Revista Dedal de Oro N° 67
Versión electrónica de la Revista Dedal de Oro. Nº 67 - Año XII, Verano 2014

LIBROS

LA LIBRERÍA MÁS FAMOSA DEL MUNDO

ANTONIO GIL, en exclusiva para Dedal de Oro

La librería más famosa del mundo : Shakespeare & Company.

Luego de salir de Notre Dame, convertida hoy en una Disneylandia deprimente, donde lo sacro y lo turístico no terminan de ensamblarse, y tras deambular y perdernos, y encontrarnos mil veces por el laberinto de callejuelas del Quinto Distrito, por fin damos con la librería Shakespeare and Company, la que se encuentra en el número 37 de la rue de la Bûcherie de París, frente al Sena. Un lugar pequeño, abarrotado de libros por los cuatro costados, con dos pisos muy bajos, que ha logrado convertirse, sin embargo, en la librería más mitológica que existe en el planeta. Es claro que no son sus reducidas proporciones las que la han llevado a este sitial, sino su sorprendente historia y su estilo sin precedentes. Allí uno se puede instalar a leer en sus mullidos sillones mientras afuera cae sobre la Ciudad Luz un diluvio pasajero. Huele a viejos libros anglosajones, lo que de por sí es una curiosidad en la ciudad más francesa del mundo. Libros que ninguno de sus dos dependientes te obliga y ni siquiera te sugiere comprar. Hay algo de Alicia en el país de las maravillas en ese lugar perdido del París intramuros, vale decir, el viejo París que se alza junto al río y sus puentes y sus monumentos apabullantes de bronce dorado y perspectivas interminables.

La librería cierra sus puertas cuando el último visitante se ha desenganchado del libro que ha elegido hojear. Y esto puede ser tardísimo. En el piso bajo se está en una librería como hay muchas de libros usados en todas las grandes y medianas ciudades. Estantes de roble gastados por el uso y el tiempo albergan aquí las más importantes producciones en inglés. Entre las paredes abarrotadas de libros uno puede recurrir a escalerillas móviles para acceder a los estantes superiores y acariciar alguno de los volúmenes más altos, como la fruta de un árbol. Una chirriante escala nos lleva al segundo piso, donde se afirma categóricamente: "A partir de aquí los libros ya no se venden, están a tu disposición para que los cojas y los leas todo el rato que te apetezca". Un lugar mágico y prodigioso en una sociedad envenenada por el lucro, y donde la gratuidad nos resulta muy difícil de entender. ¿Por qué lo hacen? Simple: Porque quieren. Porque aman la literatura más que el dinero, y el espíritu más que la materia. Cosa harto rara y ya desconcertante, por desdicha, en los tiempos que corren.

Pero esta larga tradición nace en los "locos años 20", y es logro de una adelantada Sylvia Beach, su propietaria, famosa por ser la primera en publicar el Ulises, de James Joyce. Por entonces dicen que era frecuente ver por la librería a los escritores gringos de la llamada "Generación Perdida". Un grupo de notables autores estadounidenses que se vieron empujados a trasladarse a París entre la Primera Guerra Mundial y la gran crisis económica que antecedió a la Segunda Guerra Mundial. Entre ellos se contaban Ezra Pound, Ernest Hemingway, Francis Scott Fitzgerald, y naturalmente el irlandés James Joyce.

Hemos querido compartir este paseo con nuestros amigos, los lectores de Dedal de Oro, porque se dieron las circunstancias y porque hemos salido de allí con un dulce sabor a humanidad en la boca, un regusto a viejos buenos tiempos, que no es bueno guardarlo solo para uno.

 
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