PORCENTAJES DEL SEXO

Un estudio realizado hace años por una empresa británica fabricante de condones revela que Estados Unidos es el país en que más se hace el amor, con un promedio de 137 veces al año por habitante, y Japón el país en que menos se lo hace, con un promedio de 37 encuentros sexuales anuales. Entre estos extremos se encuentran Rusia (122), Francia (121), Grecia (115), México (96) y China (69). Claro, el estudio no da datos de la relación cantidad/calidad. Por otra parte, el 57 % de los consultados en todo el mundo dice hacer el amor al menos una vez a la semana, mientras que sólo un 4% afirma hacerlo todos los días. El promedio de pareja sexual en el mundo es de aproximadamente 9 compañeros/ as sexuales a lo largo de la vida. El 27% de los encuestados dice haber tenido sexo sólo con una pareja, mientras que el 22% lo ha tenido con 10 o más personas. El promedio de mujeres tenidas por los hombres es poco más de 12, mientras que las mujeres hacen un promedio de 8 hombres en su vida.

 

LOS HOMBRES TAMBIÉN LLORAN

Se dice que los hombres son cinco veces más propensos que las mujeres a llorar de alegría. La causa, en general, son los consabidos partidos de fútbol. En una conferencia de la Sociedad Británica de Psicología celebrada en los años noventa, se señaló que los varones no sólo lloraban cuando ganaba su equipo favorito, sino que también se convertían en verdaderos prisioneros de la atmósfera reinante en el estadio. También se señaló que, en general, la causa más importante que provoca el llanto es el dolor o la ruptura de relaciones sentimentales, y, en estos casos, también los hombres son más llorones que las mujeres: por una fémina que llora, lo hacen dos machos. Las mujeres, por su parte, lloran mucho más como resultado de una discusión o por sentirse incompetentes. Otras razones para un mayoritario llanto femenino son el temor, la autocompasión, la impotencia y la rabia.

CAER EN TENTACIONES

Lo dice la experiencia: caer en la tentación y consumar ciertos hechos puede resultar más beneficioso para el organismo que resistirse y abstenerse. El placer y la culpa son dos conceptos que siempre se han relacionado y que hoy siguen relacionándose, pero lo que ha cambiado es que al parecer el sentimiento de culpa resulta menos dañino para el cuerpo que la represión de los deseos, sean estos referentes a gula, sexo o cualquier otro concepto. La explicación es que la felicidad experimentada después de tener placer aumenta la cantidad de endorfinas, que ayudan a ser más resistente contra el dolor, y también aumenta el nivel de linfocitos, que son los primeros en actuar cuando se produce una agresión externa. Esto significa que si algún moralista nos reprocha "el pecado" recién cometido, estamos mejor preparados para ser inmunes a ese reproche.

VIVIR EN PAREJA

No en vano a través de los siglos y los siglos el ser humano busca vivir emparejado. Al parecer, la necesidad de vivir en pareja no obedece sólo a causas del romanticismo y de la sensualidad. ¿Por qué no? Se dice que la tendencia a la hemorragia cerebral o la embolia de las personas que viven en solitario tiene tres veces más posibilidades de desarrollarse comparada con la tendencia de las personas que viven en pareja. Por otro lado, es sabido que, en general y con dignas excepciones, los ancianos con pareja aumentan su calidad y esperanza de vida.

APRETÓN DE MANOS

Lo que saben aseguran que aquellas personas cuyos apretones de manos son más fuertes, tienen una personalidad más extrovertida y abierta a la nueva experiencia, además de que son menos neuróticas y tímidas que aquellas cuyos apretones de manos son fláccidos y débiles. Los hombres muestran un mayor número de apretones de manos más firmes que las mujeres. Las mujeres más liberales, intelectuales y abiertas a nuevas experiencias, aprietan la mano más firmemente y dejan una mejor impresión que aquellas menos abiertas, cuyos apretones de manos son menos firmes. Por tanto, no lo olvide: dado lo importante que es la primera impresión, es una buena idea tratar de que el primer apretón de manos sea bien fuerte. Pero no se pase.