Versión electrónica de la Revista Dedal de Oro. Nº 55 - Año IX, Verano 2011
INCÓGNITA EN EL DÍA DE SAN VALENTÍN
EL MISTERIO DE HANGING ROCK
AÑO 1900, DÍA DE SAN VALENTÍN. POR LA MAÑANA, DIECINUEVE ALUMNAS Y DOS PROFESORAS DEL COLEGIO APPLEYARD, EN AUSTRALIA, SALEN DE EXCURSIÓN AL CAMPO, DE PICNIC, EN UN COCHE ALQUILADO. ES EL PRINCIPIO DE UN EPISODIO QUE, CON LOS AÑOS, SE CONVERTIRÁ EN LEYENDA. HANGING ROCK PUEDE TRADUCIRSE COMO “ROCA COLGANTE” Y SE REFIERE A UN CERRO, UNA FORMACIÓN GEOLÓGICA VOLCÁNICA DE MILLONES DE AÑOS DE ANTIGÜEDAD QUE SE LEVANTA A UNOS CIENTO CINCUENTA METROS POR SOBRE LA LLANURA, EN WOODEND, EN LAS CERCANÍAS DE MELBOURNE. LAS ALTAS CUMBRES CONSISTEN EN ABRUPTOS Y GIGANTESCOS RISCOS DE FORMAS FÁLICAS QUE PARECEN MANTENERSE EN EQUILIBRIO. HAY ACANTILADOS Y LOS LABERÍNTICOS SENDEROS PASAN ENTRE FORMACIONES FANTASMAGÓRICAS, CON CUEVAS Y RECOVECOS...

Sol radiante. Mediodía. Muchísimo calor. Las adolescentes y mujeres están en medio del paisaje campestre, a siete kilómetros del colegio, a los pies de las formaciones monolíticas que cuelgan sobre ellas, junto al cerro rocoso, donde hay un sitio habilitado para picnic con piedras acondicionadas como mesas y un elemental baño. Las profesoras que acompañan a las muchachas son Diane de Poitiers -de francés y danza-, y Greta McCraw -de matemáticas-. Han llegado hasta ahí en el coche cuyos caballos son conducidos por Ben Hussey, que es el tercer adulto del grupo y el único hombre. Cerca hay otro grupo, de cuatro personas, al otro lado de un arroyo que fluye del cerro. Se trata del coronel Fitzhubert, su mujer, su sobrino Michael y el sirviente Albert Crundall.

Cobijándose a la sombra de la vegetación, las chicas reposan después de haber comido. También han brindado por el día de San Valentín (según muestra una escena de la película «Picnic at Hanging Rock» -“El misterio de las rocas colgantes”-, 1975, que trata sobre este caso). Los adultos acaban de notar algo extraño: los relojes de Greta y Ben se han detenido. En esos instantes, las muchachas Irma, Marion y Miranda, las tres de diecisiete años, sienten ganas de aventurarse cerro arriba, por la senda rocosa, a conocer el camino hacia la cumbre. Piden permiso a las profesoras, las cuales lo permiten advirtiéndoles que sean cuidadosas, que eviten subir a los riscos, acercarse a las cuevas y precipicios o a las arañas, serpientes y otros animales. A última hora se les suma Edith, de catorce años. Las cuatro chicas parten de exploración y se alejan poco a poco cruzando el arroyo aproximadamente las tres y media de la tarde. Las muchachas -primero Irma, luego Marion, después Miranda y atrás Edithpasaron por el lado de Michael Fitzhubert y Albert Crundall, sentados junto al riachuelo, y Albert las piropeó. Michael se puso de pie para seguirlas pero se devolvió enseguida, después que las chicas se perdieron tras unos árboles.

