Le siguen dos aceitunas
y dos torrejas de huevo,
como lunares del gusto
si parecen soles nuevos.
Las pasas muy arrugadas
se colocan al final,
un poquito de picante
no le hace nada de mal.
Sobre la mesa casera
cerramos el contenido,
y con los dedos expertos
las trenzamos con sentido.
Un barniz de yema e’ huevo
para entrar en el fogón,
sin perder el contenido
y guardar todo el sabor.
El horno se abre caliente
dejando ver las caldúas,
con la carita sonriente
todo el mundo las saluda.
Caballeros, señoritas
acercarse hasta la mesa,
con esas apetitosas
la vida se lee en rosas.
Un buen mordisco de gusto
y un trago para el gaznate,
putas que están calientes
pero ricas de remate.
A los amigos presentes
y aquellos que ya partieron,
las manos de aquella moza
fueron las que las hicieron.
RAMÓN ARRIAGADA ESCALANTE
(ARQUITECTO, ARTISTA GRÁFICO E
INVESTIGADOR EN MATERIAS
GASTRONÓMICAS. RESIDE EN FRANCIA
DESDE 1985 Y ACTUALMENTE TRABAJA EN
UNA INVESTIGACIÓN SOBRE LA EMPANADA Y
OTROS TEMAS LIGADOS A LA GASTRONOMÍA.
RAMONCHAMAN@AOL.COM)
PARIS ABRIL 2004