Por
: Juan Pablo Yáñez Barrios.
Con
este número iniciamos el año seis en la
historia de Dedal de Oro. La primera revista apareció
en noviembre de 2002. Desde entonces ha habido artículos,
tapas, alusiones, etcétera, que algunos han interpretado
como definitorios de nuestra publicación. Por
ejemplo, en los números penúltimo y antepenúltimo
aparecieron entrevistas a personas que poseen ciertos
dones inusuales, como son Tom Heckel y Moisés
Gómez.
Una
vez que la revista apareció mostrando en su tapa
una obra de arte de alguien perteneciente a una conocida
familia del Cajón del Maipo, no faltó
el sagaz que vio en ella una cierta pertenencia de Dedal
de Oro a un cierto influyente sector. Este tipo de interpretaciones
es fácil de rebatir: también se han mostrado
obras (en la tapa) de artistas económicamente
modestos.
Si
en Google, el más conocido buscador de Internet,
usted pone dedal de oro, entre otros resultados
aparecen alusiones a la calidad literaria de nuestra publicación.
Sin embargo, no pretendemos marcar pauta en ese sentido,
y tampoco en el campo del teatro y la TV, como podría
creerse por haber
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El
Dedal de Oro (Escholtzia Califórnica) es
una planta silvestre con florcitas color oro que
crece abundantemente en los cerros del Cajón
del Maipo y otros lugares de Chile. Contiene alcaloides
con propiedades hipnóticas notables y se
recomienda como calmante suave. La terapia floral
usa su esencia para ayudar a aquellos que desean
crecer interiormente, ya que, al ser ingerida, la
planta estimula a volverse hacia uno mismo y poder
apreciar la propia realidad interna.
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entrevistado
a actores y actrices. Tampoco nos dedicamos al cultivo de la
farándula, como alguien interpretó.
Nosotros
miramos el mundo con un abierto y amplio sentido humano. Los
conocimientos y las culturas pertenecen al patrimonio universal,
al igual que la creatividad y la diversidad que poseemos como
seres pensantes. La humanidad es diversa, y la revista pretende
serlo. Si lo logramos o no, ese es otro cuento. La intención
está y el empeño no falta.
Algo más:
si queremos seguir teniendo Dedal de Oro hay que preocuparse
de las finanzas. Los recursos ya no alcanzan. Desde este número
habrá que meterse la mano en el bolsillo y sacar $500
(de los cuales $200 son para quien vende y $300 para las adoloridas
arcas de Dedal de Oro). Esperamos no oír de otros labios
lo que ya una boca dijo: Si siempre me la han regalado,
¿por qué ahora tengo que pagar? Sería
más justo oír: ¡Gracias por habérmela
regalado durante cinco años!. Y gracias a ustedes
por leernos.
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