Revista Dedal de Oro N° 64
Versión electrónica de la Revista Dedal de Oro. Nº 64 - Año XI, Otoño 2013

TREN : AVE FÉNIX

ALGUNOS MINUTITOS EN TREN
BASTAN ALGUNOS MINUTOS PARA EXPERIMENTAR UN VIAJE HACIA EL INTERIOR DE UNO MISMO.
USTED QUEDA INVITADO A UNA VUELTITA EN TREN POR UN APORTE VOLUNTARIO.
UNA VUELTITA EN TREN POR UN APORTE VOLUNTARIO.

El andar en tren tiene que ver con reminiscencia y con poesía. El mayor mérito de lo que ha logrado el Proyecto Ave Fénix se traduce en dos logros: lo que se ha alcanzado en la recuperación física de lo ferroviario: un tren en restauración moviéndose en una estación en restauración; y lo que se ha alcanzado en el ámbito del corazón humano: pasajeros adultos sumergidos en la evocación y pasajeros niños sumergidos en la fascinación. Para confirmar esto, basta mirar las caras de emoción de los mayores y las caras de alegría de los menores. Si no es así, a ver quién puede desmentirlo.

Algunos minutitos andando en tren dentro de la Estación de El Melocotón bastan para revivir toda aquella sensación de los años cuando el tren de pasajeros subía bufando repleto de gente los fines de semana y el tren de carga bajaba con cuidadito lleno de piedras blancas con algunos ferrocarrileros militares sentados sobre ellas. Los niños de entonces lo mirábamos pasar sin saber que un día todo aquello sería recuerdo.

Hoy, ese recuerdo aflora con mucha fuerza cuando el trencito cruza repetidamente la Estación de norte a sur y de sur a norte, para finalmente desviarse hacia el andén, desde el que ha partido hace pocos minutos, para así terminar un viajecito que hace latir los corazones.

Los santiaguinos y las personas todas que los fines de semana suben al Cajón del Maipo deben pasar a conocer el tren de los recuerdos en El Melocotón. Sólo se solicita un aporte voluntario para afrontar los gastos de petróleo. Cada cual entrega lo que estima justo. Hay quienes no pueden aportar pero que se proponen hacerlo cuando puedan, y hay quienes aportan sumas considerables, consolidando así un valor nacional de orden patrimonial. Generalmente, los adultos aportan mil pesos cada uno y los niños viajan sin costo. Es bueno que las personas que pasan a andar en el trencito sepan que son atendidas por un personal voluntario que entrega su tiempo libre para atenderlas. Todo en nombre del amor al patrimonio cultural.

 
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