Versión electrónica de la Revista Dedal de Oro. Nº 59 - Año X, Verano 2012
SABIDURÍA POPULAR
FENÓMENOS PARANORMALES
Gastón Soublette

«El chuncho canta, la gente muere, no será cierto, pero sucede». Así dice el refrán popular. Hay otro que dice: «Brujos no hay, Garay, pero de haberlos, los hay». En ambos casos, el refranero se refiere a una especie de consenso tácito que parece haber en la comunidad en el sentido de que lo paranormal es despreciado como superstición, esto es, creencia de gente ignorante y sin educación. Consenso referido naturalmente al sector ilustrado de la so-ciedad, que es el que impone a la nación su sentido de lo real y lo irreal, de lo verdadero y de lo falso. En el primer refrán, el refranero alude a esa hegemonía de la cultura ilustrada con la expresión «no será cierto…», como diciendo: «según el parecer de los caballeros…» Enseguida muestra la evidencia de por qué la gente del campo, a pesar de eso, sigue creyendo que el canto del chuncho suele ser un anuncio de que alguien está próximo a morir. Y su argumento es irrebatible.

En el segundo refrán, el saludo del refranero a la cultura ilustrada aparece al principio de la frase con una negación de apariencia rotunda: "Brujos no hay, Garay...", como diciendo que don Andrés Bello y don Enrique Mac Iver, por su erudición, no dan cabida a los brujos ni en su mente ni en el mundo, lo cual no se dice sin un dejo de ironía, porque "de haberlos, los hay". La expresión "de haberlos" es interesante, porque tácitamente está planteando dos modelos de cultura. En una, la cultura ilustrada, imperan las verdades verticales y excluyentes, por eso es que en esa estructura mental no caben los brujos. Así, la expresión "de haberlos" está referida a otro modelo cultural, dónde no hay verdades verticales, sino resonancias y nexos horizontales de integración: tal es la cultura tradicional popular, basada en la experiencia, más en la analogía que en la lógica.

Las verdades verticales y excluyentes sirven para construir una estructura de poder, modificando la realidad dada, esto es, el modo natural de vivir. Las resonancias horizontales del acontecer forman la estructura mental de quien vive inserto en el orden natural y no busca modificar el orden original. Esta dimensión mental le da al sabio popular anónimo una ventaja sobre el caballero ilustrado, pues el condicionamiento mental del orden urbano es mayor que el de la comunidad rural. Por eso, el sabio del pueblo tiene una perspectiva de visión del sentido de la vida más próxima a la sabiduría que la de la clase ilustrada. De ahí el refrán que dice: «Al más sabio se le va una punta, y al más santo le tirita», de lo que se deduce que la libertad mental del sabio popular le permite ver mejor que el caballero, por donde falla la sabiduría de los sabios y la santidad de los santos.

El mérito de Karl Gustav Jung y de otros de su escuela de psicología analítica es haber introducido en la ciencia el estudio de los fenómenos paranormales superando e l tradicional prejuicio de la superstición. Para eso, Jung debió cambiar de modelo cultural mediante una rectificación radical de su modo de conocer el mundo y de situarse en la vida como opción personal. Los detalles de cómo se operó esa transformación aparecen en su obra póstuma llamada «Libro Rojo», recientemente publicado en una edición facsímil traducida a varios idiomas. Como consecuencia de ese cambio, en el cual influyó el conocimiento del I CHING o Libro de las Mutaciones, de Confucio, Jung descubrió para la ciencia moderna que la así llamada superstición está referida a fenómenos que son negados en su realidad con el pretexto de que proceden de personas ignorantes y sin cultura, o débiles mentales que confunden su imaginación con la realidad. Esos fenómenos, según las conclusiones de Jung, se producen cuando un contenido inconsciente se proyecta en el acontecer objetivo.

Para poder llegar a esa conclusión, Jung tomó posesión de la herencia de sus antecesores que habían tenido la audacia de abordar esos aspectos inéditos de la realidad, entre los que se destaca el filósofo alemán Arturo Schopenauer. Este pensador ya se había asomado fuera de su racionalidad filosófica y había investigado las así llamadas «coincidencias significativas» y la llamada «ley de las series», esto es, la sucesión en cadena de fenómenos análogos vividos por una o diferentes personas o por toda una comunidad durante un breve tiempo. Ya en los años veinte del siglo pasado, un psicó-logo de apellido Krammer había afirmado sin más que esos fenómenos son «arreglos del inconsciente», con lo cual la ciencia daba un salto mortal. Pues, si en la mecánica del acontecer objetivo los hechos llegan a ordenarse de una manera rítmica y análoga como proyección de un contenido inconsciente, eso significa crear un nexo estrecho entre la psique y el mundo, poniendo en jaque a la racionalidad imperante, pues la verdad es que la fenomenología del inconsciente opera proyectándose constantemente en el acontecer objetivo, de manera que éste viene a ser un espejo de nuestra «procesión que va por dentro», aun sin que lo sepamos.

