Versión electrónica de la Revista Dedal de Oro. Nº 54 - Año IX, Primavera 2010
INDÍGENA
INES DE SUAREZ, LA BRUJA

En el número anterior de Dedal de Oro mencionamos a los caciques del valle del Mapocho y del Maipo. El artículo terminaba con una referencia al rol que desempeñó doña Inés de Suárez en las primeras actuaciones de don Pedro de Valdivia después de su llegada a la zona que hoy es la región metropolitana. (Ver>>)

Recordemos a ese respecto que entre los quince jefes zonales indígenas había cinco príncipes incaicos -parientes de los incas Atahualpa y Huáscar- y diez loncos, entre los cuales siete eran mapuches y tres atacameños, traídos por los peruanos al lugar. Dijimos al final que en el sitio de Santiago por los mapuches bajo el mando del cacique de Aconcagua, Michimalonco, los sitiadores eran tan numerosos y aguerridos que la batalla estaba perdida para los españoles, y que en el momento más crítico del sitio de la ciudad, doña Inés de Suárez se permitió degollar por su propia mano a cinco jefes indígenas cautivos en una prisión, entre los cuales estaba el sumo sacerdote de los peruanos, llamado Quilicante, quien oficiaba sus ritos al dios Wiracocha en templos de Colina, Lampa y Til Til. La consecuencia de este acto de extrema audacia fue que los bravos mapuches huyeron… Lo que parece inexplicable tratándose de hombres de un coraje que se ha hecho célebre en el mundo. Por lo cual parece que en el acontecimiento se mezcla otro elemento nunca mencionado por los historiadores, esto es, la magia negra… (con sacrificio humano). En ese sentido, la presencia de esta mujer, manceba del jefe español, se debía no tanto a su relación de pareja con él, como a sus grandes aptitudes psíquicas paranormales, las cuales demostraron su eficacia no sólo en el sitio e incendio de la capital recién fundada, sino también, y en forma más espectacular, en la batalla anterior en que fueron hechos cautivos los cinco jefes indígenas antes mencionados.

En esa ocasión, la batalla tuvo lugar a los pies del cerro Huelén, y al igual que en el sitio de la ciudad, los mapuches superaban en fuerzas a los españoles y su derrota era inminente. Fue entonces que doña Inés subió el cerro hasta la cima y desde ahí hizo una invocación de gran poder que dio por resultado la aparición en los aires de un guerrero con armadura, escudo y lanza, quien, montado en un brioso corcel, arremetió contra las huestes aborígenes. Parece que los españoles no vieron al principio esta imponente figura ingrávida que avanzaba desde su retaguardia, porque no se explicaban por qué los indios, que ya cantaban victoria, comenzaron a huir del campo, aterrados. Sólo cuando el supuesto arcángel o apóstol Santiago, como después se dijo, pasó sobre sus cabezas persiguiendo a los mapuches, se percataron del
 
EN «INÉS DEL ALMA MÍA», ISABEL ALLENDE -PREMIO NACIONAL DE LITERATURA 2010- NARRA LA VIDA (NOVELADA) DE DOÑA INÉS DE SUÁREZ.


... FUE ENTONCES QUE DOÑA INÉS SUBIÓ EL CERRO HASTA LA CIMA Y DESDE AHÍ HIZO UNA INVOCACIÓN DE GRAN PODER QUE DIO POR RESULTADO LA APARICIÓN EN LOS AIRES DE UN GUERRERO CON ARMADURA, ESCUDO Y LANZA, QUIEN, MONTADO EN UN BRIOSO CORCEL, ARREMETIÓ CONTRA LAS HUESTES ABORÍGENES. PARECE QUE LOS ESPAÑOLES NO VIERON AL PRINCIPIO ESTA IMPONENTE FIGURA INGRÁVIDA QUE AVANZABA DESDE SU RETAGUARDIA, PORQUE NO SE EXPLICABAN POR QUÉ LOS INDIOS, QUE YA CANTABAN VICTORIA, COMENZARON A HUIR DEL CAMPO, ATERRADOS. SÓLO CUANDO EL SUPUESTO ARCÁNGEL O APÓSTOL SANTIAGO, COMO DESPUÉS SE DIJO, PASÓ SOBRE SUS CABEZAS PERSIGUIENDO A LOS MAPUCHES, SE PERCATARON DEL «MILAGRO»… Y TAL SERÍA LA RAZÓN DE POR QUÉ LA CAPITAL DE CHILE SE LLAMA SANTIAGO.
"milagro"… Y tal sería la razón de por qué la capital de Chile se llama Santiago.

Desde la perspectiva religiosa tradicional católica de los españoles, proclive a la piedad mariana y al culto a los santos (en desmedro de una pureza doctrinal que sitúa a Jesucristo como centro y convergencia de la vida de los hombres), un milagro de cualquier santo es siempre explicable y hasta normal. Pero no olvidemos que Santiago era un apóstol y discípulo directo de Jesús, y teológicamente es una aberración que se aproxima a la herejía pretender que puede volver del otro mundo y ponerse de parte del ejército invasor en esta batalla, tanto más cuanto que Valdivia, como primera providencia al llegar al valle del Mapocho, hizo degollar por sí y ante sí al noble Loncomilla, el más importante cacique mapuche de la región, y eso como primera demostración de su calidad de hombre civilizado y cristiano… Si a esto agregamos el martirio de Caupolicán, ocurrido posteriormente, el asesinato del inca del Cuzco y la esclavización de todos los prisioneros, hombres y mujeres, para sacar oro de la región de Marga Marga, para enriquecimiento personal de los conquistadores, cabe preguntarse si un apóstol de Jesucristo, por el solo hecho de que los españoles se declararan católicos, podría descender del cielo para favorecer a un ejército integrado por esa clase de hombres, y la respuesta sería obvia…

Entonces, no cabe otra interpretación que la de la magia… Con lo cual quedaría una duda acerca de los fundamentos de nuestra ciudad capital identificada con el nombre que se le puso mediante una operación por la cual una fuerza maligna asumió la forma visible de un ángel de luz… Siempre nos quedaremos con la duda… Y queremos creer que, finalmente, Dios tuvo piedad de los habitantes de esta ciudad capital y los liberó de la mala onda que dejó en ella la bruja Inés de Suárez.

Contrariamente, los quechuas, que ocuparon las zonas de Colina, Peldehue, Lampa, Rungue, Quilapilún, Huechún y otras semejantes, dejaron impregnada la tierra con su mística llena de dulzura, de manera que quien se sienta hoy sobre ella o en una colina a hacer meditación, podrá experimentar la bienaventuranza de quienes vivieron una profunda espiritualidad, lo cual hasta hoy no ha podido disipar ni borrar el influjo maligno de la bruja que dio nombre a nuestra capital y deshonró a nuestros pueblos originarios.

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