Las
referencias simbólicas del I Ching, a veces, son
demasiado elípticas para la mentalidad occidental.
Es el caso del hexagrama llamado "La Joven casadera"
y que en el orden del libro corresponde al Nº 54. Este
hexagrama se compone del signo para el Trueno y el signo
para el Lago. El texto, que explica el hexagrama como imagen,
dice: El trueno mueve el agua del lago que lo sigue en olas
centelleantes. |
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Esto simboliza
a la joven que sigue al hombre de su elección. A ningún
pensador, artista o poeta occidental podría ocurrírsele
que un fenómeno natural como el antes descrito podría
simbolizar remotamente la situación de una mujer joven
que sigue a un hombre del que está enamorada. Sin embargo,
la clave para entender esa remota simbología se halla
en el hecho de que el Trueno, entre los signos primarios del
I Ching, corresponde, según la jerga del libro, al así
llamado "Hijo mayor", y el Lago, a la "Hija menor".
La combinación de estos dos signos extremos, según
los comentarios canónicos, corresponde a la situación
de una mujer joven que se casa con un hombre mayor. Pero aún
así explicada la situación, la mentalidad occidental
no entiende fácilmente por qué el primer dictamen
de este capítulo dice: La Joven Casadera. Las empresas
traen mala fortuna. Nada es favorable. Nada más contrario
a la idea de una muchacha casadera que la idea con que concluye
el dictamen, esto es: Nada es favorable. Sólo por el
contexto de los dictámenes y comentarios siguientes llega
a entenderse que ese lenguaje para el gremio de los letrados
chinos se basa en supuestos no explicitados que un occidental
necesita conocer de antemano para entender su sentido.
Dos ideas
básicas pertenecientes al paradigma cultural de la China
antigua están en juego en el mensaje que contiene este
capítulo. La primera dice relación con la índole
receptiva de YIN, y la segunda dice relación con las
costumbres y ritos de una sociedad poligámica. Así,
en el sólo enunciado del significado y composición
del hexagrama viene la palabra clave que explica el carácter
desfavorable del primer dictamen: ...la joven que sigue al hombre
de su elección, frase que nos presenta a lo femenino,
esto es, al polo YIN, en una posición activa y no receptiva.
La mujer debe ser requerida por el hombre y no viceversa. En
el I Ching, la posición activa del YIN es descrita siempre
como maligna. Esa idea es la que informa a la segunda, esto
es, que en una sociedad poligámica, la mujer joven e
inexperta que entra a formar parte del harem de un hombre mayor,
no puede pretender, sin graves consecuencias, llegar a ser la
predilecta, aventajando a las demás esposas, y menos
aún a la principal.
Ahora bien,
todo este lenguaje que parece aludir específicamente
a las relaciones de pareja y al matrimonio, no es más
que una gran parábola en la que se está tipificando
la debida comprensión y el obrar recto y prudente que
a todo hombre corresponde en el seno de una sociedad altamente
jerarquizada, de ahí que en los otros dictámenes
se mencionen situaciones dependencia que se dan en la administración
pública y en la corte. Así, si un hombre de menor
rango goza de la amistad del príncipe, no debe por eso
infatuarse y pretender un trato de igual a igual con los ministros.
Entre los
discípulos de Jesús, el violento y temperamental
Pedro siempre tendió deliberadamente a aventajar a los
demás. Las carencias espirituales que limitaban su comprensión
no eran advertidas por él. Siempre Jesús tuvo
que intervenir para ponerlo en su lugar. Cuando Pedro le dice:
"Yo daría por ti mi vida", el maestro le responde:
"En verdad te digo, antes que cante el gallo me habrás
negado tres veces". Cuando en el mar de Galilea Jesús
se aparece a sus discípulos después de muerto,
él se tira al mar y nada para llegar primero a la playa.
Después pretende arrastrar solo la red llena de peces
(símbolo del incremento de la primitiva Iglesia por la
predicación). Sentados ya en la arena frente al resucitado,
Cristo le pregunta: "¿Me amas más que estos?"
Pedro responde que sí, pero Cristo le pregunta lo mismo
tres veces. La referencia de las negaciones es evidente. Pedro
vuelve a llorar su traición y entiende la vanidad de
sus pretensiones.
Cuando Jesús
comparece ante el sumo sacerdote, es Juan quien está
a su lado afrontando lealmente la situación. Pedro se
ha quedado fuera. Si logra entrar es porque Juan lo solicita.
Por eso al final del evangelio de Juan entendemos que se trataba
de una rivalidad de Pedro con éste. Por eso cuando Jesús
llama a Pedro para que lo siga, Juan viene detrás. Pedro
pregunta por él: ¿"Y éste, qué?"
Jesús le responde: "Si yo quiero que éste
quede así hasta que yo vuelva, ¿a ti qué
puede eso afectarte?". Es entonces que Jesús le
predice su fin mediante un lenguaje profético y elíptico:
"Vendrá el tiempo en que, viejo y ciego, otro te
ceñirá y te llevará donde tú no
quieras ir". Entendemos por esto que Pedro es el cuerpo
de la Iglesia (Institución jerarquizada, comunidad litúrgica)
y Juan es el espíritu. Aquel está sujeto a la
caducidad, éste es indestructible.
Aplicando
el hexagrama 54 a la situación descrita, vemos cómo
un hombre de menor talla espiritual pretende ser el predilecto
en la comunidad de discípulos de Jesús y las humillaciones
que tuvo que pasar para ser puesto en su lugar por el maestro.
Cuando Pedro entendió todo y dio su vida por la fe, pidió
ser crucificado al revés para expiar sus vanas pretensiones
y graves defecciones.
Con la Joven
Casadera se puede llegar muy lejos.
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