Una hora más tarde, cerca de las cuatro y media, Ben, el conductor, se propuso llamar a todas las mujeres para preparar el regreso al colegio. Se percató, entonces, de que además de las cuatro chicas faltaba la profesora Greta y supuso, al igual que la profesora Diane y las quince niñas restantes, que había seguido a las chicas exploradoras. Entretanto, las cuatro personas del otro grupo habían abandonado el lugar.

Los desconcertados Ben, Diane y las quince muchachas, buscaron a las mujeres ausentes. Recorrieron las cercanías, gritando, llamándolas, pero todo inútilmente. Encontraron, al principio, el rastro de maleza botada por donde habían pasado las niñas, pero después, cuando el terreno se ponía rocoso, hacia arriba, perdieron todo vestigio de sus pisadas. Transcurrida una hora de búsqueda, cuando ya estaban alarmados y sin esperanzas, de pronto apareció Edith, aturdida, desorientada, profiriendo gritos en estado de histeria. Fue incapaz de contar lo que había pasado. No había señal alguna de las tres chicas y la profesora faltantes.

Cuando cayó la noche, Ben y Diane reunieron a las alumnas para emprender el regreso al colegio. En el camino hicieron una pausa en la comisaría de Woodend y denunciaron el hecho a un policía apellidado Bumpher, que estaba de turno. Con los primeros rayos de luz del domingo 15 de febrero comenzó la búsqueda, bajo el supuesto de que las chicas y su profesora se habían extraviado en la espesa vegetación del bosque. Entre los participantes en la búsqueda estaban los voluntarios Michael Fitzhubert y Albert Crundall, quienes se internaron hacia arriba por el rocoso cerro, misión dificultosa si se considera la cantidad de trampas naturales de Hanging
 
HANGING ROCK


FOTOS: ESCENAS DE LA PELÍCULA
«EL MISTERIO DE LAS ROCAS COLGANTES»




Rock, como cavernas y abismos que -así dice la tradición popular- no tenían fin. Pasó el día y no se hallaron rastros.

La muchacha Edith fue examinada por el doctor McKenzie. La chica aparecía conmocionada y presentaba heridas, moretones y rasguños a causa de su paso por entre los matorrales. No tenía lesiones de consideración, pero padecía de amnesia en cuanto a lo sucedido en el cerro. Cuando días más tarde fue interrogada por el policía Bumpher, confesó, no obstante, que en el regreso se había cruzado con la profesora Greta, quien iba camino arriba, y que la había llamado, pero que ella parecía poseída y aparentemente no la había escuchado. Agregó algo que le parecía vergonzoso: la mujer no llevaba puesta la falda, iba sólo en calzones. También dijo que en esos momentos había llamado su atención una inusual nube rojiza que cubría el lugar.

Mientras tanto, continuaba la búsqueda. La policía interrogaba y sospechaba de todo el mundo, especialmente de Michael Fitzhubert, quien confesó haberlas seguido al principio. Pero no había nada más en su contra y, gozando su apellido de cierto prestigio, la policía no continuó investigándolo. Paralelamente -ya el día jueves- se recurrió a un perro sabueso que, después de haber olfateado las vestimentas de Greta, se largó cuesta arriba. Llegó hasta cierto punto, como a medio camino de la cima, lugar en el que se detuvo erizado y gruñente durante varios minutos. Pero nada más pasó y, dado el tiempo transcurrido, ya sin esperanzas, se abandonó la búsqueda.

Sin embargo, el día viernes, Michael y Albert continuaron buscando por su cuenta. Llegó el anochecer sin resultados positivos, y entonces Michael, intrigado y frustrado, se preparó para pasar la noche en el cerro, mientras Albert volvía al poblado. Regresó temprano a la mañana del sábado y encontró a Michael desvanecido, con insolación y un pie torcido. Ya en casa, Michael fue examinado por el doctor, y Albert, registrando los bolsillos de su vestimenta, encontró un papel escrito a la rápida, con un texto incoherente pero que dejaba entrever que había encontrado algo.

