:: MANOS QUE SANAN.
    Los absolutistas necesitan ver para creer.

EN EL Nº 38 DE DEDAL DE ORO -AGOSTO Y SEPTIEMBRE 2007- PRESENTAMOS UNA ENTREVISTA A MOISÉS GÓMEZ, SANADOR Y REHACEDOR DE ÓRGANOS DETERIORADOS DEL CUERPO IRRADIANDO ENERGÍA A TRAVÉS DE SUS MANOS AL CONCENTRAR SU MENTE. DESDE ENTONCES, LA REDACCIÓN DE DEDAL DE ORO HA RECIBIDO INNUMERABLES MAILS Y LLAMADAS PREGUNTANDO CÓMO CONTACTARLO (EL TELÉFÓNO DE CONTACTO DE MOISES ES EL7917628). PRESENTAMOS HOY OTRA ENTREVISTA, TAMBIÉN HECHA POR JUAN PABLO YÁÑEZ BARRIOS, EN QUE MOISÉS SE EXTIENDE EN SUS VALORES Y VISIÓN DE MUNDO. ESPERAMOS SEGUIR CONTANDO CON ESTA EXTRA-ORDINARIA PARTICIPACIÓN EN NÚMEROS VENIDEROS.

-Moisés, algunas personas se preguntan por qué hay gente que tiene acceso al tipo de curación "extra-ordinaria" que tú haces y otra, por falta de recursos económicos, no puede visitarte. Una señora me dijo: un sanador no puede cobrar caro porque Dios le dio su don para servir a la humanidad.

-Una vez vino a verme la hermana de un famoso pianista chileno y me trajo a su padre con parkinson. El caballero mejoró un poco, pero en la segunda consulta ella se enojó porque tenía que pagar de nuevo. Argumentó que cómo era posible que sólo gente que tenía dinero pudiese tener acceso a un don divino. No discutí el punto de si se trata de un don divino, pero le dije que ya que ella pertenecía a una familia con dinero, yo podía atender en forma gratuita siempre que ella alimentara a mi familia, me comprara mi ropa, mis libros, me pagara mis vacaciones y mi relajo. Porque según se deducía de su opinión -le dije- "está claro que esto es un don divino y que usted está llamada a hacer posible que se ejecute..." Hay gente, poca, que no entiende que yo no vivo del aire, y esa gente debería preguntarse por qué pretende que la naturaleza representada por mí le dé gratuitamente algo que probablemente no merezca ser regalado. Yo siempre he atendido a gente que no tiene plata, pero el que puede pagar que pague, porque soy alguien de carne y hueso que ejerce su trabajo para vivir. ¿Es un don muy especial el que tengo? Mira, recuerdo haber vivido en Roma y haber hecho allí la carrera militar, hasta llegar a oficial de alto rango. No me faltaba nada: ni poder ni brutalidad. Ejercí ampliamente esos recursos durante varias vidas, sin comprender que no tenía que ejercer mi poder en forma brutal. Entonces las leyes primeras me hicieron una graciosa apuesta: me hicieron mendigo. ¿Ahora podría ser tan altivo, podría mantener mi personalidad tan
Divinidad NATARAYA
brillante, caminaría tan seguro? Tuve numerosas vidas como mendigo, sin acceso al pan ni al amor de padre y madre. ¿Esto es justo? ¿El universo se mueve por leyes injustas o justas? Cada cual tiene acceso a lo que se merece.

-El asunto, entonces, no es quién puede pagar o quién no, sino la historia de cada cual. De aquí derivo otra pregunta. Voy caminando y veo, por ejemplo, a algunos policías que están pateando a un niño piojoso en la calle. Puedo pensar: "ese ser está pagando porque cometió crímenes, se lo merece", y me voy con mi conciencia tranquila. ¿Es adecuada esta actitud pasiva?

-A mí, el largo y certero brazo del karma me acompaña hasta ahora. Puedo decir que en esta vida

-ya tengo 60 años- nunca recibí una caricia de mis padres. En estos niveles la maldad no existe, simplemente me cambian de curso, porque reprobé un curso más blando. Es el sagrado camino del dolor, que no es bueno evadir. Sólo el que ha tenido dolor puede compadecerse del que no lo ha tenido. Pero en lo que planteas se abren tres líneas de pensamiento: la de los merecimientos del que es golpeado, la de las causales de los golpeadores y la del observador. Cada cual debe responder según su conciencia. Si la conciencia te dice que hay que exigir el cese del castigo, adelante, incluso si esa persona liberada después te pega una cuchillada. El problema no es supervivir, sino acercarnos hacia la sabiduría aun cuando sea a costa de nuestra propia sangre en el cuchillo del que ayer defendimos.

