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SANADOR.
Moisés Gómez.
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Dado
el enorme interés que ha despertado entre
los lectores la entrevista a Moisés Gómez
aparecida en el número anterior de Dedal de
Oro, ofrecemos ahora el testimonio de un paciente cajonino
que fue curado de cáncer mediante el tratamiento
de imposición de manos hecho por este sanador.
Para
quienes no han leído aquella entrevista,
informamos que Moisés, siendo muy joven, recibió,
a través de la práctica del yoga, un
don que le serviría para sanar enfermedades
mediante una simple imposición de manos. El
relata: «Me di cuenta que había tenido
contacto con algo que iba más allá de
mis capacidades, y entonces tuve que seguir meditando
para ir produciendo un encaje, una armonía,
un ritmo entre esa energía que me regalaban
y yo».
(Lea
la entrevista a Moisés Gómez
en www.dedaldeoro.cl, «Ediciones Anteriores»,
revista No 38.)
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(Teléfono contacto de Don Moisés:7917628)
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:: TESTIMONIO .
Emilio Goujon.
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En
Junio de 2006 fui al hospital de San José de
Maipo porque tenía algunos dolores. Me hicieron
tacto anal y me derivaron al Sótero del Río,
donde procedieron a examinarme y a hacer una biopsia
a la próstata, lo que determinó que tenía
cáncer prostático. Mientras yo ya estaba
hospitalizado, un día el médico me dijo: “mañana
lo opero”, y justo en esa fecha mi cuñado
me ofreció hacer algo con medicina alternativa.
Me dijo “vamos a ver a Don Moisés Gómez”.
Yo me decidí, pedí permiso por dos días
en el hospital y fui a ver a este caballero. La primera
vez que me vio yo estaba muy débil, pesaba sólo
62 kilos y me desmayaba a cada rato. En la primera
sesión con Moisés Gómez imponiendo
sus manos supe que me iba a sanar, y antes de salir
de su consulta así se lo dije. Decidí no
operarme y entregarme sin restricciones a sus manos.
Comenzamos con sesiones todos los lunes, y cada semana
yo me iba sintiendo mejor y mejor. Después de
siete u ocho meses de tratamiento de una sesión
por semana hicimos un examen
de la próstata, y el resultado fue que ya no había
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cáncer. Experimenté también el cambio
de tener un cutis mucho mejor, de mejorar mi carácter,
de sentirme mejor del alma; recuperé peso y llegué a
tener 88 kilos, tanto, que el mismo Don Moisés me
recomendó bajar a mi peso normal, 80 kilos. Después fui al hospital y ubiqué al médico
que quería operarme. Lleno de salud como yo estaba,
no me reconoció, y me dijo: “¿quién
es usted?”. “¿No se acuerda, doctor?
Usted quería operarme. Soy el de la pieza 4, cama
1”, y le dije mi nombre. “¡No puede ser,
usted es otro, rejuveneció!” “¿Se
acuerda, doctor, que le dijo a mi señora: Esa medicina
alternativa no sirve, todos llegan después al hospital
a morir? Por eso vengo ahora, para mostrarle cómo
estoy”. Y sigo viendo a Don Moisés hasta el
día de hoy. Mi señora tenía una hernia
a la columna y él la sanó. También
he llevado a otras personas amigas, las que hoy están
sanas. Todo esto ha redundado en una salud extraordinaria
y, además, en una amistad muy linda, lo que es
impagable.
Emilio Goujon Lapostol, nacido en San Alfonso,
Cajón
del Maipo, el 23.12.1939.
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