El domingo por la mañana se reinició la búsqueda y, en forma inesperada y sorpresiva, se pudo ubicar, sin conocimiento, a la niña Irma. Tenía moretones en el cuerpo, algunos cortes en la cabeza, las uñas de sus manos quebradas, pero, para el tiempo transcurrido y las condiciones en que supuestamente había tenido que sobrevivir, su estado era aceptable. No llevaba zapatos, no obstante sus pies estaban limpios y sin magulladuras. Tampoco llevaba corsé -que en esos tiempos era habitual-, pero se determinó, una vez revisada, que no había sido abusada sexualmente. Cuando recobró el conocimiento, no recordaba absolutamente nada de lo vivido, estado que perduró, de modo que nunca pudo aportar dato alguno.

Las niñas Miranda y Marion y la maestra Greta jamás aparecieron. El colegio fue clausurado y, tiempo después, su directora se dirigió sola a Hanging Rock y ascendió por el camino rocoso. Más tarde, su cuerpo fue encontrado al fondo de un acantilado.

Hasta el día de hoy se especula con lo sucedido en Hanging Rock. Hay quienes dicen que las mujeres se extraviaron y murieron a la intemperie, de modo que sus restos permanecen hasta hoy ocultos en la vegetación o en alguna caverna en que se hayan refugiado. Como suele ocurrir en los bosques de Australia, quizás los cuerpos fueron devorados por animales e insectos. Las chicas aparecidas no recuerdan nada debido a algún golpe -en el caso de Ediht- y al trauma y el miedo en el caso de Irma. La falta de vestimentas se debería a que se las quitaron buscando mayor libertad de movimiento en las difíciles condiciones en que se encontraban.

Otros creen que las muchachas fueron asesinadas. Alguien teorizó que Michael y Albert mataron a Greta y raptaron a las niñas, manteniéndolas escondidas en sus tierras y abusando sexualmente de ellas. Irma se habría escapado y salvado sólo por su buena estrella, aunque esta teoría se debilita por el hecho de que la chica no había sido sexualmente violentada.

No faltan los que piensan que fueron raptadas por alguna nave espacial, lo que explicaría que los relojes de Greta y Ben dejaran de funcionar y daría algún sentido a la nube rojiza vista por Edith. También se habla de otros fenómenos inusuales, como un viaje en el tiempo o el paso a un universo paralelo, en otra dimensión. Las chicas podrían haber sido absorbidas por el mismo cerro rocoso, formación milenaria, misteriosa y con propiedades paranormales.

Algunos datos sobre esta historia dicen:

En efecto, los lugares mencionados existen, pero el día de San Valentín de 1900 cayó en miércoles, no en sábado. Existe un colegio para señoritas, llamado Clyde College, pero fue inaugurado en 1910 en un suburbio de Melbourne, y no pasó a Woodend hasta 1919. Además, ningún diario de la zona informó por esos años de alguna desaparición. Una novela escrita sobre este caso asegura que Irma dio varias entrevistas a la Society for Psychical Research, pero ninguna ha podido ser ubicada.

 

Como sea, el caso es que la historia ya forma parte de las miles y miles de leyendas que enriquecen la conciencia general del ser humano, con lógica gravitación en Australia. De boca en boca y, en este caso, con novela y película incluidas, los relatos surgidos desde el seno de los pueblos se establecen en el inconciente colectivo como parte de las creencias de la gente. Una cosa es lo que dicen los informes oficiales, otra diferente lo que piensan las cabezas individuales. ¿Quién tendrá la verdad, el que avanza con los pies en la tierra objetiva o el que avanza en los aires subjetivos? Una cosa es segura: el ser humano no sabe de dónde viene ni adónde va, y, partiendo de esa base, todo sin excepción, lo que parece verdad y lo que parece mentira, se hace ciertamente… relativo.

(Fuentes: http://www.mundoparanormal.com/docs/enigmas/hanging_rock.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Picnic_en_Hanging_Rock
http://www.trevorsbirding.com )

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