Revista Dedal de Oro N° 63
Versión electrónica de la Revista Dedal de Oro. Nº 63 - Año XI, Verano 2013

DECRECIMIENTO

VIVIR MEJOR CON MENOS
UNA CRÍTICA Y PROPUESTA AL ACTUAL MODELO PREDOMINANTE DE PRODUCCIÓN, CONSUMO Y VIDA.

PABLO PAÑO YÁÑEZ (DOCTOR EN ANTROPOLOGÍA SOCIOCULTURAL, UNIVERSIDAD DE BARCELONA;
POSTGRADO EN CIENCIAS SOCIALES, ILADES, CHILE) (PABLOPAOYAEZ@YAHOO.ES)
Gran ola con un mar lleno de basura

FUENTE : LABOLSALOCA.BLOGSPOT.COM



Diferentes etnias originarias.

FUENTE : UNIVERSOBABEL.BLOGSPOT.COM



Pancarta sobre la sacralidad de la naturaleza

FUENTE : FILTROINTELECTUAL.WORDPRESS.COM




Pensamiento de George Bernard Shaw


Pensamiento sobre conciencia ecológica

Son cada vez menos las personas que a estas alturas de manera constante o al menos ante circunstancias concretas, no han exclamado manifestando diferentes desencantos, desacuerdos, objeciones, escándalo, impotencia, inquietud… ante cualquiera de las múltiples expresiones destructivas que deja nuestro actual modelo de producir y consumir, o lo que es parecido, la forma que la humanidad ha establecido como forma dominante de relacionarse con la naturaleza.

¿Son evitables cosas como: la disminución de una parte mayoritaria de la biodiversidad del planeta en cuanto a su flora y su fauna, el deshielo de los polos, glaciares y cumbres del planeta, la contaminación masiva de nuestros mares, ríos, tierra, aire, etc., que se traduce en que prácticamente no existan lugares "sanos" (sin contaminación) en nuestro vasto planeta; el cambio climático con sus cada vez más desastrosas consecuencias, la desigualdad aguda de acceso a las oportunidades y recursos entre las diferentes personas en función de su estrato social, su sexo, su procedencia, etc.? En directa relación otros muchos se cuestionan sobre si un modelo que cada vez se basa más en el consumo de productos, servicios, modas, etc., está aportando mayor felicidad a las personas que cuando eso era muy inferior en otras épocas, o tal cual todavía lo practican algunas grupos pertenecientes a otras culturas que por una u otra razón se mantienen relativamente distantes de ese modelo dominante.

El consumo constante y diversificado que el modelo nos propone ahora de forma globalizada y que habitualmente practicamos de forma acrítica ¿ha hecho y hace más feliz a las personas que lo practican? Por de pronto algunos estudios realizados en el pasado confirman que, tal cual algunos comenzaban a sospechar tras practicarlo, las personas de Inglaterra y Bolivia por ejemplo, en absoluto tenían percepciones desiguales sobre su grado de felicidad y menos aún, que eso tuviera algo que ver con el mayor o menor grado de consumo medio que había en sus países (uno denominado potencia mundial del Primer Mundo y otro, parte del Tercer Mundo, país subdesarrollado o en vías de desarrollo según esas mismas denominaciones) (1) . Sin duda, eso no cuadra con esa tesis que siempre se nos ha manifestado (sistema educativo, medios de comunicación, academia….) y que hemos dado por evidente: algo así como que a mayor riqueza, consumo, producción de la mano de conceptos como desarrollo o progreso que no han sido en absoluto analizados ni puestos a prueba respecto a lo que implican, las personas estarían más cerca de la felicidad. Importante pues, someter a análisis lo que esos conceptos proponían y así mismo hasta qué punto se relacionan positivamente para las personas y los seres vivos otros conceptos relacionados como crecimiento, calidad de vida, explotación del medio ambiente y las personas, tecnología o modernización. ¿Son necesariamente positivos y en cualquier combinación o incluso pueden llegar a ser altamente destructivos o al menos no cumplir en absoluto esa presunción de bienestar que se asumía indiscutidamente traían de la mano? Evidentemente no nos estamos refiriendo a la pobreza como un estado deseable; sin embargo, sí al análisis de cuales son los límites necesarios para satisfacer nuestras necesidades como especie sin colonizar destructivamente el planeta y, por lo demás, favoreciendo un reparto más equitativo de los recursos que necesitamos consumir entre las diferentes personas.

