LA CASONA DE LA DISCORDIA : FRONTIS HACIA EL CAMINO VECINAL.
LA CASONA VISTA DESDE EL JARDÍN INTERIOR.
"Me da mucha rabia que hoy en día se le dé tanta importancia a la casona; ahora porque este proyecto beneficia a 80 familias, por todos lados lo están atacando; por una parte la municipalidad, que no hace su trabajo, y por otro lado la discriminación de que hemos sido objeto durante este tiempo por los vecinos de El Melocotón, vecinos que tienen más recursos y que se sienten afectados porque sus terrenos se van a desvalorizar, y no ven la parte humana de nosotros, que somos 80 familias que por parte baja, están compuestas por dos adultos y dos niños aproximadamente.
También soy amante de la arquitectura, de lo que el ser humano ha dejado en la tierra y de mantenerlo, pero en este caso creo que no se justifica, porque pienso que es más importante la necesidad de las 80 familias -pero estamos hablando de 2.500 familias en el Cajón del Maipo que no tienen vivienda-, en un lugar donde los terrenos son tremendamente escasos y carísimos y con muy pocas posibilidades de construcción. Estamos hablando de un lugar donde el 70% de la comuna no es habitable, y lo que queda son terrenos particulares, no son del fisco ni de la municipalidad, por lo tanto, el precio que tienen los terrenos no está al alcance de las familias comunes.
Yo, como muchos otros que eligieron vivir en el Cajón del Maipo, creo que también tengo derecho. Yo vivo hace 22 años aquí, yo quiero estar aquí. Ha sido muy difícil hacer entender a la gente que este proyecto está hecho para gente del Cajón, que llevamos muchos años o que son nacidos aquí.
Nuestro proyecto nace para 24 familias que vivimos en El Arenal, pasando por varios procesos: primero había que buscar un terreno amplio para las 24 familias pero no se encontró, porque la mayoría de los terrenos son rurales. Ahí descubrimos que existe una ley desde el presidente Lagos, donde se declaró la zona como de "interés turístico", y además se declaró "zona rural" desde La Obra hasta el límite con Argentina, que llevan el título de "Terreno agrícola en área de protección ecológica con desarrollo controlado". Eso significa que en esos terrenos no se pueden construir más de 2 o 3 casas. Para poder quitarle ese título tienen que pasar, mínimo, por tres ministerios, cosa que acá no se ha hecho la gestión ni para la planta elevadora de nuestro proyecto. Bueno, al buscar el terreno nos encontramos con que eran tremendamente caros, entonces el gobierno dijo que para la compra del terreno no nos alcanzaba porque somos gente de escasos recursos, y como siempre, las migajas para el pobre… Nosotros estamos trabajando con Chile Barrio y un Techo Para Chile, y ellos nos dijeron que con la cantidad de familias no daba para que nos apoyaran, no sería rentable, entonces Chile Barrio nos recomendó junto a gente del Serviu del Ministerio de Vivienda que teníamos que ampliarnos. Entonces nos unimos con otra agrupación de Melocotón Alto y nos asociamos. El asunto es que éramos 60 familias, pero la cosa no resultó y quedaron algunas familias, y de ahí tuvimos que recibir gente de la comuna, pero lo que está más marcado en nuestros estatutos es que tiene que ser del Cajón del Maipo, y así empezamos a recibir gente para hacer factible este proyecto. Así seguimos buscando terreno; nos demoramos cuatro años.
Habíamos visto otro pero la gente que tiene plata hace lo que quiere en la comuna, y los que viven allí se tomaron parte de la entrada, dejando un callejón tremendamente estrecho donde sólo pasa un auto, cosa que la municipalidad jamás ha regulado, por los intereses creados –como dirigente es mi responsabilidad denunciar estas situaciones-, no tiene acceso, pensamos que quedaría perfecto, pero el Serviu lo rechazó.
