Por:
NN. Para
ser sincero, varias veces me he dicho para mis adentros: "pero qué
será esta cosa de los númenes bucólicos". Al
más puro estilo racional-científico, para aclararme un poco, comencé
mirando mi diccionario Sopena, en el que encontré las siguientes definiciones:
Numen:
1. Inspiración,
estímulo creador que siente el artista. 2.
Cada una de las fabulosas deidades del paganismo. Bucólico:
Dícese de la poesía en que se trata de cosas concernientes a la
vida pastoril o campestre. ¿Aclara
algo esto? No, a no ser que allí hay algo de inspiración poética
en el campo. Peor es nada. Los númenes bucólicos me han llegado
a interesar justamente por eso: porque rompen mi lógica formal. Recuerdo
que al principio, para justificar su presencia, pensé que era propaganda
disfrazada. Pero parece que no: nunca se identifican con algún producto
o estimulan a consumir algo. He llegado a la conclusión de que la razón
pura no sirve para disfrutar un numen bucólico, y que tampoco sirve una
espiritualidad tipo new age, sino todo lo contrario. Es decir, hay que irse por
la vía epitalámica, ditirámbica, anacreóntica y onírica,
dirigiéndose por rutas transversales al corazón de la logomaquia
surrealista que va al fondo de los significantes, y por rutas diagonales al cerebro
de la dialéctica metódica que suele rozar esos significantes. No
les quepa duda: entonces todo se aclara. Pero más se aclarará si
ve algunos de ellos, por eso, los incluimos más abajo.
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