Revista Dedal de Oro N° 61
Versión electrónica de la Revista Dedal de Oro. Nº 61 - Año X, Invierno 2012
ANIMITA
EL VIENTO QUE MUEVE LOS REMOLINOS
FRANCISCA MARÍN MONJE
Estudiante de Periodismo de la Universidad del Desarrollo. (19 años),

Ubicado a 15 kilómetros de San José de Maipo, se encuentra el túnel Tinoco, que cuenta con un largo de 600 metros aproximadamente y que fue ocupado por el ferrocarril desde 1914 hasta 1980, año en que la estación más lejana comenzó a ser la Plaza de San José.

Una entrada luminosa de paredes abiertas que muestran los cerros, lugar donde se escucha el recorrido del río Maipo. Veinte pasos más adelante está la nada misma: la oscuridad, la soledad, el abandono. Distintos rayados se distinguen en el túnel; marcas de aquellos curiosos y valientes que se atreven a cruzar, ya sea a pie, en bicicleta o en auto. Pero… ¿es simplemente lo más atractivo de este sector?

Al final del túnel Tinoco vive un amigo de muchos; su nombre es Guillermo Antonio Rojas Reyes, más conocido como "el Willy"; un chico que se quitó la vida dentro del túnel y que hoy tiene una animita que es parte importante de ese sector. Guillermo nació el 25 de junio de 1980 y murió el 20 de julio de 1998. Fue definido por su colegio como un "Gran deportista, joven muy entusiasta, gran compañero y estudiante, siempre intentó ayudar al otro, disponible, un cercano con el que tenía problemas, con muchos valores, un gran hijo, hermano, sobrino y nieto, un gran líder en el Centro de Alumnos", descripción que fue plasmada en papel y que reside en el centro de esta animita que lo recuerda.

Willy vivía en Santiago, específicamente en la comuna de Peñalolén. Recién había egresado del colegio y llevaba 5 meses estudiando Ingeniería en Biotecnología en la Universidad de Chile. En ese punto de su carrera fue cuando tomó la decisión de ir al túnel Tinoco a quitarse la vida. Mucho se habla acerca de las razones que tuvo, así como también si fue mera casualidad o no, pero Willy pasaba por una fuerte depresión: factor principal de esta tragedia.

Decenas de personas llegan cada día a visitar a Willy; le piden cosas y le agradecen otras, le dejan objetos como gorros, zapatitos, monedas, cigarros y lo más importante: remolinos azules. Esto último porque "Para nosotros Willy habla a través de los remolinos, por favor no lo callen. Sus padres", inscripción que se encuentra en una piedra con mosaicos de colores alrededor.

Me acerco a una turista y le pregunto por qué viene. Ella me contesta con un español muy forzado que "Nosotros somos de Brasil. Estamos quedándonos en Santiago, pero como somos montañistas nos dijeron que viniéramos al Cajón del Maipo. Cuando llegamos a la cabaña de acá, nos dijeron que fuéramos donde el Willy, que era milagroso y que nos podía ayudar y decidimos pedirle un favor muy grande. Así es que dejamos las cosas en la cabaña y vinimos a ver al Willy, además de aprovechar de cruzar el túnel oscuro".

Minutos más tarde se acerca otra persona al lugar. Es de estatura baja y pelo negro con un poco de canas. Cuando llega a la animita deja una moneda en una pequeña caseta destinada a eso, a dejar objetos pequeños. El hombre se persigna y comienza un diálogo, que es para sus adentros, con Willy. Cuando termina lo saludo y entablamos una conversación. Minutos más tarde me enteraría de que se trata de Jorge Acuña, que viene desde La Florida a visitar a su amigo Willy.

"¿Usted viene muy seguido por acá?" -le pregunto. "Me gustaría po, mijita. Trato de venir lo que más puedo, pero eso siempre es mínimo una vez al mes". "¿Y por qué razón?, si no es muy impertinente la pregunta, claro". "Nooo, para nada. A mí me gusta hablar de esto porque siento que el Willito es alguien al que le debo mucho. El Willy curó a mi hijita que tenía cáncer y yo por eso vengo siempre a agradecerle. Yo siempre trato de decirle a la gente que venga a verlo porque él necesita compañía y porque la gente necesita de él, necesita favores y él es cumplidor".

Cuando Jorge se va, Willy se queda: Willy siempre está ahí. Están sus remolinos, sus zapatos, sus poleras, sus banderas chilenas, sus iniciales (WAR) en el túnel y en las piedras. Sus cruces y sus flores. Está su alegría, su dolor y su entusiasmo.

Willy siempre quiso estar donde está: a los pies de la cordillera, rodeado de la naturaleza y haciendo compañía a aquellos que lo necesitan. Ahora su alma descansa reconfortada pensando que aún vendrán más, que aún habrá gente que lo quiera, lo cuide y lo ayude, gente que sea el viento que mueve sus remolinos.

GUILLERMO ANTONIO ROJAS REYES,
MÁS CONOCIDO COMO "EL WILLY"


UBICADO A 15 KILÓMETROS DE SAN JOSÉ DE MAIPO,
SE ENCUENTRA EL TÚNEL TINOCO.


"PARA NOSOTROS WILLY HABLA A TRAVÉS DE LOS
REMOLINOS, POR FAVOR NO LO CALLEN. SUS PADRES",
INSCRIPCIÓN QUE SE ENCUENTRA EN UNA PIEDRA
CON MOSAICOS DE COLORES ALREDEDOR.


DECENAS DE PERSONAS LLEGAN CADA DÍA A VISITAR A
WILLY; LE PIDEN COSAS Y LE AGRADECEN OTRAS, LE DEJAN
OBJETOS COMO GORROS, ZAPATITOS, MONEDAS,
CIGARROS Y LO MÁS IMPORTANTE: REMOLINOS AZULES.
Volver al artículo anterior. Ver Artículo Siguiente
Volver a Inicio
Ponga su aviso aquí, será visto por más de 13.000 personas. Ponga su aviso aquí, será visto por más de 13.000 personas. Ponga su aviso aquí, será visto por más de 13.000 personas. Ponga su aviso aquí, será visto por más de 13.000 personas.