Me costó
mucho aprender la cueca. Aprendí de una manera intelectual,
y aunque conozco los pasos, no puedo hacerlo con elegancia
o estilo. Todavía no la tengo en el alma, pero estoy
trabajando en esto. También el ritmo es difícil,
y hasta ahora tengo que depender del hombre para saber exactamente
cuándo se da la vuelta. En lugares más formales
no pude bailar mucho, pero cuando fui a fiestas locales, rodeos,
matrimonios o cualquier cosa, bailaba junto a la gente toda
la noche. Me gustó tanto ver la pista de baile llena
con adultos, niños y muchas veces también perros,
todos bailando la cueca con gusto. Me gusta también
la música y el ritmo tan reconocible y alegre. Estoy
tratando de estudiar para entender mejor. Aunque debe ser
de instinto, pero no soy suficientemente musical para entender
de esta manera. Necesito reglas. Primero uno aprende las reglas,
después se relaja y puede bailar con más intuición
y libremente.
Lo especial
es ver niños de no más de 4 años bailando
con la mamá o una hermana mayor o una tía. Es
verdad que se ven más niños que niñas.
La primera vez que vi a uno fue en una casa donde estaban
bailando los hijos de la familia, pues no iban a ir a la fiesta
por su edad. Bailaban con tanto entusiasmo y tan bien que
me hicieron llorar.
Otra vez,
tomando un tecito en el casino del rodeo de San José,
vi niños de 10/11 años practicando afuera en
la calle su cueca para la tarde. Me acordé de la historia
de cómo empezó el tango en Argentina - en la
calle. En la tarde los vi bailando de nuevo.
Fui a
un matrimonio en San José, y después de comer
bien, todos se pusieron a bailar - ¿qué baile?-
La cueca.
Se ve
también mujeres gordas, viejas, sin mucha elegancia
normalmente, bailando la cueca con mucha economía de
movimiento, pero tan bonito y elegante, que les sale del corazón
y se puede llegar hasta llorar. Viene del corazón de
la gente del Cajón de Maipo. No parece un baile impuesto
de las autoridades, pues tiene raíces verdaderas ahora.
También,
en el Día de la Mujer en San José, vi un baile
de la cueca sola, hecho por una mujer en memoria de su marido
desaparecido. Esto también es fuerte y emocionante,
y viene del corazón de la gente. No me parece "artificiosa
ni controlada, menos perversa".
Es verdad
que ahora no baila mucho la juventud del pueblo, aunque hay
algunas estrellas, pero los adolescentes son así. Nunca
quieren hacer lo mismo que sus padres o sus hermanos menores.
Pero todos saben de la cueca. La aprenden en el colegio, en
la familia, y dejan de practicarla por un tiempo, pero regresan
a ella con madurez. Eso creo yo.
Bueno,
esto es lo que me parece a mí, una extranjera que no
tiene raíces chilenas ni muchas experiencias afuera
del Cajón del Maipo. En Inglaterra no hay ni baile
nacional, ni baile folklórico auténtico. Hacen
"show" de Morris Dancing, pero nadie normalmente
sabe hacerlo. Los escoceses e irlandeses tienen más,
pero una de las cosas que más me impresionó
cuando llegué a Chile fue que la gente realmente escucha
y disfruta su música nacional y continental sudamericana.