ÁGUILA JUVENIL COMIENDO (FOTO: EDUARDO NAVARRO)



ÁGUILA JUVENIL (FOTO: NUALIK BURUCKER)



HEMBRA (IZQUIERDA) Y MACHO (DERECHA) EN VUELO
(FOTO: PABLO MORENO)



PICHONES DE ÁGUILA DE UNOS POCOS DÍAS DE VIDA
(FOTO: PABLO MORENO)



HEMBRA ECHADA EN NIDO (FOTO: PABLO MORENO)

El águila chilena o águila mora (Geranoaetus melanoleucus) es una de las aves rapaces cazadoras de mayor tamaño que habita nuestro territorio. Se distribuye desde la región de Arica y Parinacota hasta Tierra del fuego. Se encuentra desde el nivel del mar hasta la Cordillera de los Andes. En Chile esta ave no se encuentra amenazada y es considerada como beneficiosa para la actividad agropecuaria. Aproximadamente en el mes de julio comienza su periodo reproductivo, en donde el macho, con piruetas aéreas, atrae y conquista a la hembra, con la cual establece un vínculo que entrega cada año a la naturaleza entre 1 y 3 pichones, los cuales en sus primeros días de vida se caracterizan por poseer un plumón blanco que es muy llamativo. Estos pichones ya en los meses de enero o febrero se encuentran volando en el territorio que los vio nacer.

Desde los primeros días de vida los pichones son cuidados y alimentados por la hembra con una delicadeza que es admirable. La relación de tamaños entre hembra y macho de águilas, llamada dimorfismo inverso, es muy llamativa ya que ella es más grande que el macho. Estas diferencias hacen que ella se encargue de las labores de cuidado del nido y pichones. El macho, al ser más pequeño, es mucho más ágil y veloz que la hembra y estas características hacen que se encargue de llevar al nido el alimento necesario para sacar adelante a los pichones. Dichas presas, que pueden tener distintos tamaños y características, consisten en animales como: conejos, liebres, culebras, pájaros, roedores de gran talla como las ratas introducidas, las cuales, además de constituir plagas, invadiendo campos agrícolas y viviendas, impactan la salud de las personas, como es el caso de la enfermedad llamada Hanta-Virus, la cual es transmitida por roedores.

Así, nuestro "rayo alado" pasa a ser un aliado del hombre, ayudándolo a mejorar su calidad de vida y salud. Esta relación establecida desde el comienzo de la humanidad fue entendida por nuestras culturas ancestrales, en donde el águila como animal de poder estaba presente en ceremoniales de gran importancia para el desarrollo de dichas comunidades. Lamentablemente, ese respeto y relación a veces son olvidados por el hombre, y nuestro rayo alado es víctima de disparos, robo de huevos y pichones, envenenamiento y electrocución en torres y postes eléctricos, entre otros elementos de origen humano que afectan su vida.

Afortunadamente existen grupos de personas que se dedican y velan por el cuidado de estas aves, en estado salvaje y en rehabilitación, en centros autorizados; es así como actualmente, con una alumna de la carrera de Medicina Veterinaria de la Universidad de Chile, nos encontramos estudiando la biología reproductiva de esta rapaz en la cordillera del Cajón del Maipo, en el sector de Lagunillas. Dicho estudio constituye para esta alumna su trabajo de tesis, que le permitirá obtener el título de Médico Veterinario. Así, tendremos para nuestro país un nuevo profesional de la salud, sensibilizado y comprometido con la conservación de la fauna silvestre, en donde nuestro querido Cajón del Maipo la acogió durante un año y constituyó para ella su "campo escuela", donde pudo cautivarse y maravillarse con tan majestuosa ave rapaz.

Quizás el día de mañana, en una simple caminata por la Cordillera de los Andes, usted se encuentre con una sombra que pase por su cabeza y se proyecte en el suelo, y no sepa de qué se trata… Le aconsejo echar a volar su imaginación, ya que con seguridad podría ser nuestro "rayo alado" el que lo visitó desde las alturas.

Karma Pema Dorye,
Vecino de El Manzano.