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Juan
Emar o Estoy ca-bre-a-do. |
Por:
Juan Pablo Yañez Barrios.
En
otra parte de esta sección, personalidades, nos
referimos a Eduardo Barrios. En esta ocasión
queremos referirnos a otro escritor, que, dada su estrecha
relación con Eduardo Barrios, más de alguna
vez estuvo en el Cajón del Maipo. Hablamos de
Juan Emar, seudónimo de Álvaro Yáñez.
Valga la aclaración: Juan Emar viene del
seudónimo francés que el escritor usó
al principio, estando en Francia: Jean Emar,
que, fonéticamente, remeda la frase j’en ai
marre, cuya traducción libre es algo así
como estoy cabreado. Esto habla por sí
solo de la singular personalidad de Álvaro Yáñez,
autor para lectores muy selectos...
Son
pocas las personas que saben de los lazos que unieron
a Eduardo Barrios y Juan Emar. Veamos: Eduardo Barrios,
en segundas nupcias, se casó con Carmen Rivadeneira.
Juan Emar, por su parte, también en segundas
nupcias, se casó con Gabriela Rivadeneira,
hermana de la anterior, de manera que pasaron a ser
concuñados. Aunque ya se conocían desde
antes en los círculos literarios, los dos escritores
estrecharon así sus relaciones. Cuando Juan
Emar y Gabriela volvieron de París después
de una larga estadía, el primer tiempo alojaron
en casa de Eduardo Barrios y su esposa Carmen, en
General del Canto 182. Luego, los recién llegados
comprarían casa en la misma calle y pasarían
a ser vecinos. Por ese entonces Eduardo Barrios era
colaborador directo del gobierno de Carlos Ibáñez,
que le había expropiado el diario La Nación
y había enviado al exilio a Don Eliodoro Yáñez,
padre de Juan Emar. Estos aconteceres políticos,
sin embargo, jamás se convirtieron en roces
entre los concuñados.
Lagunillas.
Fueron tiempos en que las relaciones de Eduardo Barrios
y Juan Emar se estrecharon sensiblemente. Incluso,
más tarde, el destino les da aún un
nuevo vínculo: se convierten en consuegros
cuando la hija mayor de Eduardo Barrios –Carmen o
La Pita- y el hijo mayor de Juan Emar –Eliodoro-
contraen matrimonio.
Dado
el hecho de que la crítica oficial de esos tiempos
ignoró las publicaciones de Juan Emar, sobresale
el hecho de que Eduardo Barrios haya escrito al menos
dos muy buenas críticas sobre ellas. Es alentador
que un escritor que construye su obra en torno a lo
anecdótico y externo se pronuncie tan favorablemente
sobre una literatura hecha sobre lo experimental e interno.
No cabe duda: Eduardo Barrios intuyó con claridad
que los escritos de Juan Emar podían abrir una
nueva puerta a la literatura universal. Lejos de ocultarlo
-como lo hicieron otros- o de intentar restarle importancia,
se atrevió a destacarlo públicamente. |
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Eduardo
Barrios tenía razón: hoy Juan Emar es reconocido
en todo su valer no sólo en Chile, sino también
en muchos otros lugares el mundo. Es un escritor para elegidos,
no para las masas. Hace ya unos años, La Biblioteca
Nacional publicó su obra completa, titulada "Umbral".
Para
terminar, algunos otros datos sobre Juan Emar: Nació
el 13 de Noviembre de 1893 en Santiago. Su madre fue Doña
Rosalía Bianchi Tupper, y su padre Don Eliodoro Yáñez
Ponce de León, abogado, senador de la República
y fundador y propietario del diario La Nación. Vivió
entre Francia y Chile. Volvió a Chile definitivamente
en 1956. Falleció el 8 de Abril de 1964.

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