(1) En: Max-Neef Manfred, Elizalde Antonio y Hopenhayn Martín: Desarrollo a escala humana. Conceptos, aplicaciones y algunas reflexiones. Autores. Ed. Icaria / Antrazyt.

Sin discutir la evidente necesidad que el ser humano tiene de cierto consumo y a la vez de producir alimentos y artefactos para desenvolverse en el medio natural, las dudas aparecen respecto a cuál es el modelo que mejor resuelve ese abastecimiento para cubrir las necesidades y darle una calidad de vida digna. La capacidad tecnológica que como especie hemos ido adquiriendo a lo largo de la historia plantea a estas alturas ciertos límites cuando en ese planeta finito y por tanto, con unos límites claros, hemos superado ya los 6.000 millones de individuos que se abastecen de él. En la medida que el hombre occidental se situó en el centro, dejando de lado visiones sagradas de la naturaleza que le hacía poner límites a su acción sobre ella, la actividad se ha orientado a una velocidad cada vez mayor al sometimiento de la naturaleza de cara a unos intereses de mercantilización (hoy todo tiene un precio: agua y hasta el aire de alguna manera) que son el origen y las consecuencias de alto deterioro del medio en que vivimos y por tanto de nuestra propia calidad de vida. Es lo que se podría denominar como triunfo del economicismo y el productivismo por encima de otras lógicas, criterios y valores. En la actualidad nuestro modelo económicoproductivo nos deja claro que nunca en el pasado las sociedades habían estado tan centradas en la producción y la economía y lo que de ellas necesariamente deriva, y que es la estrella del modelo capitalista imperante: el consumo constante en un sentido ampliado. Toda sociedad y cultura debe tener evidentemente una actividad económica y productiva, pero este desequilibrio respecto a otros planos sociales, colectivos, familiares, lúdicos, espirituales, emocionales, políticos, etc., etc., marca pautas distorsionadas que ponen la vida de las personas y demás seres vivos al servicio de esa dinámica ya descontrolada, y no al revés como el sentido común compartido por millones de esa mismas personas, parece percibir (y de ahí esos malestares ante sus consecuencias).

Ante las incontables y cada vez más indisimulables evidencias de la destrucción con importantes dosis de sinsentido que ese modelo provoca y que se traducen en nuestras vidas cotidianas y la del planeta, han surgido ya desde hace décadas corrientes de pensamiento y acción que cuestionan abiertamente su lógica y funcionamiento. Han sido múltiples, con mayor o menor éxito, con diferente grado de proposición de alternativas pero todas han tenido como constante esa alarma ante los afectos negativos del modelo y planteado la reflexión sobre los efectos irracionales e irreversibles que estaba provocando.

Ante este panorama el "decrecimiento" es una corriente de pensamiento político, económico y social favorable a la disminución regular controlada de la producción económica con el objetivo de establecer una nueva relación de equilibrio entre el ser humano y la naturaleza, así como también entre los propios seres humanos.

En ese sentido rechaza abiertamente el objetivo de crecimiento económico en sí del productivismo; es decir, evidentemente no niega la necesidad de producir para el sustento de las personas pero pone el acento en que no tiene por qué ser necesariamente acumulativo en el grado actual, plenamente mercantil ni debe comportar ese incalculable grado de destrucción que el modelo actual conlleva. Cabe aclarar que se considera como un movimiento anticapitalista pero no sólo. En la medida que cuestiona esa racionalidad acumulativa y productivista no cabe duda que el capitalismo es su máxima expresión (y la versión neoliberal en países como Chile su versión más depurada), pero no desconoce que modelos como el socialista de la Europa del Este o la actual dinámica de China como nueva potencia mundial que de alguna manera combina elementos de ambas, se fundamentan en la misma lógica: poner indiscriminadamente al medioambiente, orientando también a las personas hacia ello, al servicio de un consumo desaforado sin importar los daños, muchos ya irreversibles, que se provocan en ese medio vivo. Ya aquellas viejas divisiones Este – Oeste no son útiles, y tras ellas se aprecia como respecto a la producción ambas compartían lógicas comunes de un ser humano que se ponía al centro de la naturaleza, instrumentalizándola y cosificándola, puramente según sus intereses. La depuración del capitalismo trabajó como diferencia su exaltación hasta el punto de que además una parte cada vez más importante de la actividad humana se orientara al consumo con lo que ello comportaba en términos psicológicos y culturales de llevar la vida de las personas hacia esas prácticas con, además claras consecuencias de su empobrecimiento en otros muchos campos de la vida.

