Por
: Juan Pablo Yáñez Barrios.
Se
viene el invierno, vamos sacando la ropa gruesa de los
baúles. Coincidencia o no, Dedal de Oro también
se cambia de traje. Desde este número, después
de cuatro años y medio vistiéndose de
papel bond, la revista se saca la ropa y se pone otra,
esta vez de papel couché. Algunos amigos de Dedal
se oponen a este cambio argumentando que se pierde tradición.
Otros lo apoyan entusiastas argumentando que todo debe
evolucionar. Quizás lo único adecuado
de decir es que la opción de cambio llegó
sola, y que cuando las cosas se dan por un curso natural,
sin buscarlas, hay que reconocer que alguna energía
inasible está interactuando. Entonces, lo mejor
es hacerle caso. La vida suele funcionar así.
Dicen que todo cambio tiene un fin positivo que hay
que saber reconocer.
Y la
hadita del Dedal también aprovecha para cambiar.
Con la ayuda de Romina Carvajal Satt -Roca, talentosa
dibujante y colaboradora- ha salido de la flor y se ha
parado en la rama.
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Ella,
como símbolo, también evoluciona. Un día
volará, tal vez. Por ahora mirémosla ponerse de
pie, dejemos que las cosas del destino -esas que no se pueden
ver pero que ahí están- la hagan desarrollarse
siempre vigilante con lo que requiere para seguir su camino.
Deseamos a todos nuestros
lectores y a cada uno de nuestros auspiciadores (es decir,
aquellos que publicitan con nosotros) que se sientan a gusto
con esta revista de traje nuevo y esta hadita símbolo
cajonina maipina en desarrollo.
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