias místicas, el fenómeno del arte en sus múltiples expresiones, los fanatismos, etc.

A la par de un gran número de psicoanalistas de diversos países, también se han interesado en los postulados de Matte Blanco, teólogos, filósofos, antropólogos, literatos, estetas, cineastas, semiólogos, etc. Por doquier se han editado libros y artículos aclarando y profundizando su pensamiento. También hay grupos de estudios que abordan su obra desde múltiples perspectivas, destacándose el International Bi-logic Group (IBG) que reúne gente de Inglaterra, Italia, Irlanda, Francia, Finlandia, Estados Unidos, Canadá, Brasil y Chile. Encuentros de esta naturaleza se han organizado desde 1998 en Londres, Nueva York, Roma, Santiago, Helsinki.

En este tiempo que orbita en torno a la conmemoración del Bicentenario, creemos que la figura de Ignacio Matte Blanco bien merece la pena ser recordada y valorada por el gran aporte que ha hecho a la psicoterapia como también a la clarificación del fenómeno humano. Aporte que, como hemos dicho, ya ha sido, y continúa siendo, reconocido a nivel mundial.

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