(…) La Experiencia de Hitler fue posible como un resultado de la conciencia de grupo. Muchas personas afirman que Hitler manipuló a un grupo -en este caso, sus compatriotas- por medio de la astucia y el dominio de su retórica. Sin embargo, esto coloca convenientemente toda la culpa ante los pies de Hitler, y es ahí exactamente donde la quiere la gran masa. Pero Hitler no podría haber hecho nada sin la cooperación y apoyo y sumisión voluntaria de millones de personas. El subgrupo que se llama a sí mismo alemanes debe asumir una enorme carga de responsabilidad por el Holocausto. Al igual, en cierto grado, que el grupo más grande llamado Humanos, el cual, si no hizo nada más, se permitió permanecer indiferente y apático ante el sufrimiento en Alemania hasta que alcanzó una escala tan masiva que incluso los aislacionistas de corazón más frío ya no pudieron ignorarlo. Fue la conciencia colectiva la que proporcionó la tierra fértil para el crecimiento del movimiento nazi. Hitler aprovechó el momento, pero él no lo creó.
Es importante entender esta lección. Una conciencia de grupo que habla constantemente de separación y superioridad produce falta de compasión en una escala masiva, y a la falta de compasión la sigue, inevitablemente, una pérdida de conciencia.
Un concepto colectivo arraigado en un nacionalismo estricto ignora las aflicciones de otros, y, no obstante, atribuye a los demás la responsabilidad por las suyas, justificando así la represión, la «rectificación» y la guerra. Auschwitz fue la solución nazi, un intento por «rectificar» el «Problema Judío».
El horror de la experiencia de Hitler no es que la haya cometido en la raza humana, sino que la raza humana se lo haya permitido. Lo asombroso no es sólo que haya surgido Hitler, sino también que tantos otros lo hayan seguido. La vergüenza no es sólo que Hitler haya asesinado a millones de judíos, sino también que tuviesen que morir millones de judíos antes de que se lo detuviera.
El propósito de la Experiencia de Hitler fue que la Humanidad se mostrara a sí misma. En el transcurso de la historia han surgido maestros notables, cada uno presentando oportunidades extraordinarias para recordar a la Humanidad Quién Es Realmente. Estos maestros han enseñado lo más alto y lo más bajo del potencial humano. Han presentado ejemplos vívidos y pasmosos de lo que puede significar ser humano, a dónde se puede ir con la experiencia, a dónde pueden e irán todos, según su conciencia. Hay que recordar lo siguiente: La conciencia es todo y crea la experiencia. La conciencia de grupo es poderosa y produce resultados de indecible belleza o fealdad (…)
(…) La conciencia de separación, segregación, superioridad –del «nosotros» frente a «ellos», del «nosotros» y el «ellos»- es lo que crea la Experiencia de Hitler. La conciencia de la Hermandad Divina, de la unidad, de la Unicidad, del «nuestro» en vez del «tuyo/ mío», es lo que crea la Experiencia de Cristo (…)