-Has hablado recién sobre numerosas reencarnaciones, como general, como mendigo... ¿Tienes recuerdos del paso por la muerte? -El primer recuerdo de muerte es la de un individuo de 1,35 metros, de unos 30 kilos, colorín, que se ha separado de su grupo y que es cuasi-pensante, casi un animal. Tiene fiebre, pero no sabe que eso lo puede matar. Camina por una tierra roja, gredosa, y cae. Se apaga la vida. Son los primeros recuerdos que tengo de la muerte, un tránsito que es liberador, pero también brutal. A posteriori, haciendo ausentismo de muchos recuerdos... estamos en el siglo trece, voy por los extramuros de la ciudad de Padua, en Italia, hay un bosque, es de noche, soy un mendigo, pero me tengo una alta autoestima, me siento inteligente, soy muy observador... Me doy vuelta y veo dos ojitos pequeños, y veo dos más, y dos más... Me dio la impresión de que les faltaba el postre y que me habían elegido a mí... Supe que iba a morir, y lo que más me maravilla es que mis últimos pensamientos no son de terror, sino que pienso: ¿Cómo es posible que estos seres tan bajos, tan abyectos, puedan matarme a mí, que soy tan inteligente? La soberbia del hombre que existió antes, como general, todavía no había terminado. Aún me quedaba seguir siendo mendigo por muchísimas reencarnaciones... El conocimiento se adquiere a través del dolor en un proceso muy lento.

-Entonces, la muerte es un tránsito hacia una nueva posibilidad de evolución...

-Morimos cada día, nos vamos a acostar y no tenemos conciencia de lo que nos ocurre durante el sueño. Para mí, morir es como ir a acostarme. Mañana voy a continuar con la misma labor. Yo, al analizar mis vidas pasadas, me doy cuenta que mi personalidad no ha cambiado, sigo siendo el mismo... Practico artes marciales, a mis años. Me refiero a que soy un hombre de confrontación. Creo que el alma, cuando encarna, ya trae una personalidad, que tiene tres fases. En la fase baja estamos en el infierno, y es cuando nos enojamos y arrasamos con cualquiera. En la media somos medios malos medios buenos, y en la alta la persona se ilumina y alcanza niveles de santidad. Pero eso no ocurre aún, habrá que esperar otro millón de años. Suelo moverme en estas partes mediocres, en que el ego a veces se enseñorea de mí y la parte sana trata de expresarse. Pero es tan fácil hacerla callar, basta con que alguien te diga que eres inteligente para que uno vuele, se crea globo y mire el mundo tan chiquitito, o que te digan tonto para que te pinchen el ego y... ¿qué se cree este? Entonces, ese tipo que muere allá en Padua, sigue vivo, y no ha cambiado mucho.

-¿Por qué crees tú que, en nuestra cultura, existe ese horror ante la muerte?

-Porque la sociedad occidental ha vivido mirando hacia el lujo, el lucro, todo ese desarrollo moderno de la revolución industrial que le hace las cosas más fáciles, que pone negocios, luces... Parecemos polillas detrás de todo lo que es el lujo. A los que más les duele irse de este mundo es a los ricos, y los que abrazan la muerte con algo de agrado son los más pobres. Lo material se acaba, pero uno sigue consciente, con la misma cultura que tiene.

-Moisés, cuando expones tus ideas, ¿de qué hablas? ¿De filosofía, de religión, de ciencia...?

-(Ríe). Buena pregunta. Me creo bastante ignorante. Me gustaría determinar tantas cosas que no puedo... La preocupación del hombre es vivir y gozar. Lo que guía al ser humano es el placer. El hombre rehúye el dolor y persigue el placer. Desde ese punto de vista, yo siento placer de pensar como pienso, y dejémosle a otros meter en la gaveta que quiera lo que digo.

-A través de todo lo que hemos conversado, en esta y otras oportunidades, noto, sin embargo, que tienes un enorme interés por la ciencia.

