|  
                
                
                 Por: 
                  Dr. Roberto von Bennewitz Gotschlich.  
                
                   
                     
                       
                        Dentro 
                          de los crímenes contra la Humanidad que tienen 
                          un solo y mismo origen -el desprecio del hombre y su 
                          dignidad-, están el racismo, la discriminación 
                          racial y la xenofobia. Nos ocuparemos de esta última. 
                          Xenofobia proviene del griego Xeno, que significa extranjero, 
                          y Fobia, aversión; así, significa rechazo, 
                          hostilidad al extranjero, es decir, a los originarios 
                          o naturales procedentes de otros pueblos, a los nacidos 
                          y criados en otros lugares al sitio en que residen, 
                          viven y conviven. Cuando los llegan a aceptar 
                          generalmente ya han pasado largos años.  
                        Esta 
                        tendencia a excluir con una intención habitualmente 
                        deliberada y una diferenciación ofensiva a estos 
                        que se llaman aparecidos, esta agresión 
                        y violencia xenófoba, ya se observa en los pueblos 
                        más primitivos. De los pueblos civilizados, los 
                        fenicios y los egipcios creyeron un deber rechazar todo 
                        contacto con los europeos. Igual cosa sucedió 
                     | 
                     | 
                       | 
                   
                 
                 en 
                  China y en los Estados de la Antigua Grecia. Para Esparta, todos 
                  estos aparecidos eran los sospechosos 
                  y se creía conveniente alejarlos de su territorio, y 
                  sólo correspondía a los magistrados el derecho 
                  a otorgar a algunos extranjeros el título 
                  de ciudadano, por ejemplo a aquellos que sobresalían 
                  en el mando de tropas, a algunos poetas o a médicos que 
                  prestaban auxilio en caso de epidemias. Finalmente, al penetrar 
                  el cristianismo en el pueblo romano reprodujo la caída 
                  y el abandono de la xenofobia.
Sin embargo 
                    hasta el día de hoy, el problema cada cierto tiempo 
                    reaparece para vergüenza de la mayoría de la gente. 
                    La exclusión de estos distintos adopta 
                    diferentes formas y todas ellas se constituyen en factores 
                    de retraso para el progreso de la comunidad. ¡No debemos 
                    conformarnos con deplorar la xenofobia, debemos repudiarla 
                    y condenarla! El refrán dice que lo importante no 
                    es quién naces, sino con quién paces, 
                    lo que nos está enseñando que el trato y la 
                    comunicación son más que el sitio de nacimiento, 
                    la crianza y el linaje, en orden de las costumbres. 
                  Por lo 
                    tanto, se es auténticamente cajonino no simplemente 
                    por tener la suerte de haber nacido y de haber sido criado 
                    en esta tierra, sino por Amor a ella, es decir, por preocupación 
                    activa de su crecimiento y desarrollo. 
                     
                     
                 
                 |