Por
Gastón Soublette Asmussen.
La
película La reina, protagonizada por Helen
Mirren (Oscar a la mejor actuación) y recientemente
estrenada en Chile, no es, como pudiera creerse por
el título, una biografía de Isabel II
de Inglaterra, sino una especie de reportaje a lo
ocurrido en el seno de la familia real británica
con motivo del trágico fallecimiento de la
princesa Diana de Gales. El guión está
concebido para dar una idea de que nadie en esa familia
estaba preparado para un acontecimiento como ese,
no tanto por el acontecimiento mismo como por la reacción
del pueblo británico, que demostró amar
a esta esposa repudiada por el príncipe Carlos
infinitamente más que todo lo que la reina
y su consorte pudieron imaginar. Por eso, la indiferencia
de la soberana y del equipo de palacio frente al hecho
(en el entendido que se trataba de alguien que ya
no formaba parte de la familia) -lo cual se percibía
en la falta de una declaración oficial y de
los signos tales como una bandera a media asta en
el palacio y los funerales solemnes de rigor- crearon
una atmósfera adversa a la monarquía
y un repudio hasta violento de esa actitud. El hecho
coincide con el advenimiento al poder del primer ministro
Tony Blair, quien, con mucha prudencia, pero con firme
voluntad, aconsejó y presionó a la reina,
por los intereses reales de la monarquía y
su futuro, para que depusiera su actitud y diera satisfacción
al pueblo inglés, que reclamaba para Diana
la consideración y el homenaje que se merecía
como princesa del pueblo.
Se
trata de una película de calidad, realizada
con maestría, que logra concentrar en una unidad
convincente una historia tan dispersa y diversa, componiendo
un buen guión cinematográfico y un excelente
tratamiento fílmico de todas las situaciones.
Con todo, es sorprendente que el realizador no haya
incluido en su temática el punto escabroso
de la tragedia, vale decir, la pesquisa policial que
tanto los británicos como los franceses realizaron
para determinar las causas del accidente mortal y
hasta la sospecha con acusaciones concretas de autoría
intelectual de homicidio a la familia real.
Se
entiende, por otra parte, que una referencia directa
a este aspecto del hecho habría creado a la dirección
y a la producción de la película más
de un problema, porque si es cierto que hay motivos
para sospechar, quien se atreva a aludir
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Diana,
divinidad cazadora. |
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directamente
en un filme de éxito al aspecto oculto de la tragedia
se pone en situación de correr algún riesgo
No por eso, sin embargo, el realizador se privó de
aproximarse a ese aspecto del drama, pero por la vía
del tratamiento simbólico de sus imágenes. Por
esa vía el realizador parece adherir a una interpretación
esotérica del hecho, echando mano a la mitología.
Para eso centró su atención en el nombre de
la princesa, el cual coincide con el de la diosa griega Diana,
divinidad cazadora y patrona de cazadores, quien además
no debía casarse nunca. Si ese mito ha pesado sobre
la vida de la princesa, eso explicaría por qué
su matrimonio fracasó y por qué murió
en una cacería en la que no fue ella la cazadora, sino
la víctima, esto es, el ciervo, en una persecución
de perros motorizados.
El realizador
parece rozar levemente esa interpretación en una
secuencia aparentemente sin importancia, en la que la reina,
conduciendo sola su vehículo, se interna en el gran
parque de cacería de la familia real. El paisaje
es grandioso y ella queda en pana en esas soledades
boscosas y montañosas. En ese trance aparece un ciervo
de aspecto principesco sobre una pequeña colina.
Ella lo observa y le dice que es la criatura más
bella que han visto sus ojos, pero que huya antes de que
lo atrapen. Después, el príncipe Felipe le
dice que el hermoso ciervo ha sido muerto en una cacería
,
que les costó mucho matarlo y que lo lograron sólo
cuando éste cruzó el límite de la propiedad
real hacia otra propiedad
La reina se inquieta al
oír eso y ordena de inmediato que la conduzcan al
lugar donde yace la criatura muerta. Ella entonces mira
con ojos de aflicción los restos de ese ser hermoso
que antes deambulaba libre y gozosamente por la vida
Tal es la forma como esta película introduce furtivamente
una sombra inquietante para quien alcanza a captar la intención
con que se compusieron esas escenas.
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