Versión electrónica de la Revista Dedal de Oro. Nº 53 - Año VIII, Invierno 2010
BICENTENARIO
RECUPERAR el ALMA de CHILE

LOS HEREDEROS DEL AUTOR Y ALGUNOS DE SUS AMIGOS HAN ENVIADO ESTE TEXTO. SE TRATA DE LA SÍNTESIS DE UN PROYECTO PARA CONTRIBUIR AL LLAMADO URGENTE DE RECUPERAR EL ALMA DE CHILE CON VISTAS AL BICENTENARIO, QUE ESTABA ELABORANDO FIDEL SEPÚLVEDA LLANOS (1936-2006) Y QUE FUE ENCONTRADO ENTRE SUS ESCRITOS INÉDITOS. LA DIRECCIÓN DE BIBLIOTECAS, ARCHIVOS Y MUSEOS DE CHILE (DIBAM) HA RECONOCIDO EL LEGADO DE ESTE HOMBRE SABIO Y SENCILLO, QUE LLEVÓ A LA ACADEMIA EL VALOR DE LAS TRADICIONES POPULARES Y RESCATÓ EL PATRIMONIO QUE BROTA DE LA TIERRA Y DE LA SABIDURÍA ANCESTRAL.


I. Recuperarle el Alma a Chile

1. Recuperarle al pueblo chileno sus sentidos y su sentido para registrar la riqueza
maravilla de lo visible y lo invisible
lo audible y el silencio
el aroma de la buena clase (más allá del apellido y del dinero)
el buen gusto por lo originario
el tacto y el buen trato.
2. Recuperarle el sentir y el ser. El coraje para atender al sentir verdadero,
más allá del doble estándar,
de las convenciones, de las buenas maneras que encubren malos sentimientos.
3. Recuperarle el buen juicio para un discernimiento liberado del mercadeo,
de la moda, del inmediatismo,
del juicio manipulado, manipulante, oportunista. Un juicio con vocación de verdad,
para un discernimiento honesto y limpio. Un pensar bien derivado de un sentir bien.
4. Recuperar la imaginación y los sueños
la fe y esperanza en los sueños
sueños de una vida mejor
para un mundo mejor.
5. Recuperar la voluntad de ser
de ser con dignidad
con libertad
con crítica y acción liberada y liberadora.

II. Rescatar el Alma de Chile

Un poder con oído, visión, olfato, gusto y tacto -para la real participación de la gente
sin voz, sin presencia, sin acción.
Participación que iguale al Norte y al Sur, a la cordillera y al mar
con Santiago y a los diversos Santiagos.
a) Rescatarle su vinculación con un territorio. Restituirle a los chilenos
su condición de habitantes. Refisonomizar el territorio,
sintonizado con la creatividad de la naturaleza y su plan creador de diversidad.
b) Rescatar su vinculación con una estirpe, con la familia.
Recomponer la trama y el diseño de la familia –celular,
local, y regional-. Revalorizar valores como honradez, confiabilidad,
integridad, solidaridad. Recomposición de
humanidad para darle tiempo a lo esencial.
c) Rescatarle su vinculación con la historia y la tradición. Lectura crítica del
acontecer relevante-revelante-fundante de lo que somos.
Los hechos memorables. La memoria vital de y para la vida.
El patrimonio como presente que recoge lo vital del
pasado y del futuro. Los acontecimientos de encuentro,
de creación, de experiencia de comunidad.
En el plano de lo sagrado: los encuentros con el Dios nuestro de cada día
y con el Dios de los rituales colectivos.
En el plano de lo profano: los encuentros con la civilización,
con la humanidad que convive,
que se crea en diálogo creador.
Creación de espacio humano: la ciudad, para que la ciudad humanice al hombre.

III. Desafíos del Reencuentro con el Alma de Chile

1. ¿Qué nos ha pasado que hemos perdido el sentido, hemos clausurado los sentidos?
Matriz mítica: El imbunche que clausura los sentidos para
No ver
No oír
No oler
No gustar
No tocar
Nos urge recuperar el ver la realidad -lo invisible.
El sentido del oír la voz de la realidad haciendo silencio.
El oler el aroma de la decencia, de la integridad.
El gustar el sabor de lo auténtico.
El contactar con el nosotros del yo, del otro, de los otros.
2. ¿Qué nos ha pasado que hemos perdido el sentir, el sentirnos,
el atender a nuestros sentimientos, que le tenemos miedo a nuestro corazón,
que no entendemos que la base y plataforma para una vida digna de vivirse
es el amor a nosotros, a los otros, al mundo, a Dios?
3. ¿Qué nos ha pasado que le tenemos miedo a pensar,
a pensar lo nuestro desde nosotros, a pensarnos sin
importar plantillas promocionadas por el mercado;
le tenemos miedo a diseñar nuestros planes de desarrollo
desde nosotros, dándonos tiempo para saber quiénes somos,
de dónde venimos, a dónde vamos?
¿Es verdad que no tenemos saberes humanos ni divinos
que den cuenta de nuestra experiencia con nuestros términos?
¿Es verdad que ignoramos las imágenes y símbolos claves que dicen
lo que somos y lo ignoramos porque no nos damos tiempo
para leernos en lo verdadero, en lo hondo de nuestro ser?
No tenemos tiempo para lo esencial, porque ese tiempo
lo tenemos hipotecado para lo accesorio, o sea para
ganar plata, para comprar cosas materiales para llenar nuestros vacíos espirituales.
El desafío es recuperar el hábito de generar, desde nosotros,
discernimientos claves para saber a dónde vamos
embarcados en un plan no creado por nosotros y no orientado a nuestro beneficio.
¿Para qué y para quién trabajamos tanto?
Tanto que ya no nos queda tiempo para encontrarnos.
Encontrarnos en verdad, en amor, en belleza.
4. ¿Dónde están, a dónde se fueron nuestros sueños?
¿Dónde está el alma de Chile que ya no sueña?
Nuestros sueños nos muestran que es posible, es más,
que es necesario hacer posible lo imposible.
Que ser hombre es soñar lo que es necesario para la dignidad,
para la libertad, para la creatividad. El sueño abre la humanidad
para avanzar a un hombre mejor, a un mundo mejor,
más allá del cálculo inmediatista de pasos cortos,
de alas descongeladas, de proyectos desalmados(1).
Estamos saturados de proyectos desalmados y de realizaciones desalmadas.
Necesitamos devolverle el alma a Chile, esto es, devolverle los sueños.
Estos vienen de la mano de la fe, de la esperanza y del amor.
No hay tiempo para lo esencial. Para el silencio y el reposo
que permite tomar distancia y cercanía para ver en qué estamos.
Cuán cerca o distante del centro, o sea, del sentido que tiene hoy hacer política
para qué, para quiénes.
No hay tiempo para lo esencial.
Para los proyectos que interpretan las esperanzas nuestras y sobre todo las
esperanzas de nuestro pueblo, silencioso, sufrido, silenciado,
sumergido, perdido en los infinitos recodos y rincones de este Chile
tan perdido de su pasado, de su presente y de su futuro.


(1)De la RAE, 2001. Desalmado: Falto de conciencia, privado de espíritu.

 

 

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