Para llegar a esta conclusión, Jung invocó las experiencias de otros científicos y usó las suyas propias. En esas experiencias quedó en evidencia que las coordenadas de espacio y tiempo, que para el intelecto son magnitudes fijas, para el inconsciente devienen elásticas y hasta pueden ser reducidas a cero. Así por ejemplo, una persona puede vivir como presente un accidente cuasi mortal, minutos antes de que ocurra; y otra persona puede llorar desconsoladamente la muerte de un ser querido sin ser informada de ello y en el momento preciso en que está ocurriendo, a miles de kilómetros de distancia, en un acceso de llanto sin causa aparente. En el primer caso la coordenada tiempo fue reducida a cero; en el segundo caso fue anulada totalmente la distancia y la persona lloró como si estuviera en el mismo lugar del deceso. Ambos casos ocurrieron, uno en Alemania y el otro en Nueva York, a mi hermana Sylvia Soublette.

En lo que se refiere a la ley de las series, el fenómeno obviamente se da en las cosas y seres del mundo objetivo, pero antes de eso es preciso considerar que la serie ocurre para un observador determinado y debe ser considerada como un hecho inseparable de su ámbito psíquico. Recientemente se presentó un caso notable en Chile, después del fallecimiento de ex canciller Gabriel Valdés, cuyos tres hijos vivieron la insólita experiencia de que un pájaro entrara en el recinto en que se hallaban y se posara frente a ellos a una corta dis-tancia, mirándolos fijo al rostro. El primer caso ocurrió en Valdivia, el segundo en Santiago y el tercero en el Vaticano, mientras el hijo menor dirigía un concierto sinfónico en presencia del Papa y toda la comunidad religiosa de la Santa Sede.
PUEBLITO EN SUIZA, CAMINO A LOS ALPES








Dejando a un lado la posible interpretación de una presencia simbólica del difunto, Jung da una explicación científica de éste y otros hechos similares, después de haber reunido suficientes testimonios individuales de experiencias en las que lo determinante era la relación enigmática entre una persona difunta y la aparición de aves poco antes del deceso, o después. Jung investigó estos casos a partir de uno que obró para él a modo de una luz de alerta. Una paciente de cierta edad salió de compras, en circunstancias de que su marido estaba gravemente enfermo. Cuando regresó a su casa, antes de entrar en ella divisó una aglomeración de pájaros en el tejado, y de inmediato tuvo la certeza de que su marido había fallecido. Jung le preguntó qué relación veía ella entre el deceso de su marido y esas aves paradas en el techo de la casa, y ella no supo explicar el por qué de su certeza. Este caso, junto a otros similares y tantos otros de otra naturaleza, llevaron a Jung justamente a percibir que estos fenómenos son proyecciones de arquetipos del inconsciente colectivo en el acontecer objetivo. En el caso de las aves y el difunto, el arquetipo que opera (por demás arcaico) es la antigua creencia, común a todos los pueblos de la remota antigüedad, de que el alma abandona el cuerpo del difunto en forma de ave. Experiencia que puede vivir cualquier persona, por incrédula que pueda ser en relación al mundo de los sucesos paranormales, pues el inconsciente colectivo no le pertenece al YO, sino que al trasfondo psíquico de la especie y su memoria genética.

Con todos los antecedentes dados más atrás, entonces, volvamos al refrán con que iniciamos este texto, ese que dice: «El chuncho canta, la gente muere, no será cierto, pero sucede». Para Jung, el hecho puede ser explicado científicamente, para el pueblo es una verdad empírica avalada por la experiencia.

Ahora bien, el nexo que une misteriosamente el acontecer inconsciente con el acontecer objetivo plantea un problema filosófico referente a la teoría del conocimiento y de la realidad misma. Kant sostenía que las categorías de espacio, tiempo y causalidad eran, cada una, un «a priori» de nuestra estructura mental. Hasta ahí llega la cultura ilustrada, en tanto que el pueblo campesino y los indígenas saben por experiencia que hay hechos sin causa, y que el tiempo y la distancia pueden ser abolidos por un acontecimiento que escapa al acontecer ordinario. Por eso la cultura popular, en todas las naciones del mundo, distingue claramente entre lo que es de «este mundo» y lo que es del «otro mundo». Podrá pensarse que esto es superstición, pero ya la ciencia superó el tradicional prejuicio de la superstición. Por haber sido un hombre de la antigüedad, aunque de la elite social de su época, fue que Poncio Pilato, al percibir lo insólito de las respuestas que Jesús dio a todas sus interrogantes, le preguntó: ¿De dónde eres tú…? A partir de ese momento demostró estar francamente atemorizado, pues se entiende que la respuesta del reo dejaba bien en claro que Él era de ese que el pueblo suele llamar «otro mundo». ¿Acaso no quedó claro eso ya cuando le dijo: «Mi reino no es de este mundo»? ¿Y acaso no queda claro también, a través de todo el relato evangélico, que este carpintero de Nazareth era un predicador popular lejano a la elite social y cultural de su pueblo?

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