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MUJER.
Rincón de brujas.
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Por:
Haydée Bravo Mayer, Presidenta de la Red de Mujeres
del Cajón del Maipo.
Desde
el principio de los tiempos las brujas usaban la palabra
para lanzar sus conjuros al espacio. Luego vino la época
oscura para las mujeres. Ellas, que solían sanar
con hierbas, que conocían de los ciclos de la
naturaleza, fueron perseguidas, torturadas y quemadas.
Una nueva forma de organización social se imponía
con el predominio de los hombres sobre las mujeres.
Surgieron las universidades, dentro de cuyas paredes
se enclaustró el conocimiento, al que a las mujeres
les estaba prohibido entrar. A partir de entonces también
la palabra les fue arrebatada, y el idioma |
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empezó
a reflejar la supremacía de los hombres sobre el que
comenzó a denominarse sexo débil,
como una forma de demostrar estas nuevas relaciones de género.
En algunas
ocasiones, de manera sutil, pero por lo mismo con más
fuerza, se utiliza el lenguaje para evidenciar la supuesta
malignidad de las mujeres, como si ésta fuese un
privilegio del sexo femenino, del cual los hombres estuviesen
exentos. Ejemplos para demostrar lo expuesto existen muchos,
todos aparecen en el “Diccionario de la Real Academia
Española”. Así, tenemos:
- Esposos: Nos trae a la mente la idea de solidaridad,
lealtad, unión por amor; mientras que esposas nos
dice de ataduras, delitos, algo turbio donde tiene que intervenir
la ley.
-
Cuando hablamos de la persona que cocina y es hombre, decimos
cheff, y a la mente nos llega la imagen de un hombre buen
mozo, de éxito, que generalmente sale en TV; pero
si la persona es mujer, decimos cocinera, y nos llega la
imagen de una señora gorda, con un delantal manchado.
- Lo mismo ocurre con el término barragán,
pues se trataría de un hombre esforzado, valiente,
mientras que barragana designa a una concubina que vive
en la casa del hombre, con el cual está amancebada.
- Si alguien dice fulanito, es un hombre mundano, sabemos
que se refiere a que el tal señor conoce mucho mundo,
ha viajado; pero si se dice fulanita, es una mujer mundana,
y pensaremos en una prostituta.
El
lenguaje afirma la supremacía de los hombres sobre
las mujeres, y es tanto así que, si se dice Dios,
sabemos que es un ser masculino todopoderoso, omnipotente,
creador del universo; pero si se dice diosa, sólo
se refiere a una mujer bonita. Es un buen ejercicio analizar
el lenguaje, ya que existe una contradicción cuando
se dice que todos y todas somos iguales, o se escriben declaraciones
de derechos humanos, o se firman convenios de no discriminación,
o se dictan leyes, etc... Si no cambiamos el diskette
que tenemos en la mente todo continuará igual por
unos cuantos siglos más.
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