Vampiro

Extraído de sus tinieblas
con petacas e incluso cama,
un vampiro mal aterrizó
en el desierto de Atacama.

El engendro se preguntaba
en el más total desconcierto,
¿qué diablos hago yo, metido
en medio de este gran desierto?

Qué mal rayo el que me transportó
desde mi cómodo aposento,
pensaba, y no muy contento
aquel vampiro … polvoriento.

Sediento de sangre pensaba:
"que bien en Transilvania estaba"
cómo añoro aquí a mi vampira,
a su aorta...y su vena cava.

De esto nunca nada se supo,
si cuentos, ya falsos o ciertos
pero empezaron a circular
noticias de animales muertos.

Pero vaya qué coincidencia
y mire que fin tan singular,
las reses y ovejas tenían
dos hoyitos en la yugular.

Los lugareños pusieron fin
a estas historias tan macabras,
y de todo esto lo culparon
al ya famoso Chupacabras.

COITO

Coito…¡que vocablo tan extraordinario!
"ayuntamiento carnal de hombre con mujer"
eso solamente encontré, cuando busqué
curioso esa palabra en el diccionario.

El término y su tan corta definición,
teniendo un idioma español tan fecundo,
para un acto tan humano y tan profundo
causó a mi alma poeta mucha decepción.

Para corregir verdadera injusticia
trataré definirlo…es mi manía,
si fracasara disculpen mi osadía
ya no sería por falta de experticia.

Necesario será en el importante acto,
ya sea con la esposa o bien una amante,
jamás has de olvidar en ningún instante
"tratarás a esa mujer con mucho tacto".

Coito es dejarte llevar sin tiempo y noción,
sentir el gozo de las suaves caricias
preludio del túnel de bellas delicias
que te llevan al estado de la emoción.

Cuando a la pasión le sumas sentimiento
el coito es más puro que un niño en oración,
pasión y amor se igualan en esta ecuación,
...cóncavo - convexo en el ayuntamiento.

Coito es hechizante vaivén melodioso,
una danza que se inicia con cadencia,
continúa con frenesí en ascendencia
que te lleva a un estado maravilloso.

Vientres, pelvis, labios, besos y miradas
un respirar entrecortado y gemidos,
juntarlo todo perdiendo los sentidos,
ver un cielo y ángeles por miríadas.

Es la suma de orgasmo y eyaculación,
sentir el estallido de los sentidos,
ver en el tálamo dos cuerpos rendidos.
(Si esto no es coito no existe definición.)

ABEJORROS

Me llega aéreo un extraño sonido…un zumbido
salido de un no evolucionado himenóptero,
que por ruidoso semejaba un helicóptero,
imprevisto, me trajo al presente el tiempo ido.

Ingrato, tenía olvidado a este alado animal,
aurinegro zumbador de aguijón doloroso,
en el jardín veía su volar perezoso
me trajo olvidados recuerdos de infancia rural.

La ciencia tuvo descubrimientos mayúsculos,
por ejemplo, que ese batir de alas tan lento,
desafiando ley de la gravedad es portento:
zumbido no es batir de alas, sino de músculos.

Ora volaban a la Amapola en su alta vara
ora a las flores azules y a las amarillas,
verlas chupar incluso en las bellas buganvillas
pero en las Calas, ay…si yo abeja ahí no libara.

Alguna atrevida entraba a la casa habitación,
otra en la letrina, dentro del pozo séptico,
debía de huir en pleno acto fisiológico:
nunca en la flor de mi humanidad esa libación.

Suave frescura de infancia en rápido reflejo,
que ese bichito negro anaranjado y zumbador
puso en mis ajados labios agradable dulzor
de la dulce miel de los recuerdos en un dejo.

ODA INCONCLUSA A LOS CARACOLES

Caracoles, oh caracoles caracoleros
viajeros eternos de todos los jardines,
presentes en todo el mundo como los gitanos
¿de dónde venís, cuáles son vuestros derroteros?

Os he visto por las noches y amaneceres
desfilando siempre en caravanas perezosas,
en carruajes de concha leve… que no entiendo,
¿vosotros abajo? raro…distintos mis pareceres.

¿Dónde vais, dejando atrás diseminados
vuestro rastro brillante como estrella de Belén?,
¿a quien vais guiando con huella rutilante
arriesgando por zapatos ser aplastados?

Un recuerdo me viene… sois comestibles
cuando pequeño me hicieron comeros,
me remece vuestra muerte, vivas asadas
sacúdeme dolor por muertes tan horribles.

Rocas, césped, árboles, incluso la arena
conocen de vuestro lento deambular
y tras vuestro las babosas esclavas
arrastrándose atrás en cruel condena.

Caracoles y babosas, moluscos
nocturnos comensales a la luz de la luna,
de la cual luego nos regalan su luz y brillo
vuestro vivir es lento y suave, nunca bruscos.

¿A dónde vais en vuestro apuro cada amanecer,
los he vistos, acaso creéis que no lo sé ?
el jardín está plagado de bestias enemigas,
enemigos a los cuales debéis hacer perecer.

En carruajes cual El Magno de Alejandría
y tras vosotros, de infantería las babosas,
lleváis las ilusiones de mis amadas…las flores
y junto a ellas…también toda el ansia mía.

Mis orquídeas, clavelones y cactus amorosos
respetuosos se inclinan a vuestro paso,
¿inclinan? Nooo, ¡languidecen…se mueren!
¡ Malditos gasterópodos babosos !

Lo que habéis hecho aceitosas mal nacidas,
os lo juro que todo me lo habéis de pagar,
no descansaré hasta hacer pagar vuestra felonía,
cubriré con sal todas vuestras guaridas.

Se los digo claramente, su acción me sacó roncha,
de esta oda me retracto, por lo cual quedará inconclusa;
y ojala vuestros enemigos de batalla os derroten
y destruyan vuestros carruajes de calcificada concha.

Ya desnudos podéis iros a donde os cuadre
¿Que donde habéis sido concebidos
queréis ir? Pues iros entonces y cada cual,
¡¡ iros a la misma concha de vuestra madre!!