-Nuestra inteligencia está en los demás. Cuando llegamos las neuronas están en blanco, estamos dormidos. Después nos van escribiendo, en esta relatividad absoluta. Las cosas empiezan a despertar, porque potencialmente el conocimiento está en nosotros. Esta cara graciosa de la materia, que se nos aparece con su aspecto horroroso cuando tenemos tragedias y con su aspecto benigno cuando recogemos los frutos de los árboles... El amor y el horror van de la mano en este mundo. Si lo miramos de otro lado, si sólo tuviéramos ojos para ver neutrones y electrones, no podríamos ver amor, sólo veríamos estados moleculares, y el hombre como tal desaparecería por completo. Eso es ciencia, que nos ha dado un conocimiento que viene de la micro observación de la certera disección de lo observado. Pero además el hombre tiene un pensamiento filosófico general, englobador del todo. La filosofía y la ciencia chocan, pero hoy tenemos indicios de un pensamiento relativamente nuevo, cuántico -la física cuántica-, que nos viene diciendo lo que nos dijeron los primeros filósofos, por ejemplo en la India, con los puranas, los shastras, los vedas... El universo es de consenso.

-Es de consenso...

-Al parecer, este reloj no tiene más autoridad para existir que el gracioso consenso que tenemos entre todas las mentes de la humanidad. Tenemos elementos que hemos ido criando, protegiendo, mimando... Te lo podría graficar: en las meditaciones de los recuerdos más antiguos, yo veía una chispa, que era yo mismo. Y antes del tiempo, antes de los espacios, sólo en la mente, había otra chispa. El diálogo entre estas chispas fue dejando un camino... Aparecieron muchas chispas y se armó una pelota, y las chispas quedaron adentro y se siguieron sintiendo entre sí... Cada camino era como ir tejiendo un hilito, hasta que alguna chispa tuvo la inteligencia para salir y pararse en la superficie... Y empezaron a analizar qué era eso tan desconocido, tan diferente a "mí", y tuvieron consenso en que era el camino de la humanidad, el camino de la chispas, el camino de la vida... Todo se había separado, apareció "lo otro". Y lo otro no era más que yo mismo, las otras chispas. La ciencia no se da cuenta que el hombre es el todo y usa la inteligencia para diseccionar, separar. Por esta separación es que la vida nos es tan fatigosa. La inteligencia no es otra cosa que el sumergirse en estos caminos de la humanidad, pero no es la humanidad misma. La inteligencia ayuda a separar al hombre de su esencia. Cuando la inteligencia se ponga al servicio de lo más sagrado del alma -que no sabemos qué es entonces habrá recuperado la senda correcta.

-De acuerdo a lo que dices, lo "sobrenatural", lo mágico, no existe, o son hechos vistos como esotéricos debido a la ignorancia. La ciencia podría penetrar en los misterios y despojarlos del apelativo "esotérico". La ciencia, por tanto, podría entender tu forma de sanar imponiendo las manos...

-El problema es que la ciencia, como es sistemática, inductiva, experimentadora, teorizadora, termina forzosamente determinando leyes absolutas. Pero no existe ninguna ley científica que no haya sido violada, por tanto, tenemos un mundo relativo en que las leyes no son tan leyes. La soberbia del hombre, que se esconde detrás de la ciencia, es el problema. Este Premio Nóbel que descubre el ADN dijo que la raza negra era menos inteligente que la blanca, pero en un acto de nobleza regaló su genoma para que lo decodificaran. Y... resulta que tiene genes negros. Le preguntaron qué opinaba y guardó silencio. Ahí tenemos al típico científico que ha llegado a lo máximo y dice barbaridades inmensas. Uno de los mayores traumas que tuve en mi vida fue cuando me di cuenta que la ciencia es sólo un lenguaje más. Todos los lenguajes son tangenciales, ninguno es esencial. La ciencia es tan certera como puede serlo el inglés, el romané, la conversación que mantenemos en este momento... Son productos de la actividad humana.

-¿Y tú mismo, ¿cómo ves, científicamente, la capacidad de sanar con sólo imponer tus manos?

