Versión electrónica de la Revista Dedal de Oro. Nº 51 - Año VIII, Verano 2010
PREAMBULO
Al “curao” no hay que fiarle
y al porfiado no hay que porfiarle
El primer número de Dedal de Oro fue lanzado en noviembre de 2002. La revista tenía 16 páginas, y así fue hasta el número 29. Entre el número 30 y el 50 aumentamos hasta las 36 páginas, y desde este número 51 subimos a 40. En el transcurrir de estos siete años, Dedal de Oro ha ido engrosándose y —es un decir— ha ido engrosándose también su calidad. Hoy por hoy el contenido de la revista está compuesto por escritos de variados temas elaborados por personas que tienen una sola cosa en común: interés en escribir, en re-crear asuntos generales o locales, sobre todo de nuestra zona. De este modo, los textos que más espacio han ido ganando en sus páginas están, en lo general, referidos a temas universales que tocan la palabra “cultura” y, en lo particular, a aspectos originarios del Cajón del Maipo que de una u otra manera se relacionan con su patrimonio e identidad. Estas dos corrientes —cultura universal
 
y cultura local— logran que los contenidos de la revista permanezcan en el tiempo, ya que, en su mayor parte, tratan materias que no caducan. Los hechos que hacen noticia circunstancial —ya sean de política, de religión, de sociedad, de arte, de la llamada farándula o incluso del comadreo, etc.— no constituyen valores establecidos, sino más bien son instancias que eventualmente pueden llegar un día a formar parte de la cultura permanente. Estas instancias pasajeras -las noticias circunstanciales- no suelen formar parte del contenido de la revista. Por tratar este tipo de escritos, Dedal de Oro se clasifica como revista coleccionable, tal cual se ponía en la tapa en sus primeros ejemplares. A pesar de que en un principio era de distribución gratuita, la intención, desde entonces, era hacer presencia en el ámbito cultural. En ese tiempo pensamos que era posible mezclar dos cosas: auténtica cultura y gratuidad, pero en eso fuimos ingenuos. Si tú haces un producto que no está al servicio del dinero, la gratuidad se hace imposible porque ese dinero no llega. Para financiarse hay que ser circunstancial, hay que estar con las corrientes avasalladoras de una sociedad que gira en torno al consumo, a lo inmediato, a lo fácilmente rentable, a lo culturalmente insustancial. Como dicen que al “curao” no hay que fiarle y al porfiado no hay que porfiarle, le pusimos precio a la revista y hoy se vende. Si no fuera así, estaríamos muertos. Nos interesa sobre todo que nuestros lectores lean con cierta profundidad cosas que tienen cierta sustancia. Para que las cosas sean así no es necesario usar una forma difícil, sesuda, llena de términos de diccionario. Por el contrario, en la sencillez radica la médula. Hay un hecho indesmentible: los lectores que adquieren la revista aumentan en la misma proporción que la publicación pone el acento en la calidad, sacrificando la masificación. Consecuente con esto, desde este número la revista será distribuida en librerías (de todo el país), ya que su contenido es de interés de todo lector interesado en lo que tiene un valor permanente (y no sólo en el lector local o cercano). Además, desde ahora se entrega la revista con cuatro páginas más y un lavado de cara. Todos estos cambios se deben a la necesidad de crecer y son posible gracias a una alianza con un hermano mayor: Editorial Cuarto Propio. Para nosotros, como revista, poder establecer una colaboración mutua con una editorial de prestigio nacional es, naturalmente, una confirmación de que vamos por buen camino. Estamos agradecidos.

J.P.Y.B.  

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