Hace poco
me estuve quedando con gente que no conocía, amigos
de unos amigos. Lo que ellos querían saber era: "¿cuáles
son los diferencias entre ingleses y chilenos?"; y algo
aún más interesante: "¿qué
es lo bueno y lo malo de Chile?". Pensé un poco
en esta idea y elaboré una lista. Son cosas que me
parecen a mí no más. Obvio que hay muchas otras.
Debo decir primero que en la lista, lo bueno y lo malo, aunque
numéricamente son iguales, en calidad son muy diferentes.
Es decir, las cosas buenas son grandes y las malas en su mayoría
son cosas pequeñas, irritaciones más que nada.
Lo
Bueno
1.
El cariño. Creo que los ingleses, aunque no son
fríos y sienten muy fuerte el amor entre pareja y hacia
sus hijos, no lo demuestran mucho. Por ejemplo, ellos no son
tan cariñosos con los extranjeros ni con niños
que no sean de su familia. En cambio, la manera en que los
chilenos demuestran su afecto a los niños, dando a
cualquier pequeña la idea de que es bella, preciosa,
aunque quizás no sea verdad, a mí parece muy
bien. Esto es mucho mejor que la costumbre inglesa, que tal
vez tiene más tendencia a esconder su cariño
y a retar a los niños para que lleguen a ser perfectos.
2. El humor. Conozco a muy pocos ingleses que hagan
siempre bromas, mientras que en Chile esto es una cosa muy
frecuente. Cuando estuve algo más de un mes en Chile
eso me molestó un poco, y un día cuando estábamos
comiendo en un restaurante le pregunté a mi vecino
en la mesa: "¿por qué tu señora
me hace tantas bromas?" Y él me contestó:
"Porque te ama". Me di cuenta de que tenía
razón; uno no le hace bromas a una persona que no le
interesa.
3. Las soluciones. Los chilenos a veces no saben planificar
ni organizar bien, no obstante casi siempre solucionan las
crisis que surgen. Por eso tengo mucha confianza cuando me
pasa algo malo, por ejemplo en un viaje, como dejar las llaves
del auto adentro, un pinchazo o la falta de asientos en el
bus. Sé que alguien va a llegar y solucionar el problema.
Son muy hábiles y además tienen ese cariño
que les impulsa a ayudar.
4. La comida. A mí la comida chilena me parece
igual a las mejores del mundo. Me encantan la cazuela, el
pastel de choclo, los porotos granados, las humitas, la salsa
pebre y verde, el merquén, la leche asada y el turrón.
En un viaje no importa tanto dónde parar, si no es
un fast-stop, igual va a encontrarse un almuerzo rico.
5. El clima. Hablando de Chile - no de los chilenos-,
el clima es una maravilla. Hay cuatro estaciones, pero por
lo menos en el Cajón, siempre hay mucho sol, no mucho
frío y escasa lluvia en comparación con Inglaterra,
lo que hace la vida muy agradable.
6. El paisaje. Me gustan las montañas, los colores,
la flora y los pájaros de la cordillera; el desierto,
el sur, Magallanes con los glaciares. Inglaterra también
es un país con una belleza que toca el corazón
fuerte, pero de otra manera y con menos espectacularidad.
Lo
Malo
1.
Manejar. Los chilenos no saben manejar ni en la ciudad
ni en las autopistas. Manejar el auto es siempre peligroso
y depende de que todos observen las reglas. Tengo la impresión
de que ni saben las reglas. Además, las autopistas
están muy mal construidas, con salidas y entradas angostas,
cortas y peligrosas.
2. La envidia. Creo que ésta existe en cualquier
país, pero se nota más en Chile.
3. Borrachos. También existen en Inglaterra,
pero -sin conocer las estadísticas- no me parece que
allá se dañe la vida y a la familia tanto como
acá.
4. La burocracia. Demasiada.
5. Comprar / atención. Puedo contar con los
dedos de una mano las veces que me he enojado en serio durante
los nueve años que he vivido aquí. Ésas
ocasiones son cuando voy a comprar o a tratar de pagar una
deuda, situaciones en me quedo casi siempre con rabia. En
las tiendas (con la excepción de Casas e Ideas) nadie
tiene interés en vender ni atender. Puede haber cuatro
empleados: una haciendo sus uñas, otra llamando por
celular, otros dos ordenando los estantes y yo esperando atención.
También están las colas, una para pedir, otra
para pagar y una tercera para recoger. Y al final, cuando
uno logra salir de las tiendas grandes, te tratan como criminal
investigando tus compras y el boleto. Pienso que el problema
nace de las relaciones laborales malas. Los empleados no tienen
interés en vender o trabajar mejor, pues no tienen
ninguna ventaja ni les interesa si a la empresa le va bien
o mal. Implantar nuevas ideas o mejorar la atención
le cuesta más al trabajador, pero no gana más.
Poca gente se siente orgullosa de su pega.
Por otro
lado, los bancos no dan cuentas a los pobres, no les importa
tener colas hasta la calle, cobran por todo y no dan interés
en las cuentas corrientes, pero cobran si uno tiene menos
de $350.000 en la cuenta. Es difícil de creer. En una
relación correcta con los bancos, éstos deberían
darse cuenta de que uno les está prestando su dinero
para que puedan hacerse ricos mientras lo guardan para nosotros.
Ése es el acuerdo. En un país desarrollado,
la mayoría, excepto los mendigos y los niños,
tienen cuenta en el banco.
Otra cosa
negativa ocurre en los restaurantes; aunque uno vaya con niños,
se puede fácilmente esperar más de 45 minutos
por la comida.
6.
Racismo, clasismo, homofobia. Esto es lo único
que realmente me duele. No voy a profundizar en el tema pues
a mí los chilenos me lo niegan y por eso no vale la
pena. Creo que para poder ser parte del mundo desarrollado
se debe solucionar este problema. En todo caso, debo decir
que hace 60 años en Inglaterra pasaba lo mismo, y si
veo películas de la época de Jane Austen -hace
200 años- el clasismo era mucho peor. Por eso, supongo
que el tiempo va a curar el clasismo y la homofobia -que ya
está cambiando un poco-, pero el racismo no sé:
en 500 años me parece que se han tenido menos avances
que en los sesenta años después de la llegada
de los primeros inmigrantes del Caribe o de India a Inglaterra.
Esto no quiere decir que el racismo no exista en Inglaterra,
pero se ha mejorado rápido en un tiempo corto.
Debo enfatizar
que el balance se inclina mucho a favor de los chilenos, con
sus cualidades tan grandes y sus fallas pequeñas que,
en realidad, me causan más irritación que dolor.
Espero no duelan las críticas, pero hace tiempo mucha
gente me preguntaba sobre este tema.
DdO