-Yo puedo sanar también sin tocar con las manos, a distancia... y eso sí que parece un acto esotérico, demasiado extraño. El ser humano tiene mucha energía en su columna vertebral y si es capaz de concentrarse en ella puede cambiar procesos patológicos en otros cuerpos. Esta energía aniquila las distancias y el tiempo. Yo puedo hacer lo que no se ha hecho nunca, que es rehacer un disco de la columna. Eso me abrió las puertas del Laboratorio de Investigaciones Neurofisiológicas y Geofísicas de la Universidad de Chile, cuando le llevé a la Doctora Santibáñez una radiografía con un disco de la columna vertebral rehecho en el cuerpo de un paciente. La ciencia saca sus conclusiones de ese hecho, pero yo pienso que la energía fundamental está en la columna vertebral a la altura del corazón. Yo la siento, fluye, y puedo llevarla al lugar dañado de otro cuerpo. Mientras más viejo, más energía. Por ejemplo, en curar una hernia de columna, cuando tenía 40 años, demoraba 25 sesiones, y hoy puedo hacerlo en menos de 12.

-¿Es igual para todo paciente?

-No, cada individuo tiene su propia historia y la energía entra de acuerdo a ella. Una vez un paciente sanó de una hernia en una sesión. Cuando llegó me dijo "mire, vengo por no defraudar a mi mujer, pero yo no creo en lo que usted hace." Le bastó un segundo para comenzar a creer. Los absolutistas necesitan ver para creer, ellos no quieren modificar lo que tienen en su memoria. Comparo la ciencia con los pavos reales, mientras más crecen se ven más hermosos. Lo que primero entra en la memoria adquiere una fidelidad absoluta. El primer impacto es a través de la medicina oficial: "Tiene que ir al médico", y cuando viene lo segundo, el ego se resiste.

-¿Por qué no hay más personas que puedan curar como tú los haces...?

-Muy buena pregunta. Después de pensar muchos años en esto tratando de encontrar explicaciones, puedo decirte que una razón es el gracioso capricho de la divinidad, y lo acepto, y otra razón es que todos los que tienen estas capacidades fueron grandes hacedores de mal. Después de un aprendizaje en el sufrimiento personal -para tener la base de tratar con respeto al otro- te dan la posibilidad de curar a los que recurren ti. Entonces empiezan a desfilar por tu consulta los mismos que... te doy un ejemplo. Hace años atendí a una señora que había perdido la visión, y la recuperó. Cuando ella me tomó las manos para besarlas, yo me aterré. Ella me creyó entonces un hombre muy modesto, pero no sabía del por qué de mi terror, y es porque en el momento me vi en un caballo, a "él" en otro, y mi espada le pasa por sus ojos. Es una visión fugaz que me dice que eso ocurrió alguna vez y que ahora se me da la oportunidad de rehacer lo que deshice. Entonces, las personas con este tipo de facultades serían individuos que ya dejaron de hacer daño y están tratando de reponerse.

-Ahora un poco de ecología, del calentamiento global... ¿Hacia dónde vamos, hacia dónde va la civilización humana? ¿Hacia dónde va el planeta?

-No he visto ninguna vida que se organice y sea eterna. Toda vida es entrópica y en algún momento termina. En la India hay una representación de la divinidad bajo el nombre de Nataraya -es una encarnación de Shiva-, y se la ve con un pie arriba y las manos graciosamente desbaratadas, como si estuviera bailando. Cuando danza, cada vez que posa un pie, hunde un continente. Los indios, en su conocimiento antiguo, tienen claro que los continentes aparecen y desaparecen. El hombre moderno, que se cree poderoso e inmortal, no acepta que todo lo que nace tenga que morir. Creo que las condiciones climáticas que en este momento tenemos son peligrosas, y creo que seguirán incentivándose, no tanto por el abuso que el hombre hace de los hidrocarburos, sino por el abuso que el hombre hace del hombre. Me da la impresión que la trama de la vida está tejida en los gusanos, pero también en las estrellas y, por tanto, las leyes verdaderas también existen fuera de este planeta. Las estrellas no son otra cosa que una trama de un tejido vivo que obedece a situaciones, a impulsos de la conciencia. Aquí, por razones que se me escapan, se ha dado una época terrorífica: hoy día el hombre sólo se dedica a producir riqueza. Si me da plata, puedo meter a mi papá, a mi hermano o a mi abuela en una moledora de carne. Hay una falta de respeto impresionante por la creación divina, por el individuo. Se pagan sueldos de $ 120.000, no dan almuerzos, algunos temporeros comen parados si es que comen. Eso va a ocasionar el cataclismo. La..., iba a decir la maldad, pero creo que no existe, por eso es mejor hablar de un cataclismo ocasionado por la ignorancia. Hay una ecología del alma que no está clara. Se quiere salvar los bosques, pero no se hace nada por salvar la dignidad humana.

 

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