Versión electrónica de la Revista Dedal de Oro. Nº 67 - Año XII, Verano 2014 |
JUBILADO
La gente que aún trabaja me pregunta a menudo qué hago todos los días, ya que ahora que estoy jubilado, me debe sobrar mucho tiempo. Pues bien, el otro día fui al centro y entré al correo a recoger un paquete que me había llegado. No tardé ni cinco minutos. Cuando salí, un carabinero estaba llenando un parte por estacionamiento prohibido. Me acerqué a él y le dije: "¡Vaya hombre, no demoré ni cinco minutos, Dios le recompensaría si hiciera un pequeño gesto para con un jubilado!" Me ignoró olímpicamente y continuó llenando la infracción. La verdad es que me pasé un poco de boca y le dije que era un sin-vergüenza. Me miró fríamente y empezó a llenar otra infracción alegando que, además, el vehículo no tenía pegada una calcomanía de no sé qué inspección técnica. Entonces levanté la voz para decirle que ya me daba cuenta de que estaba tratando con un desubicado, que no sabía cómo carajo lo dejaban cumplir su misión de guardián del orden. Él terminó de escribir la segunda infracción, la colocó debajo del limpiaparabrisas y empezó con una tercera. No me achiqué y estuve así durante unos veinte minutos diciéndole las mil y una, en varios idiomas. Él, a cada insulto, respondía con una nueva infracción, y con cada infracción que llenaba se le dibujaba una sonrisita de satisfacción vengativa. Después de la enésima infracción, le dije: "Bueno, lo tengo que dejar, ahí viene mi bus". Desde mi jubilación, cada día ensayo cómo divertirme un poco. Es importante hacer algo a mi edad, para no aburrirme y mantenerme en un muy buen estado físico y mental.
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METEPATA
Vivo en una casa con patio que está separada de la del vecino por arbustos, algunos árboles y una reja bajita. Tengo un perro que hace poquito llegó cargando en el hocico el conejo muerto de mi vecino. Me sentí muy mal y me dio mucho susto, y como el conejo estaba todo sucio, lo lavé, lo sequé bien y fui a colocarlo en su corral, lógicamente sin que mi vecino me viera. Después de un rato vi por la ventana que el vecino se paseaba muy preocupado y pensativo de un lado a otro por su jardín, y entonces salí a preguntarle lo que le ocurría, si tenía algún problema. Él me dijo que no entendía nada, que estaba muy perplejo, pues su conejo se había muerto, él lo había enterrado y este había aparecido de nuevo en su corral, limpiecito, igual a como lo había encontrado antes de enterrarlo.
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CHOFER
Un pasajero le toca el hombro al taxista para hacerle una pregunta. El taxista grita, pierde el control del coche, casi choca con un camion, se sube a la acera y se mete en un escaparate haciendo pedazos los vidrios. Por un momento no se oye nada en el taxi, hasta que el taxista dice:
-Mire amigo, jamas haga eso otra vez. ¡Casi me mata del susto!
El pasajero le pide disculpas y le dice:
-No pensé que se fuera a asustar tanto si le tocaba el hombro.
El taxista le dice:
-Lo que pasa es que es mi primer dia de trabajo como taxista.
-¿Y que hacía antes?
-Fui chofer de carroza funeraria durante 25 años.
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ESTUDIANTES
La biblioteca de la Universidad estaba repleta de gente... Un joven encontró un lugar al lado de una llamativa rubia y le preguntó: "¿Te importa si me siento a tu lado?" La chica le respondió en voz bien alta: "¡No quiero pasar la noche contigo!" Todos los estudiantes que estaban en la biblioteca clavaron su vista en el joven, quien se sintió avergonzado y se retiró a otra mesa, que también tenía un asiento libre. Después de unos minutos, la chica se encaminó a la mesa del joven y le dijo al oído: "Yo estudio psicología y sé perfectamente lo que piensa un hombre. Te hice sentir avergonzado, ¿verdad?" El joven le contestó en voz bien alta: "¿Cien mil pesos por una noche? ¡Es carísimo!" Todo el mundo en la biblioteca clavó la vista a la rubia, que estaba pálida. Entonces el joven le susurró al oído: "Yo estudio derecho y sé cómo hacer parecer culpable a una persona."
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