Por:
Gastón Soublette Asmussen.
Quien quiera profundizar en el conocimiento del I Ching
(EL Libro de las Mutaciones) puede informarse en La Libroteca
del Dedal de Oro (teléfono 8611526).
Mientras
dictaba un curso sobre el I CHING en la Pontificia
Universidad Católica de Chile, realizaba yo,
con un grupo de amigos, excursiones periódicas
a lugares deshabitados de la región metropolitana
y provincia de Valparaíso. De esas peregrinaciones
han quedado hermosas imágenes en voluminosos
álbumes de fotografía. Examinando esas
fotografías y la misma forma de ordenarlas
en los álbumes, he descubierto, después
de transcurridos veintiséis años, que
la composición y el encuadre corresponden a
hexagramas bien precisos del I CHING. Empezando por
el final, elegiré una fotografía tomada
recientemente, en la cual aparezco yo a la distancia
caminando hacia una casa de piedra perdida en las
alturas de riscos y colinas, en el fundo «Los
Azules del Tabón”, en la proximidad de
las localidades de Rungue y Montenegro. La anécdota
de esta fotografía consiste en el retorno del
suscrito a esa casa después de veinticinco
años. La composición representa con
sorprendente precisión el hexagrama «El
Retorno». Este hexagrama está compuesto
del trigrama del trueno, abajo, y el de la tierra,
arriba. De los tres amigos que fuimos yo era el mayor,
Patricio el mediano y Theodoro el menor. Vale decir,
en la jerga del I CHING: el trueno (hijo mayor), el
agua (hijo del medio) y la montaña (hijo menor).
En la fotografía, tomada a unos doscientos
metros de distancia, aparece el hijo mayor, caminando
hacia la pequeña casa de piedra, y en la parte
superior, los faldeos de las colinas vecinas, de modo
que e1 cielo no fue incluido en la composición.
Sólo el hijo mayor (abajo) y la tierra (arriba).
Así la anécdota representada en la fotografía
grafica simbólicamente el acto de retornar
a un lugar de alta significación espiritual
para el protagonista de la acción, pues en
esa casa se realizaron meditaciones, ágapes
fraternales; se ejecutó música ritual
y se dejó constancia de lo ocurrido en una
serie de hermosas fotografías.
E n
esa serie de fotografías hay una en que Patricio
aparece recibiendo una cierta claridad que entra por
una pequeña ventana de la casa de piedra. La
luz impacta solo un costado de su rostro, en tanto que
el otro costado permanece en la oscuridad. Todo el resto
del espacio es oscuro. El resultado se |
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parece
al autorretrato que el pintor alemán del renacimiento
Albrecht Dürer realizó en el siglo XVI, situándose
junto a una ventana. Esa fotografía esta pegada en
el centro de una página del álbum. Al centro
de la página siguiente aparezco yo recibiendo la luz
directamente sobre mi rostro, de manera que sus dos partes
están iluminadas. La mirada del personaje está
dirigida hacia la fotografía anterior. En referencia
al I CHING, sobre el que yo dictaba un curso en la UC, el
significado salta a la vista: Todas las cosas tienen una
parte de luz y otra de oscuridad (Lao Tse), tales son
el Yin y el Yang. En lo que se refiere a la fotografía
en que aparece el suscrito, también el significado
es evidente: frente a esa dualidad, el I CHING y el Tao Teh
King postulan permanentemente la armonización de ambas
polaridades (la iluminación en las dos partes del rostro).
Hay
otra fotografía en que aparecen Patricio y Patricia
conversando sobre una gran olla de fierro enlozado situada
entre ambos. La actitud de los personajes no es la de extraer
algo de la olla, sino dialogar sobre el significado de este
objeto. En la fotografía siguiente, Patricio, como
respondiendo a una pregunta de Patricia, pone su mano sobre
la tapa de la olla, sonriendo. Se advierte que algo está
diciendo con gran entusiasmo. La composición fue arbitraria
e inconsciente en apariencia, pero el significado de la composición
y el encuadre se relaciona con el hexagrama “La Marmita».
En ese hexagrama el fuego (Li) está abajo, y la madera
o el viento (Sun) está arriba. Para que quedara constancia
de que tal fue la intención inconsciente del fotógrafo
(el suscrito), la fotografía siguiente muestra sólo
el fogón, en el que se distinguen claramente la madera
(leña) y el fuego. De hecho, ninguna fotografía
muestra a los personajes comiendo algo extraído de
la olla, sino tan sólo dialogando sobre ella.
Hay
otra fotografía en que Patricia y Anita aparecen la
una junto a la otra frente a la mesa del ágape. Anita
está sentada y Patricia está en la actitud del
que va a sentarse. En atención a que en esa ocasión
hubo tres mujeres en la casa -la dueña, doña
Teresa Monasterio, y las otras dos ya mencionadas- se produce
la tríada de las hijas, la mayor (Sun), el viento o
la madera; la mediana (Li), el fuego, y la menor (Dui), el
lago. Patricia y Anita son las hijas mediana y menor. El hexagrama
graficado es “La Oposición”, lo cual corresponde
justamente a la anécdota de lo que entonces fue la
amistad de ambas muchachas, la cual duró muy poco por
rasgos de carácter de ambas que resultaron incompatibles.
El
descubrimiento de estas referencias veladas a los hexagramas
del I CHING en el simple acto de tomar fotografías,
constituye una interesente manera de hacer consciente lo que
en nuestras acciones procede del inconsciente.
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