:: PREÁMBULO.
   Ausencia y presencia de un ferocarril.

Por: Juan Pablo Yañez Barrios.

Corría 1893 cuando Alberto Lira Orrego, bajo la tutela del Ministerio de Obras Públicas, trazó en papel la línea de un ferrocarril desde Puente Alto a El Volcán, concluyendo que del papel a la realidad había poco trecho: el proyecto era viable. Ese año, Domingo Concha y Toro, el mismo de la famosa viña de Pirque, realizó un sueño: lanzar un tren entre la Plaza Italia y Puente Alto. Ahora se trataba de hacer realidad un trencito trasandino que empalmara con el recién construido y que se internara por el Cajón del Maipo, idea apoyada por todos, entre ellos los ingenieros que habían estudiado su factibilidad. El estudio de Alberto Lira Orrego había servido. El proyecto fue presentado al Ministerio de Obras Públicas en 1904 como una iniciativa que favorecería a la comunidad del Cajón del Maipo, estimada entonces en unas 5.000 personas. Se trataba de un ferrocarril de pasajeros y carga, lo que facilitaría el desplazamiento de los habitantes del Cajón y el trasporte de minerales desde el interior de la zona.

Las obras se comenzaron en 1906 y duraron 8 años. El trazado era de trocha angosta y a lo largo de 60 kilómetros, entre Puente Alto y El Volcán, entre cuyas estaciones se contaban las de La Obra, El Canelo, El Manzano, San José de Maipo, El Melocotón, San Alfonso, San Gabriel y El Romeral. A cargo de este nuevo ferrocarril quedó el Batallón de Ferrocarrileros del Ejército, y se lo denominó Ferrocarril Militar del Cajón del Maipo. Maquinistas y palanqueros pertenecían al

Desde El Volcán, Paula Castillo Giuria, de cinco años, y Cristián González Baeza, de cuatro, nos saludan y desean una feliz Navidad al Cajón del Maipo y al resto del mundo. Ellos, que no tienen transporte ni siquiera para ir a la escuela, nos ruegan hacer lo imposible para que el trencito vuelva a su poblado, llevando comunicación y desarrollo.

ejército y fueron formados en una maestranza que se ubicó en el interior del Regimiento de Puente Alto. Durante casi 50 años el trencito recorrió innumerables veces, de ida y vuelta, el trayecto entre Puente Alto y El Volcán, favoreciendo a los lugareños y las actividades económicas de la zona. Sin embargo, en los años 50 comenzaron a llegar los camiones de trasporte y otros vehículos, lo que fue el comienzo del fin de su bella y útil vida: en los años 70 la línea férrea fue eliminada. La llamada modernidad había cobrado otra presa.

Dentro de un proyecto de recuperación nacido desde el corazón de muchas personas que amaron y aman su útil trencito  de las nostalgias, se inauguró recientemente una exposición: Cajón del Maipo: Crónica de un viaje a su interior, organizada por el Metro de Santiago, el Museo Histórico Nacional y el Consejo de Monumentos Nacionales, abierta hasta Marzo de 2006. Cada persona que tuvo relación con el trencito, sea del Cajón, de Santiago o provincias, estará dichosa de poder visitar esta reminiscencia de un pasado inolvidable, incrementando con su presencia la energía mental creciente que un día no muy lejano conseguirá que un trencito vuelva a recorrer día a día nuestro querido valle.