:: ENCUENTROS
     Eramos unos niños vagabundos....

El escritor Enrique Lafourcade es entrevistado por Dedal de Oro:
Juan Carlos Edwards conversa con el candidato al Premio Nacional de Literatura 2006.

¿Qué opina sobre el Premio Nacional de Literatura, que ha tenido tantos detractores, de todos los sectores?

No he logrado en tantos años, obtener una opinión clara y distinta sobre los procedimientos que se utilizan para otorgar el Premio Nacional de Literatura. Al parecer se trata, ahora, de un jurado compuesto por funcionarios del actual régimen, de notoria acentuación centro-izquierda (antes el Gobierno de turno). ¿Primará lo político sobre lo literario? Es enteramente posible que el Premio ya haya sido otorgado y sólo se espere la fecha correspondiente para informar al respecto.

¿Qué vivencias lo relacionan al Cajón del Maipo?

Sobre el Cajón del Maipo tengo unas borrosas imágenes. Recuerdos que, a veces, llegan a visitarme. Por el lado materno –Valdenegro- existían unos parientes lejanos de mi Madre que tenían una extensa parcela en “El Melocotón”. Campesinas, pequeños agricultores. Algunos animales. Las casas estaban próximas a la estación. Mis padres nos enviaban, a quien escribe y a su hermana mayor, de “veraneo” por algo así como una semana.

Llegábamos en el trencito. Aprendimos a jugar con él. Desde Puente Alto hasta este lugar mínimo, de dos docenas de casas, el viaje era hermoso, sumergiéndonos en la estrecha quebrada, con el río bramador abajo. El tren eléctrico y a carbón, no estoy seguro si ambas cosas, era una fiesta. Bajábamos a esperarlo. Nos subíamos a él. Nos llevaba hasta San Alfonso. No pagábamos boleto alguno. Éramos unos niños vagabundos. Con dos o tres amigos. No había control de regreso. Jugar al sube y baja en el tren, un recuerdo feliz. Trepar los cerros, las montañas. Atacar las higueras, los damascos, los nísperos. Vivíamos devorando frutas de muchas layas. Éramos unos veraneantes en estado salvaje, cantando, gritando. Otro mundo. Veíamos los zorros, los conejos. Andábamos en unos burritos por las colinas. Cuando nuestros padres llegaban a buscarnos apenas si nos reconocían. Y allá lejos, en San José de Maipo, estaba la casa del Premio Nacional de Literatura, Eduardo Barrios, “Gran Señor y Rajadiablos”. Señero en la literatura costumbrista de la mitad del siglo XX.

Nicanor Parra dijo: La Farándula nos lleva al Basurarte y a la Pornocultura.
¿Cuál es su opinión?

Interesantes juegos de palabras de Nicanor. El comienzo de una serie de descomposiciones del espíritu, del cuerpo. Vivimos estos animamotos como fatalidades históricas. ¿Qué solución podríamos ofrecer? ¿Volver a las colinas en calidad de niños-viejos?

Palomita Blanca es uno de los libros más vendidos de la literatura chilena y muestra una realidad de la juventud de esos días, germen de problemas actuales.
¿Cómo ve usted nuestra juventud actual y qué cree
que ellos necesitan para superar sus problemas de hoy?

Los tiempos de “Palomita Blanca”eran candorosos. La juventud de esos entonces tenía un resplandor que se desvaneció en las nuevas generaciones. Mi novela fue un suave tirón de orejas. Curiosamente se sigue leyendo. Hubo un intento de hacer una película con su trama. Se ha llevado al Teatro. Mantiene sus poderes.

Su opinión sobre la literatura chilena de nuestros días.

Hay nuevas y antiguas generaciones produciendo novelas, diarios privados, confesiones, poesías, teatro. Un yo-yo que prevalece en forma obsesiva. Ignorando el consejo de Huidobro “inventa mundos y cuida tu palabra”.

La incidencia que tiene en el hábito de la lectura el IVA sobre los libros y otros problemas como la farándula, los planes educacionales, etc...?

El 19% de impuesto, IVA a los libros, es una vergüenza. De este dinero disfrutan los sinvergüenzas. Hay deterioros escandalosos que atentan contra la seguridad del espíritu. La realidad es miserable. Sé de algunos aforismos anónimos aplicables a este Chile, hoy: “La luz jamás es sucia, salvo en la mirada del hombre”. Otro: “El silencio es un abogado que defiende su causa con los ojos”.
¿Qué hacer? “Ve a rezar, hija mía...”

 

DON ENRIQUE, HACE ALGUNOS AÑOS...

Don Enrique nació el 14 de Octubre de 1927, en Santiago. Estudió en el Liceo Lastarria y en el Instituto de Educación Secundaria, y luego filosofía en la Universidad de Chile. Escribió su primera obra, “El Libro de Kareen” en 1950, como fruto del dolor por la muerte de su hermana a los diecisiete años. Su novela “Palomita Blanca”, de 1971, ha vendido más de un millón de ejemplares, constituyéndose en el best seller absoluto de Chile. Ha publicado dos demoledoras novelas de sátira política: “La Fiesta del Rey Acab” (1959), contra el régimen de Trujillo en Santo Domingo, y “El Gran Taimado” (1984), corrosiva y valiente sátira contra el Gobierno de Pinochet. A raíz de la publicación de esta última obra, debió asilarse un tiempo en Buenos Aires. Ha obtenido dos veces el Premio Municipal de Novela. También el Gabriela Mistral y el María Luisa Bombal. Profesor en universidades norteamericanas y chilenas, periodista, director de talleres y comentarista de televisión, es una figura representativa de la llamada “Generación del 50”, de la cual fue su creador y divulgador. Con su estilo mordaz y crítico, que todos conocemos y
que incluso ha repercutido internacionalmente suscitando las iras de dictadores y presidentes entre otros, Enrique Lafourcade se ha descrito como una anarquista sentimental y un católico en estado salvaje.