Así la consigna del movimiento decrecentista tiene como meta, sobre todo, insistir fuertemente en abandonar el objetivo del crecimiento por el crecimiento. Penetra pues en campos que trascienden lo puramente económicoproductivo sino que, tal cual se aprecia, la múltiples implicaciones que ello conlleva, lo pone de pleno también ante reflexiones ecológico-medioambientales y finalmente filosóficas preguntándose por sobre cómo satisfacemos nuestras necesidades, cómo piensa y actúa el ser humano bajo este modelo, el sentido de la vida y lo material en ella, así como ese tema de si se es o no la especie central y cómo relacionarse con todas las demás que conforman y son, igual que los humanos, parte de ese medio vivo. En ese sentido, articulando todas estas reflexiones profundas, estaría proponiendo un cambio radical de sistema.

Afirman que a estas alturas la conservación del medioambiente no es posible sin reducir la producción económica que es la responsable de la reducción de los recursos naturales y la destrucción del medio, y cuya actividad actualmente estaría por encima de la capacidad de regeneración natural del planeta. El tiempo de reacción es limitado pues la crisis ecológica no es ya una amenaza que está por venir; por el contrario, y como podemos comprobar cada día tanto a nivel de efectos globales como en nuestro entorno inmediato, ya es una realidad instalada entre nosotros aunque, si no se interviene de forma decidida y eficiente, sus peores consecuencias estén aún por llegar. Sin ser catastrofista y por el contrario, con una dosis de realismo mucho mayor de aquellos que prefieren mirar hacia otro lado ante esos cada vez más graves síntomas de esa destrucción, plantea no sólo un análisis de esa deterioro vertiginoso junto a las conductas que lo provocan, sino numerosas propuestas para buscar las alternativas. Por tanto la propuesta es tan sencilla como poderosa: se puede habitar y vivir en el planeta sin destruirlo. Y ello se sustenta en otra consigna clave: se puede vivir mejor con menos.

En posteriores artículos seguiremos con este análisis y especialmente con cómo nos afecta incluso a nivel nacional y del propio Cajón del Maipo. Aunque trataremos especialmente, quizá con lo más importante de todo…. lograr construir alternativas a nivel local (tanto más amplias y ambiciosas como otras sencillas). Más que quedarnos en la lamentación hace falta primero la reflexión de cómo nos afecta en nuestra vida y la de nuestro medio, y a continuación pasar a la acción mediante construir medidas entre todos que nos permitan revertir estas amenazas y definir formas muchos más saludables y respetuosas de habitar y relacionarnos con nuestro medio.

Para saber más… Algunos materiales en la red.

- http://vimeo.com/3938064 Video sobre el pensamiento decrecentista titulado: Simplicidad voluntaria y decrecimiento

- http://www.youtube.com/watch?v=lrz8FH4PQPU. Video explicativo sobre las grandes falencias y riesgos del actual modelo de producción y consumo basado en el ensayo La historia de las cosas. Autora Annie Leonard

- http://www.rtve.es/television/documentales/comprar-tirar-comprar/ Video de análisis sobre la sociedad ce consumo y los procedimientos para promover el consumismo titulado Comprar, tirar, comprar.

- viruseditorial.net/pdf/la_convivencialidad-prueba.pdf :: Libro: La Convivencialidad. Autor, Illich, Iván. Virus Editorial.

- http://www.nodo50.org/consumirmenosvivirmejor/?page_id=43 :: Para bajar gratis en Creative Commons el libro práctico: Consumir menos, vivir mejor. Autor Toni Lodeiro.

- www.dhf.uu.se/pdffiler/86_especial.pdf . Desarrollo a escala humana. Opciones para el futuro. Autores: Max-Neef Manfred, Elizalde Antonio y Hopenhayn Martín. Ed. Icaria/ Antrazyt.

Otros libros iniciales:

- Latouche, Serge: Salir de la sociedad de consumo. Voces y vías del decrecimiento. Ed. Octaedro.


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