La cosa es que llegamos a este terreno, que lo encontró la presidenta del otro comité. Los chicos de un Techo Para Chile hablaron con la Sra. Rachel Barniero, dueña del terreno y casada con don Isaías, y se empezaron a hacer las gestiones. Cuando vimos el terreno y la casona pensamos en hacer una biblioteca para los niños, hacer distintas salas para diferentes edades y una sede social para nosotros. Lamentablemente, con los cálculos que se hicieron, es imposible mantenerlos. Primero, la casona está fuera del límite permitido en la calle; el Serviu pide que las calles principales tengan 11 m, y la Calle Vecinal tiene 10 m, y más encima, la casona está afuera. Pero existe una ordenanza municipal que dice que sí se puede construir, pese a los 10 m, cosa que también tenemos que revisar. Nos topamos con eso, entonces qué vamos a hacer: vamos a rescatar la mayor cantidad de materiales de la casa para construir nuestra futura sede social; por ejemplo, hay un parrón con unas piedras, esas piedras se van a usar para hacer asientos en el parque central, pero siempre tratando de rescatar lo que más se pueda, además por un problema de acceso hacia la villa.
Los vecinos se fueron en contra, fue terrible; decían que va a llegar gente de afuera, además el día de hoy se habla de viviendas dignas, pero no es así. En el terreno en que yo vivo hoy, que es prestado por la municipalidad, las dimensiones que voy a tener es la mitad. El Estado dice, hay que erradicar los campamentos, pero la nueva casa, su frente, no va a tener más de 5 m de ancho. Nosotros vamos a tener que vivir así, es una caja de fósforos, pero va a ser mi caja de fósforos, donde mis hijos van a vivir en otras condiciones, aunque nosotros no vivimos mal donde estamos, pero es un terreno con mucho riesgo: tenemos el río, y con la naturaleza no se juega. Se plantea que si el alcalde me da mi título de dominio, que sabemos que no se puede hacer, en el lugar se puede salir el río en cualquier momento.
Ese es el tema, porque ahora la gente quiere declarar –a la casona- Monumento Nacional, pero hay que poner en la balanza una casona construida por el hombre o la seguridad de muchas familias. A esas personas yo les digo, por qué no se han preocupado de la Casa de Salud, de mantener el puente del Cristo, de protegerse de Gener, perdiéndose las riquezas naturales, porque de esa casa se puede volver a hacer una réplica, pero la destrucción de la naturaleza no tiene réplica.
Ahora el terreno está comprado, ahora tenemos que buscar alguna forma para conseguir el permiso de edificación e ingresar el proyecto al Serviu con los déficit que hay. El Estado nos entrega una cierta cantidad de UF para la construcción de las viviendas, pero con esa plata no alcanza. Entonces este proyecto tiene que ser financiado a través de asignación directa; vamos a tener que meter nuestra planta de tratamiento de aguas servidas y elevadora de agua en conjunto con todo para que el gobierno realice el proyecto.
Yo creo que va a ser uno de los proyectos más caros del Cajón del Maipo.
El proyecto va, porque el Serviu no va a comprar un terreno para dejarlo ahí. Hay que buscar la forma de hacerlo realidad, hay que dar la batalla para hacer efectiva nuestra construcción. El ahorro de las familias es de 30 UF para la viviendas, pero entre más ahorro tenga la familia, el gobierno te premia.
En total, nosotros llevamos 10 años desde que comenzó nuestro sueño, por eso nuestro nombre "Sueños entre montañas". Sabíamos que era una locura el querer tener una casa propia en la zona. Por ejemplo, la gente de El Manzano tuvo que irse de la comuna para obtener su casa propia, y en San Gabriel están dando la lucha, por eso nos da pena cuando nos echan para abajo.
Considero que de una vez por todas debemos alzar la voz; yo tengo derecho a tener mi casa propia, a ser reconocida como ciudadana del Cajón del Maipo y que no venga la gente que tiene más plata a hacer lo que quiera. Hablo como dirigente del comité. Creo que la comunidad nos debe ayudar a vivir tranquilos en la zona, porque hay un señor que tiene miles de hectáreas y que no hace nada en ese terreno. Nosotros necesitamos solo 5 metros de frente, por eso decidí dar la cara".