El
ser humano, desde siempre y en todas partes, ha mantenido vivos
en el recuerdo y ha plasmado en la escritura los hechos que
de una u otra manera van sobresaliendo en la tradición
y la historia de sus territorios. Poco a poco, de boca en boca,
de pluma en pluma, de lámina en lámina, los relatos
de estos hechos van transformándose, y a menudo perduran
convertidos en historias cuyos orígenes se han perdido
en el tiempo, pero cuya vigencia las hace características
de la experiencia humana en general y de una comunidad o pueblo
en particular.
Una leyenda
está fundamentada en un hecho que alguna vez sucedió
y que terminó siendo un relato representativo de la
vida real e imaginaria de una comunidad. Hemos dicho "vida
real y vida imaginaria", las dos claves para llegar a
conocer la sustancia de la vida. Lo real es el accidente del
diario vivir, lo imaginario es la esencia de ese vivir. Esos
dos conceptos conforman el misterio del fenómeno de
la vida. Son muchas las tradiciones, las religiones y las
filosofías que afirman que lo imaginario y lo real
no son más que las dos caras de una misma moneda, y
hay quienes afirman que la vida de los sueños es tanto
o más real que la vida de la vigilia.
En las
leyendas que hemos seleccionado en esta sección queda
retratado un rincón especial de Chile: el Cajón
del Maipo. Se dice que el magnetismo que caracteriza a esta
región es sensible y contundente, razón por
la cual sus habitantes están muy sensibilizados y suelen
asegurar haber tenido experiencias directas con los personajes
que cada leyenda revive. Por eso hay mucha gente
- niños, adultos y ancianos - que han escuchado
el llanto de la llorona, o han vislumbrado la silueta de la
lola, o han visto en los ojos de un perro la manifestación
de satanás, el mismo que dejó su pata marcada
en un cerro.