Nada puede ser más bello que un amanecer rodeado de quillayes; con sus hojas brillantes por la luz del alba y los dedales de oro que abren su corola como si saludaran al sol.
Con la llegada de la primavera queremos tener un jardín lleno de flores y espacios agradables para compartir en el exterior.
Para lograrlo es importante realizar labores como:
Podas, limpieza y formación de todo lo que esté muerto o nos estorbe. En la naturaleza las plantas no necesitan podas, hacemos esta labor para potenciar la belleza de cada especie. Siempre es mejor informarse respecto a la planta que queremos podar para no perder la floración con una poda en una fecha no adecuada.
Fertilización y abonado. Este último es más amigable con el medio ambiente, ya que no contamina napas subterráneas y aporta nutrientes a nuestro jardín. Un buen abono puede ser compost o humus; si el jardín es más pequeño. Nunca comprar tierra de hojas. Esta no es igual de efectiva porque contiene malezas, no está bien desintegrada y además es sacada de bosques nativos, generando erosión y perdida de suelo.
Desmalezado. Debe ser intenso para evitar que las plantas no deseadas semillen e invadan el jardín. El suelo jamás debe ser picado porque esta acción daña las raíces de nuestras plantas.
Riego. Debe ser una vez por semana evitando encharcar el jardín; las temperaturas en primavera no son tan elevadas como en verano, pero importante es mantener un riego semanal, evitando saturar el suelo.
Resiembra. Si el césped presenta sectores ralos o pelones, se pueden aplicar semillas para cubrir las zonas vacías, sembrando las semillas solo con arena y regando de manera frecuente. El primer corte se realiza cuando el césped se curva a los 25 días de sembrado aproximadamente.
Mario Piña,
Administrador General Pinapaisajismo.