«DEF»
Escóndeme tu escencia femenina.
Escóndeme ese aroma de mujer.
Niégame el calor de tu abrazo.
Ocúltame el sonido de tu voz.
Escóndeme el rocío de tu amor.
Perfórame los huesos, con tu mirada arrancame la piel.
Entrégame momentos de silencio.
piérdeme en mares de otoño.
Desnúdame y déjame sin vida en mi vivir.
Quebranta mis sentidos con tu hielo abrazador.
Sepúltame entre calles sin recuerdos.
Guarda mi memoria en un baúl.
Apágame le luz y déjame en las sombras del adios.
Ahógame en un espejo sin reflejo.
Destrózame de a poco entre tus dedos
y quítame las manos de tu ser.
Niégame el beso de despedida.
Dime que me odias y que no me quieres ver.
Quémame con el agua del café.
Olvídame entre tanto estoy aquí.
Castígame con el latigo de tus manos.
Destrúyeme antes que amanezca, y así, al despertar
sabrás que ya no estoy.

Despues de todo esto, si has sentido el deseo de dejarme,
sarás feliz en mi sufrir; sufrir que llega cuando ya no estoy.
Si no es así, mírame a los ojos, pues aun estoy aquí.

Espero que les haya gustado. Además he creado un blog en el cual subo semanalmente algunos de mis textos, que no son solo poemas. El blog es http://www.pord.blogspot.com. Bueno, eso es todo. Saludos a  Don Remigio, del Bazar HELEN, y a su hermano Bernardo, el que era cartero y arregla bicicletas, que tiene un bazar en 4 norte/Volcán.

 

Hola gente linda, desde la comarca de Melocotón les escribo. Soy una santiaguina que llegó a vivir a este maravilloso lugar en el año 1999, bajé de vuelta a Santiago por un año y como ni mi marido ni mis hijos lo soportaron, estamos de vuelta, esta vez en el maravilloso pueblo de Melocotón, al lado de las montañas, del río, de los amigos del alma.
 
En esta tarde de abril y con el otoño en mi ventana necesité agradecer de alguna manera lo maravilloso que es vivir en este lugar. Me parece perfecto bajar a dejar a los niños al colegio  entre las montañas y el río. Cuando vengo de vuelta a casa, no puedo dejar de agradecer al universo por este  lugar. Los niños de alguna manera nos obligaron a echar raíces acá, y Santiago a comenzado a  esfumarse de nuestro futuro.
 
Ha sido un tiempo de decisiones. Desde hace algunos meses ya no bajo a trabajar a Santiago. Ahora lo hago desde mi casa. En un rinconcito armé mi oficina, al lado de una ventana que da a las montañas y al cielo. Aparte de la publicidad y los eventos, estoy fabricando productos naturales, realizo Rituales de Luna y mil cosas para el alma, y les puedo asegurar que cuando las cosas se hacen con el alma... resultan.

Estoy contenta. Camino por la vida llena de esperanza, y no piensen ni por un momento que ha sido fácil. Hemos pasado momemtos complicados. Vivir tan lejos de la ciudad es todo un desafío, pero cuando hacemos el balance sentimos que más hemos ganado que perdido, y nuestros niños aseguran que tener el jardín lleno de gnomos y de hadas es lo máximo de la vida. Siento en mi alma muy fuerte que el espíritu de las montañas ha sentido nuestro inmenso amor, y nos ha hecho parte de este lugar.

Un abrazo lleno de soles de lunas y estrellas, les regalo la paz de las montañas y la alegría del río Maipo.

Pamela de las Montañas