Trabajo con una
doctora hace 25 años. Ella me decía: Jorge,
estudia algo, qué vas a hacer cuando yo me muera.
De modo que opté por peluquería, me gradué,
y le di esa satisfacción a ella y a mi mamá,
de tener una profesión. Hay mucha gente que por mi
profesión llegan a pedirme consejos, y hablamos,
eso a mí me gusta.
De acuerdo
a mi condición, yo no me siento discriminado. Mi
vida ha sido tan serena que no puedo decir lo contrario,
pero tengo amigos
que sí son segregados, pero es porque llevan una
vida diferente. Yo, personalmente, he recibido harto respeto
de la gente, porque cada persona debe ser respetada. Creo
que la condición de homosexual en Chile ahora se
está viviendo de una forma más aceptable.
No pertenezco a ninguna agrupación gay y no voy a
manifestaciones.
Hace un tiempo
fui a dar una charla a un colegio de acá de San José,
sobre el Sida y sobre mi condición. Los chicos, con
todo respeto, me hicieron preguntas, y al final me retiré
con aplausos, y lo más importante que les dije fue
que debían cuidarse porque ahora la juventud estaba
muy apresurada. Entonces, que el día de mañana
se cuiden y usen preservativos. Les dije también
que nosotros somos seres humanos como todos.
Con respecto
al matrimonio gay, encuentro que cada uno tiene derecho
a hacer su vida como quiere, donde quiera y con quien quiera.
Y con respecto a la adopción, yo personalmente no
lo haría, pero estoy de acuerdo porque uno puede
entregar amor, educación, y si es a un niño
que no tiene nada, ¿por qué no? Nosotros como
educadores tenemos mucho, por lo tanto podemos separar lo
de nosotros y entregarles una vida normal. Y si tuviera
que hacerlo me gustaría adoptar a una niña,
porque creo que la haría una dama, una señorita.
Yo realizo
show a beneficio. Me llaman cuando se requiere juntar plata
para algo, como para la navidad de los niños, si
alguien esta enfermo, etc. Siempre he recibido aceptación
de parte de la gente, nunca he tenido ningún rechazo,
sólo halagos, y me siento feliz de que la gente me
tome en cuenta y ser alguien importante aquí. Con
esto del show comencé en la playa. Me vestí
y allí use mis primeros tacos, y bien que lo he pasado.
Nosotros hacemos transformismo, y con eso ayudamos a la
gente. Lo hacemos siempre con respeto, y de esta forma nos
respetan también a nosotros. Por lo que soy la gente
me ha considerado, y además deben separar lo que
es transformismo y lo que soy yo como persona, porque cuando
estoy en el escenario muestro toda mi faceta de lo que soy
como mujer, es una actuación, porque me gusta ser
como soy y hacer lo que hago, y me siento feliz por todo
lo que me da la vida. Pero cuando termino el show me vuelvo
a mi casa y soy la misma persona de antes.
Yo
cuidé a unos ancianos que estaban solos, eran familiares
de una amiga mía, y me dijeron si me quería
ir a vivir con ellos porque estaban viejitos y no tenían
quién los cuidara. Tenían hijos, pero ellos
estaban muy ocupados. Yo les dije que sí. Llegué
a la casa, cuidé a los abuelitos, limpié la
casa, le di vida, ellos vivieron muy felices. Yo trabajaba,
y cuando estuve ahí ellos tuvieron de todo: Pascua,
año nuevo, cumpleaños, y eso les dio felicidad
a ellos y a mí. Me acuerdo que uno de ellos se cayó
y yo lo llevé al hospital y lo cuidé. Cuando
murió yo lo vestí y lo velé. Al año
siguiente murió la señora de él. Les
di mucho cariño y yo creo que son ellos los que me
cuidan desde el cielo. Además, creo que todo se retribuye
en la vida.
Por
último, quiero darle las gracias a Dedal de Oro por
darme la oportunidad de dar esta entrevista. Bueno, espero
que nos vaya bien a todos y que la gente siga aceptándome
como soy, y quiero decir que nunca los voy a defraudar,
y que ayudaré a la gente cuando lo necesite. Quiero
también darle las gracias a la señora Angélica
Pino, que me abrió sus puertas sin conocerme, y a
toda la gente que me ayudó. También quiero
aprovechar de decir que todos somos seres humanos, con diferentes
cualidades, pero tenemos sentimientos iguales.