Versión electrónica de la Revista Dedal de Oro. Nº 54 - Año IX, Primavera 2010
PALABREANDO
CUENTOS CUÁNTICOS
VANIA RÍOS MOLINA

SANTIAGO SOBRE RUEDAS

Y antes de despedirnos, amables televidentes, les informamos que mañana martes no podrán circular por el centro de Santiago, los peatones cuyos apellidos comiencen con las letras H, I y J.

NUMISMÁTICA EN COLORES

-¡Qué no daría por tener entre mis manos la cobriza sabiduría de Andrés Bello! –pregona el Loco Jacinto mientras agita su tarrito. -¿Quién me regala la azulada valentía de Arturo Prat o la ternura carmesí de Gabriela Mistral? – prosigue impetuoso. De pronto, una pesada gota metálica hace tintinear las paredes y el fondo del tarro. -Una vez más, sólo consigo la gris esperanza y la caridad del Cardenal Silva Henríquez. ¡Dios la bendiga, patroncita! -agradece Jacinto, al tiempo que besa y aprieta con resignación una solitaria moneda de quinientos pesos.

EL CHURCHILL DE LAS EMPANADAS

Más de cuarenta grados en la cocina. Pareciera que las ollas quieren arrancar de aquel infierno. En un rincón, Joaquín reflexiona leyendo su cuaderno de historia mientras su madre no para de picar cebolla para las empanadas. Son muchos los invitados del patrón, piensa la mujer. De sus ojos apenas abiertos, emanan jugosos hilos de sal que bajan por sus mejillas. Un descuido... el filoso cuchillo penetra profundo la carne de sus dedos. Hemorragia inminente. Joaquín observa la escena y finalmente cree comprender su tarea: muy lejos, años atrás, Churchill también ofrecía a su pueblo "sangre, sudor y lágrimas".

ESTRICTO APEGO A LA LEY

Siempre le criticaron tomarse demasiado a pecho las cosas, pero esto fue demasiado: a sus zapatos, religiosamente cada noche les fabricaba plantillas de cartón para tapar los infames agujeros que amenazaban con comerle los pies. Se diría que casi no caminaba para hacerlos durar. De su traje, ni hablar: camisa y piel eran ya casi una misma cosa. Champú, jabón y pasta dental, sólo en caso de emergencia. Desde que el tribunal dictaminó la orden de no innovar en su caso, la vida del abogado se estancó durante algunos meses.

CONTRADICCIONES DEL DIARIO VIVIR

Como cada mañana, Lupe estaciona su triciclo repleto de cartones y papeles junto a su mediagua. Entre la carga, el desteñido titular de un diario publica los millonarios sueldos de las estrellas del fútbol: Messi, 76 millones de dólares; Beckham, 70 millones... pero Lupe no entiende de esas cosas; se limita a tomarlo, mirar las fotos de los deportistas y a arrancar algunas hojas para encender el brasero; otras, las va doblando y metiendo en las agujereadas zapatillas del pequeño campeón que la espera en casa y que hoy tiene su primer entrenamiento en la cancha del barrio.

PERSEVERANCIA LITERARIA

Durante diez años había escrito cuentos incansablemente, mandándolos a cuanto concurso literario apareciera ante sus ojos. Jamás ganó un premio, ni siquiera una mención honrosa. Un día se le ocurrió recopilar todas sus creaciones, buscó un editor y arriesgándose, publicó. Hoy es número uno en las listas de ventas de todas las librerías. El jurado, que tantas veces desechó su talento, no se explica el milagro.

 







1 DE MAYO: LA BUENA MALA SUERTE DE SAMUEL

Al pela'o Samuel le gustaba jugar al Loto. Apostaba siempre a los mismos cinco números, dejando el sexto a alguna tincada de última hora. Elegía el 2 por su cumpleaños, el 5 por el de su regalón, el 13 recordaba su aniversario matrimonial y el 18 su divorcio. El 21 -según él- le traía buena suerte. El jueves apostó al 1 como sexta opción, le tincó que ese número cambiaría su vida. Y ganó. Dicen que su corazón no resistió la impresión. Aquel viernes 1° de mayo, nadie celebró. Su familia debió esperar al lunes para cobrar el premio.

ZAPATOS NUEVOS

La torrencial lluvia inundaba Santiago. Miguel, empapado, miraba sus finos zapatos, ésos que con tanto sacrificio había comprado. Y ahí estaba, a punto de lanzarse, sin esperanzas, cesante y sin un solo peso. No veía otra salida... debía saltar. Echó un último vistazo a sus pies y disfrutó del agónico calor que aún quedaba en ellos. Respiró profundo y sin pensarlo más, se arrojó. Sólo una pierna salvó ilesa, la otra se hundió hasta la rodilla en las correntosas aguas del paradero 31 que cada invierno anegaban la avenida y arruinaban los zapatos del esforzado Miguel.

Volver a Inicio