12 AÑOS
Al tiempo no se lo puede atrapar, solo pasa. Doce años han pasado desde que esta revista vio la luz por primera vez. Todos los que seguimos vivos estamos doce años más viejos. En la foto vemos una abejita a punto de posarse sobre un dedal de oro, iniciando un proceso de polinización. Algo parecido aconteció en noviembre de 2002 con la publicación del primer número de Dedal de Oro. Desde entonces han aparecido 70 números, y con esta revista iniciamos el año 13.
¿Qué es el tiempo? Como concepto físico, se compone solo de pasado y futuro. No hay presente; el presente es un concepto sin tiempo, pues en el momento de concebirlo ya ha pasado. Da lo mismo decir que el presente es igual a cero o igual a infinito, concebido el tiempo como una sucesión eterna de "ahoras". La revista, en ese sentido, ya está constantemente aquí, en todo ahora, en cada acontecimiento del pasado y del futuro. El tiempo solo sirve para ordenar contenidos, catalogarlos, hacer archivos, guardar memorias, para que así permanezcan protegidos como valores durables del Cajón del Maipo y, por qué no, del mundo.
También podemos hablar del tiempo interno de cada cual, ese que no es reloj y que se confunde con la conciencia y que de ser absoluto de pronto se hace relativo y nos muestra las cosas en otra dimensión. En este nuevo tiempo ya no solo tenemos información de consulta -catálogos, archivos, índices-, sino que nos abrimos a nuevas perspectivas, extendiéndonos hasta horizontes más allá de nuestras fronteras, que nos llegan a través de las páginas de Dedal de Oro. El vaso comunicante entre nuestra región y el resto del mundo nos identifica insertos en el universo, compartiendo amplios valores humanos. Esa es la labor que aspira a cumplir esta revista. Eso basta.
Por ayudar a realizar esta tarea se le agradece a cada columnista, a cada colaborador, a cada participante. Cada cual juega su rol, y todos juntos hacemos una obra que perdurará hasta más allá de nuestra época. Es una obra creativa de gente diversa. Gracias.
El Director.