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BELLO VIEJO CAJÓN.
El ex sanatorio Laennec.
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El
arquitecto y ex concejal
de San José de Maipo, Humberto Espinosa Poblete,
nos informa, en esta segunda entrega sobre al patrimonio arquitectónico
de la comuna, sobre un conocido lugar que, en sus tiempos,
cobijó y ayudó a
sanar a innumerables enfermos del pulmón.
En
el corazón de la capital comunal se encuentra
el ex Sanatorio Laennec, ocupando, con 5.200 m2, la
manzana en diagonal a la Plaza de Armas de San José.
El sector más antiguo y de más valor arquitectónico
del inmueble es el de la esquina de Calle Comercio con
Uno Sur, con su arquitectura ecléctica, de influencia
neoclásica, con anchos muros de adobe en un piso,
altas ventanas con alfeizares de mármol, puertas
con tragaluz y molduras en su fachada principal. Iluminados
corredores comunican los distintos recintos y sus dos
patios, en torno a los cuales se fue construyendo este
edificio y la vida de muchas familias cajoninas, además
de afuerinos que llegaron a curar sus males y se quedaron
por siempre. El resto del edificio, construido posteriormente,
corresponde a una arquitectura modernista, de líneas
más simples que se funden con la primera en su
continuidad de fachadas.
Este
edificio y la Casa de Salud de Mujeres Carolina Deursther
de Tocornal son un hito del Patrimonio Arquitectónico
de San José de Maipo, de propiedad del Servicio
de Salud Metropolitano Sur Oriente. Con el apoyo técnico
de la Dirección de Arquitectura del MOP, ambos
inmuebles han sido declarados monumentos históricos.
El paso siguiente será restaurarlos y darles
una nueva vida, preservando sus valores patrimoniales.
Esta
gran infraestructura de salud se genera en la segunda
mitad del siglo XIX, cuando San José de Maipo
se da a conocer como el lugar ideal para la cura de
enfermedades pulmonares debido a la sequedad de su clima
y a los atractivos naturales que no tenían nada
que envidiar a los Alpes europeos. Cientos de pacientes
nacionales y extranjeros encontraron aquí el
lugar y las instalaciones adecuadas para terminar con
sus padecimientos de tuberculosis. Después de
la minería, a la que la Villa debe su origen,
esta actividad pasó
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a ser la principal fuente de trabajo para los vecinos de la
comuna. No hay nadie en la zona que no tenga un pariente que
trabajara en algún momento para el Servicio de Salud.
En 1896, a dos
años de la creación de la Municipalidad de
San José de Maipo, se funda el “Gran Hotel
Francia”, orientado a fines turísticos y terapéuticos,
atendiendo pacientes tuberculosos y con otras enfermedades
pulmonares. Esto se debió al Doctor Bernardino Vega
Macher, quien había llegado a San José por
a sus afecciones pulmonares y cuya recuperación se
debió a las bondades del clima. Establece entonces
un pensionado particular dedicado a la cura de la tuberculosis.
Además, como los enfermos de escasos recursos estaban
destinados a morir, propone a la Caja del Seguro Obrero
fundar un “sanatorio para desvalidos”, el que
es inaugurado al alero de una ley que fue la base de la
Legislación de Medicina Social posterior, constituyendo
uno de los impulsos más significativos para el desarrollo
de la seguridad social en Chile.
Casi
la totalidad de las piezas del antiguo Hotel Francia, famoso
por el éxito de sus tratamientos contra la tuberculosis,
pasan a ser uno de los primeros pensionados sanatorios de
Chile: Pensionado Laennec, en honor a uno de los más
grandes tisiólogos que revolucionó los tratamientos
de la tuberculosis: René Théophile Hyacinthe
Laennec. En 1932 pasa a llamarse Sanatorio Laennec y se
inicia la construcción de nuevos pabellones. Dos
años después, los antiguos dueños ceden
la totalidad del sanatorio al Seguro Obrero. En manos de
su primer Director, Dr. Víctor Sierra S., en 1939
se inicia una reorganización que significa un mejoramiento
económico para su personal y más bienestar
para los reposantes , tarea continuada por su sucesor, Dr.
Alfonso Sims R.
En esos
años, la zona era principalmente un enclave minero.
En 1884 se creó la Compañía Minera
del Maipo para la explotación del cobre en El Volcán.
San José era entonces una subdelegación del
Departamento de La Victoria, cuya capital era San Bernardo.
En El Volcán, El Ingenio y San Pedro Nolasco, la
población fija alcanzaba a los 700 habitantes. En
es misma época la crisis económica golpeó
a los trabajadores al cerrarse casi la totalidad de las
minas de El Volcán.
Hasta 1954 el Sanatorio se destinó a atender a obreros
y empleados asociados al Seguro Obrero. Ese año se
fusionan las instituciones de la salud pública y
se crea el Servicio Nacional de Salud, el que se hace cargo
del Sanatorio Laennec, establecimiento que sigue recibiendo
pacientes hasta 1976, año en que son trasladados
a la Casa de Salud Carolina Deursther. Desde entonces, la
edificación queda prácticamente desocupada,
sólo con su carga de historia y prestigio.
Actualmente,
en parte de sus dependencias, funcionan la Dirección
del Hospital, el Jardín Infantil del Servicio y oficinas
del Departamento Social del Municipio. Más del 70%
del edificio se mantiene desocupado. La falta de financiamiento
del Servicio mantiene estos recintos casi abandonados, con
todo el deterioro que ello implica. El tiempo, las palomas
y el vandalismo han dejado sus huellas, aunque la estructura
del edificio, cerrado en torno a dos patios, ha ayudado
a su protección. Preocupados por el futuro del inmueble,
la Comisión de Patrimonio Cultural de Salud de San
José de Maipo, que agrupa a la Municipalidad, SERNATUR
y la Dirección de Arquitectura, entre otros, encargó
a esta última el Plan Rector del ex sanatorio, instructivo
que orienta, regula y controla las intervenciones que puedan
hacerse al edificio con miras a su restauración y
puesta en valor.
Han
habido muchas ideas en torno a un nuevo destino para este
monumento histórico, como crear un centro de educación
técnico profesional, talleres de arte y artesanía,
un hostal, un spa, un centro de encuentros culturales, sedes
bancarias u otros servicios públicos. Su arquitectura,
su historia, sus rincones, han atraído incluso a
algunos cineastas que han montado entre sus muros y jardines
inspiradas historias de intriga y amor en producciones televisivas.
Ahí, en el ex sanatorio, se encuentra parte de nuestras
raíces, parte de la historia de un pueblo, de generaciones
que vivieron ligadas a su quehacer, que trenzaron sus historias
de amor junto a los enormes árboles de sus patios
y el blanco Cristo que acompañó a cada uno
y a todos, dándoles fe en un futuro mejor.
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