En febrero de 2011, dos semanas antes del terremoto, soñé tres sueños interesantes que quiero contar aquí para investigar cómo las realidades soñadas se relacionan con las realidades vividas.

El primer sueño se desarrollaba en el supuesto de que el soñante –vale decir, yo- tenía una amistad íntima con la actriz Jennifer López, quien visitó Chile recientemente. Con relación a este personaje debo decir que yo admiro a Jennifer por su belleza indígena y por el sentido humano y social de muchas de sus películas, en las que ella se juega por los oprimidos y explotados. El sueño no era erótico (a mis 85…) sino competitivo. Ella y yo debíamos dar una vuelta completa al Estadio Nacional, a la carrera, sucesivamente, en el menor tiempo posible. Ella medía el tiempo en su reloj con cronómetro. La competencia atlética no aparecía en el sueño, y después de un corte –como en el guión de las cintas cinematográficas- nos hallábamos en una gran casa con parque en el barrio alto de Santiago. Yo la divisaba en un grupo de personas elegantes, como quien asiste a un cóctel de gente encopetada, pero la miraba desde el living de la casa, haciendo el siguiente comentario: "Es muy bella pero tiene las piernas un poco cortas". Luego abría la puerta del living y salía para integrarme al grupo. Cuando me hallaba a su lado le preguntaba cuál de los dos era el vencedor de la prueba, y ella me respondía: "Y eso qué te importa, lo que cuenta es que lo hicimos".

El segundo sueño se desarrollaba en Inglaterra. Yo era jugador de un equipo de fútbol inglés, en el que jugaba también el exministro Tony Blair. El partido no se decidía por ninguno de los dos equipos, hasta que en un momento de tensión frente al arco de nuestros adversarios, yo le hacía un pase maestro a Tony Blair y él metía el gol que nos daba el triunfo. Enseguida yo era felicitado por los demás jugadores.

El tercer sueño se desarrollaba en la casa de mi infancia en Viña del Mar (Calle Las Rosas 387). Se entendía que yo era el mismo viejo octogenario de hoy. Yo me dirigía entonces a la habitación de mi madre, quien estaba casada con otro caballero, sin que se diera explicación alguna sobre la ausencia de mi padre. Y al llegar a la puerta –que estaba entreabierta- veía a mi padrastro leyendo el diario en un sillón, en el supuesto de que mi madre, por ser todavía de mañana, estaba aún en el lecho. El hombre le leía las noticias en voz alta y le decía que había hallado una de mucho interés, la cual decía: "En adelante al señor Gastón Soublette no se le pagará más su remuneración en dinero sino en especies".

En lo que se refiere al primer sueño, debo explicar que al día siguiente yo debía asistir a una rogativa mapuche en el bosque del lado oriente de Olmué. Un numeroso grupo de personas se hallaba ya reunido cuando llegué, y lo primero que me llamó la atención fue que entre los asistentes (que no pretendían ser personas encopetadas) había una mujer igual a Jennifer López. Pedí que me la presentaran y le manifesté mi sorpresa por el parecido. Ella agradeció el cumplido, pero agregó que eso ya se lo habían dicho una infinidad de veces.

Mi interpretación del sueño (tentativa por supuesto) se relaciona con la leve duda que me asiste acerca de la dualidad espiritual que significa ser cristiano y creyente en el evangelio de Jesucristo, por una parte, y por otra asistir a rituales y rogativas de una religión cósmica como la mapuche. El atractivo que sobre mí ejerce la espiritualidad indígena está simbolizada por Jennifer López, belleza indígena de mucho atractivo. La competencia atlética simboliza una especie de confrontación de ambas religiones en el interior del sujeto. La frase: "Es muy bella pero tiene las piernas un poco cortas" significa que la espiritualidad indígena es efectivamente muy bella como práctica litúrgica y mística cósmica, pero para el soñante no tiene la envergadura de la espiritualidad bíblica, pues las extremidades inferiores, por una semejanza funcional, simbolizan el alma, ya que el alma sostiene la forma del cuerpo y las piernas y los pies también sostienen al cuerpo. La respuesta de Jennifer: "Y eso qué te importa, lo que cuenta es que lo hicimos", significa que el suscrito parece inquietarse más allá de la medida por la confrontación de las dos religiones, porque en ambos casos él sigue siendo monoteísta bajo una u otra forma, y sigue asistiendo a nguillatunes sin problemas de conciencia.

El segundo sueño es probablemente un mecanismo contrafóbico. Yo no siento mucha simpatía por el mundo anglosajón, sin perjuicio de que en mi larga existencia haya tenido buenos amigos ingleses, escoceses y norteamericanos. Los mecanismos contrafóbicos son actitudes contradictorias mediante las cuales uno, no pudiendo resolver su aversión por alguien o algo, invierte el sentido de su problema y aparece favoreciendo a aquellos por quienes no siente simpatía. El hecho de que Tony Blair aparece en el sueño es suficiente para aclarar que no se trata de los individuos sino de los gobiernos, de los estados. Lo específicamente contrafóbico es el hecho de que Tony Blair triunfe gracias a una ayuda mía, lo cual obviamente sólo puede ocurrir en un sueño, porque si en la realidad se hubiese dado la coyuntura (inimaginable) de que el éxito de este personaje hubiera dependido de mí, todo el mundo puede estar seguro de que yo no le habría pasado la pelota…

El tercer sueño es el más enigmático. La clave parece hallarse en la diferencia que hay entre el dinero y las especies. Ser remunerado en especies simboliza de algún modo, aquí, el hecho de recibir lo necesario para vivir, especialmente los alimentos, directamente de la tierra. En ese sentido se insinúa en ello un cambio de vida hacia lo natural. Para que eso pueda ocurrir uno debe desentenderse del sistema cuyo motor es el dinero, esto es, la civilización financiera y tecnológica contemporánea. El sueño ocurre en la casa de la infancia, vale decir de algún modo, en el paraíso, porque sólo en la infancia el hombre vive con la desaprensión de quien no conoce el mal. De ahí que el primer período de escolaridad de los niños sea el "jardín infantil". En ese contexto, la figura femenina (la madre), cuya presencia se supone pero no se ve, es la psique, pues siempre para un hombre su propia psique se simboliza en los sueños por la figura femenina (Ánima, según Jung). El hecho de que esté casada con un desconocido significa un viraje diferente al camino que siguió realmente la vida del soñante, y no deja de ser revelador que este desconocido sea quien estima que la noticia que leyó en voz alta haya sido para él muy interesante. En los hechos el sueño parece simbolizar un cuadro de los últimos veintiséis años del suscrito, tiempo en el que adquirió una propiedad en el campo con árboles frutales, paltos y chacra, modo de vivir que si bien no prescinde del dinero, es beneficiado por una buena provisión de productos de la tierra. El hecho de que la noticia aparezca en el diario y que el periódico leído –que parecía ser El Mercurio de Santiago- estimara que es digna de ser dada a la publicidad, puede simbolizar la permanente cruzada que el suscrito mantiene en ese periódico y en otras publicaciones (Dedal de Oro) sobre la necesidad de volver a vincularse con la tierra y vivir conforme a los ritmos naturales. Y con esto se cierra el ciclo, como una serpiente que se muerde la cola, pues esa empatía personal con el orden natural y sus ritmos es la razón de fondo de mi acercamiento a la espiritualidad indígena.

Y... gracias Jennifer por tu ayuda. Supongo que no te molesta que diga que eres una belleza indígena, porque de lo contrario resultaría decepcionante.