Si esos cerros hablaran
tal vez me darían aliento
pero yo no quiero que hablen
sino que me acompañen un momento.
Contemplando la majestuosidad inmensa
busco sentirme pequeño
porque pequeño fui grande
y hoy que soy grande pequeño.
Me gusta sentir el suave viento
el aroma a aromo y leña
me gusta sentarme un momento
y olvidar el mundo de tristeza. Porque abajo en la cuidad se odia
abajo se miente y flagela
acá arriba la flor se asoma
sólo por dar su nobleza. Y así va cayendo la tarde
el sol se despide en mis venas
cerrando mis ojos descanso
ya mi alma está serena. |