La otra noche caminaba perdido por las calles siguiendo
un hada
una que me pareció ver antes, no
sé, algunas son tan (desa)parecidas que me confunden
Estaba en eso cuando vi sentado en la rama de un árbol
a Pessoa, mirando (ensimismado) las hojas
Subí y las miré junto a él
entonces les dijo (a las hojas, al viento, a las hadas
)
Toda emoción verdadera es mentira en la inteligencia,
pues no se da en ella; toda emoción verdadera tiene
por lo tanto una expresión falsa.
Expresarse es decir lo que no se siente
Las hojas no respondieron, ni las hadas, ni el viento.
De pronto vi pasar el hada que seguía hacía
un rato, dormida en una nube
Le hablé de ti, de las hadas, del viento
.de
las hojas
y sin mirar (me) dijo:
«Amar es la eterna inocencia, y la única
inocencia, no pensar
¿Qué crees tú?»
Daniel
López
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